VALÈNCIA. Terror camina así, mastica así, camina así… Terror le reza así a Rosalía y hasta sale de fiesta por Oven y Radio City. Terror, lejos de ser un personaje temible, es un ente que hace cientos de cosas como el resto de mortales, y que ahora se esconde entre los poemas del valenciano David Silvestre que se estrena junto a la editorial La Imprenta con su poemario: Terror, un libro “pequeñito” en el que aborda una locura gigante y que se presenta el próximo jueves 28 de noviembre, a las 19h, en la Librería Bartleby, una de las que le vio nacer como autor.
En este poemario Silvestre se enfrenta a sus mayores miedos y les pone nombre, lo hace entre versos que van desde la cotidianidad más absoluta hasta acciones imaginables, y siempre personaliza de forma única una gran parte de sus terrores internos: “Me surge la idea del terror como personaje y comienzo a hilarlo con mis poemas. Es un viaje de evocaciones en el que contemplo el terror que nos toca a todos y lo veo como un personaje”, explica el poeta.
Dotándolo de voz propia, y con muchísima imaginación, Silvestre logra crear su propio espacio en el que asciende y desciende por cuatro niveles diferentes que dividen el libro, mientras explora el miedo a su manera. “Siempre me ha gustado mucho el miedo y quería explorarlo de una nueva manera, quería encontrar su belleza a través de la poesía”, apunta el autor.
En las primeras páginas del libro el terror se define como la “arqueología de la belleza en el pantano”, y conforme van pasando las páginas -y a lo largo de los cuatro años de escritura que toma al autor- va tomando nuevas formas y nutriéndose de nuevas referencias: “El libro marca la señal del momento en el que lo creo, un momento de absoluta precariedad laboral y que me pilla en el confinamiento -apunta el autor- veo la poesía que me rodea en ese momento y aprendo a acercarme al terror como personaje y comprenderlo”.
Este poemario, incluido dentro de la colección Hojas de Yerba, va acompañado también de las evocaciones musicales de Bruno Rossazza, quien junto a Silvestre elabora un paseo único dentro de un poemario que viene con manual de instrucciones para garantizar su completo disfrute. La música que acompaña a la lectura de los poemas supone una forma de complementar el paseo imaginario por Terror, en el que las evocaciones musicales de Rossazza acompañan de forma natural los versos de Silvestre: “Seleccionamos varios poemas que pueden ir acompañados de estas evocaciones, los leo para calcular los tiempos y vemos como cuadra su música en ellos”, apunta el autor, quien se deja acompañar por las melodías de Rossazza.
Evadiéndose y soltándose un poco el autor hace que el “terror”, como personaje -y casi persona- haga todo tipo de acciones en el libro. Cada pequeño poema pone al terror en una nueva situación en la que debe enfrentarse a lo mismo que todos los mortales. Con València como telón de fondo, Silvestre le hace pasearse por discotecas como Oven o locales como Radio City para enfrentarse, incluso, a las noches eternas: “Hablo del terror de confesar un amor impresionante que va creciendo a lo largo de una noche, justo antes de que uno de los dos tenga que irse a casa”.
Con un terror cada vez más cercano, y varias voces y estilos de narración, Silvestre juega de una manera única con todas las palabras de su imaginario, que le sirven para dar vida a sus pensamientos. Entre sus versos consigue que el Terror siga dando miedo mientras hace todo tipo de cosas “mundanas”, y a su vez escribe una carta de amor a la poesía, que le acompaña en todo lo que hace mientras entiende el papel “como un espacio en el que puedo jugar de todas las maneras”. Y hojeando las páginas, entre las evocaciones y los versos, el lector se pregunta… ¿Hay algo que realmente aterrorice a este joven autor?