VALÈNCIA. Estigmas, células, la cristalización de una solución como puede ser la del paracetamol… A ojos de un investigador estas imágenes se reproducen día tras día y no tienen una importancia más allá de lo que son pero… ¿Y si se contemplaran como un arte? El Consejo Superior de Investigaciones Científicas de València (CSIC) valora estas imágenes como artísticas a través de la exposición FOTCIENCIA19, una muestra de 49 fotografías ganadoras de un concurso organizado por el CSIC en el que los investigadores cuelgan su bata y se retan a analizar su trabajo como un arte.
De entre un total de 600 fotografías presentadas 49 son las que resumen la historia de la ciencia a través de sus protagonistas, los investigadores y sus experimentos. Desde la combustión del acero hasta las neuronas activadas se pueden contemplar en una muestra que se divide en dos modalidades: General y Micro en las que se analizan las imágenes presentadas al concurso.
Tal y como lo explica Isidoro, uno de los organizadores de la exposición, estas imágenes permiten que el público se acerque a la ciencia a través de un tono más artístico, obligando a una relectura de estos elementos: “Son imágenes captadas por técnicos de laboratorio que trabajan siempre con sus dispositivos pero que se tienen que centrar en la parte más visual o atractiva de la ciencia", explica sobre este reto.
De las imágenes que se presentan se seleccionan las que mejor cuentan esta parte de su proceso, poniendo el foco en lo que más se parece a un arte”. La muestra expone mejores imágenes científicas del año 2022 acompañadas, tal y como lo explica Isidoro, por un breve texto explicativo que permite que los visitantes se acerquen “a la disciplina científica relacionada con la misma, con motivo de que comprendan el contexto de la fotografía”.
Esta muestra, que pretende hacer más comprensivo y atractivo el trabajo científico, permite que el microscopio se convierta en una cámara fotográfica y busca acercar un trabajo muy técnico a un plano artístico, un reto al que se enfrentan los propios científicos. Su reto consiste, tal y como aclara Isidoro, en conseguir analizar de forma artística imágenes que contemplan día tras día en su proceso habitual de trabajo, un reto que se valora por parte de un comité conformado por 14 profesionales relacionados con las artes visuales y la divulgación científica.
El resultado es un paseo a lo largo de 49 imágenes que resumen de manera visual el trabajo del investigador, quien debe contemplar su trabajo desde el plano artístico e intentar que se comprenda a través de los ojos, desde el visor del microscopio hasta el salto a convertirse en algo más parecido a un cuadro.