VALENCIA (VP/EP). La artista Victoria Cano irradia de "energía" el Centro del Carmen con una muestra que resume 15 años de investigación artística en lugares como Roma, Corea del Sur, Venecia, China, Nueva York, Milán, Berlín o Valencia. A través de diferentes técnicas y soportes como el lienzo, la instalación o la realidad aumentada y las 3D, plasma los ecos de la naturaleza en constante transformación y las "huellas" que deja el ser humano en ella.
Más de 200 obras, cuadros de hasta 6 metros de altura o libros voladores llenan de colorido la Sala Ferreres hasta el 1 de mayo con un mensaje claro mensaje: "La naturaleza no perdona y hay que protegerla". Así lo ha manifestado la creadora presentación de la muestra junto al gerente del Consorcio de Museos Felipe Garin.
La mayoría de la producción de Cano busca reflejar la belleza de la naturaleza. La parte más dura de la exposición, sin embargo, habla de la inmigración y muestra el Mediterráneo como un mar cerrado en el que han quedado las almas de miles de inmigrantes ahogados. Alrededor, una alambrada encierra "el problema al que no quieren enfrentarse muchas naciones", algo que entronca con la situación de los refugiados en la actualidad.
Cano se adentra también en problemas como la violencia de género o el terrorismo, y repasa algunos de los hechos históricos para Valencia como la riada de 1957. Además, hay un homenaje al barrio donde se encuentra el Centro del Carmen y la antigua Escuela de Bellas Artes donde la artista se formó.
La exposición, no siendo una retrospectiva a pesar de la cantidad de obras que se exhiben, constituye una oportunidad para descubrir el universo creativo de Victoria Cano y su interés constante por investigar nuevas formas de expresión, desde las más tradicionales como la pintura hasta la instalación, la vídeo-creación o la aplicación de las tres dimensiones o la realidad aumentada al arte. "El arte es nuestro espíritu. Me siento como desnuda porque mi trabajo está ahí. Lo he dado todo para hacer esta exposición", ha confesado.
El conjunto de su producción es un viaje cargado de simbolismos, metáforas y paralelismos donde se muestran los tres elementos fundamentales en la naturaleza: tierra, mar y aire. Cada uno de sus cuadros lleva consigo las huellas y los perfiles reales de cientos, miles de personas que han pasado por su vida.
Para Cano "la huella es única y exclusiva y al mismo tiempo parecen todas la misma, por ello es una metáfora de la igualdad, todos somos iguales y todos contamos y somos importantes a la hora de dejar nuestra huella, de cambiar algo de nuestra realidad para mejorarla y dejar un mundo mejor a las generaciones venideras".
La artista espera que aquellos que se pasen por la muestra salgan "conscientes de que nos somos los reyes del universo, somos uno más". Desde el Consorcio de Museos, Felipe Garín ha destacado la calidad artística de Cano "nada temerosa de los grandes formatos, que compagina con delicadas obras de gran sensibilidad". A su entender, "ha sabido penetrar en los entresijos más profundos del género humano, buscando con sus perfiles, sus huellas dactilares, muy presentes siempre, y sus símbolos particulares, un permanente encuentro con el ser humano" en una obra que nunca deja de ser "bella".
Actividades paralelas
La artista ha preparado además una serie de actividades paralelas para complementar la muestra. El 13 marzo habrá una Charla/ Taller/ Experiencia con la propia Victoria Cano y Javier Campos sobre Arte y Tecnología que abordará la Realidad Aumentada aplicada a las plataformas móviles y el arte.
El 10 abril, se interpretarán micropiezas para clarinete compuestas por Emilio Calandín para el proyecto 'El sonido de la huella' sobre el cuadro de Victoria Cano Mensaje entre multitudes. El día 24 del mismo mes, la soprano amateur Chelo Pons, interpretará 'El Canto de los Libros', una serie de obras musicales relacionadas con los Libros Escultura y Voladores de Victoria Cano.
Por último, Cano instalará en el Aula Didáctica una obra creada con el fin de trabajar la teoría del color, del movimiento y del universo mismo. Dirigido a grupos escolares.