MEMORIAS DE ANTICUARIO

Diez años de la asociación de amigos del Museo de Bellas Artes

10/07/2022 - 

VALÈNCIA. En las últimas décadas, España ha vivido una eclosión museística tanto en el ámbito del arte antiguo como del moderno y contemporáneo. La creación de un importante número de esas instituciones ha significado una revitalización cultural para muchas ciudades, y han generado una respuesta ciudadana de identificación con ellas. Ello se ha traducido en la creación de asociaciones independientes y privadas de ciudadanos, que de forma desinteresada dedican su tiempo y esfuerzo a la organización de actividades de toda índole destinadas por un lado a promover y fomentar la institución museística a la que deben su existencia, y por otro a nutrirse intelectualmente de todo aquello que les ofrece el museo del que toman nombre. Las asociaciones de amigos, se puede afirmar, son la expresión real y fáctica, sin retórica, de la presencia organizada de carácter ciudadano en los museos. No olvidemos que los espacios museísticos tienen en el aprecio que reciben de la sociedad su razón de existir, y sin la valoración ciudadana, carecerían por completo de sentido. Ya hemos dicho en más de una ocasión que una sociedad que se mueve exclusivamente por cuestiones utilitaristas, una sociedad ajena a la cultura y al arte como expresión material de esa cultura, nos conduciría al paulatino e inexorable abandono del arte del pasado, del contemporáneo y nos depararía un futuro huérfano de manifestaciones artísticas. La sociedad sin museos es una sociedad ingrata con su memoria cultural, y miope por no decir ciega respecto a su pasado creativo y su historia. Ambos, el museo y el ciudadano y por tanto los espacios museísticos no se pueden permitir el lujo de permanecer aislados del entorno.

 Las asociaciones de amigos transmiten a través de sus programas de actividades el orgullo y el amor por la institución que les da sentido. Estas son vehículos de difusión de las actividades desarrolladas por unas instituciones públicas que son de todos, y por tanto promueven con sus actividades la función social que estas instituciones públicas llevan a cabo mandando un mensaje de excelencia al resto de la sociedad. Las actividades de las asociaciones de amigos han de estar encaminadas a hacer más relevante su museo, a hacerlo crecer, por ejemplo contribuyendo al dinamismo de la colección evitando que esta quede cristalizada, detenida, como una reminiscencia, un recuerdo disecado de otras épocas. Por ello una de las funciones  esenciales de la asociación es seguir nutriendo al museo con obra, en las medidas de sus posibilidades, puesto que nunca una colección está lo suficientemente completa. Las asociaciones de amigos, y doy fe que la Asociación de amigos del museo de Bellas Artes de Valencia lo lleva a cabo como uno de sus fines innegociables, promueve la adquisición de obras pictóricas con la finalidad enriquecer las ya imponentes colecciones. Nuestra AAMBA en los últimos años ha adquirido para donar obras de Cecilio Pla, Manuel Benedito, Pieter Van Lint etc. Además de completar y engrandecer la colección, estas adquisiciones periódicas y sus donaciones al museo dan forma, más allá de las palabras, a esa vinculación entre la sociedad y la institución pública. Además la asociación lleva a cabo, en cada una de sus temporadas, actividades de toda índole como la promoción de publicaciones científicas, ciclos de conferencias, visitas guiadas, salidas a otras ciudades etc.

Diez años

El pasado 22 de junio la AAMBBA celebró sus primeros diez años de vida, y en un acto muy entrañable, recibieron el reconocimiento aquellas personas que han tenido una especial relevancia en el museo y que a su vez han tenido una intensa relación con la asociación a lo largo de este período. En esta ocasión recibieron el galardón Felipe Garín Llombart, toda una institución en el arte valenciano quien fuera director del Museo del Prado y de nuestro museo durante tres décadas, el profesor Daniel Benito Goerlich, actual director del Museo del Patriarca que nunca ha tenido un “no” por respuesta para compartir su erudición en tantos temas con la asociación a través de conferencias magistrales, Paz Olmos, quien fuera directora del museo en el momento en que se funda la asociación, y Amando García, quien fuera primer presidente de la misma con el valor simbólico que esto tiene. Los premios fueron entregados por su actual presidenta María José Navarro.

No es baladí recordar que la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes, como un ente que con su labor vertebra la sociedad valenciana en torno al arte, es una entidad completamente abierta a todos los valencianos y más allá, y cualquiera que lo desee puede formar parte de esta familia de ya más de seiscientos “amigos” de nuestra gran pinacoteca. Todo el mundo es bien recibido porque cuanto más seamos más haremos, y más visibilidad tendremos ante la sociedad y ante los poderes públicos. La asociación es además un vehículo magnífico para tomar contacto con personas que comparten inquietudes artísticas, y, en definitiva, “hacer comunidad” en torno al museo y por extensión al arte. Evidentemente aquellos quienes forman parte de la Asociación acceden a ventajas permitiendo un contacto más cercano con el Bellas Artes a través de numerosas actividades, así como con otras entidades culturales españolas con las que la asociación colabora, y otras asociaciones de amigos de museos españolas.

Más que asignaturas pendientes, la asociación tiene un futuro no exento de retos. Para mí el más importante es conseguir una mayor implicación y presencia de la sociedad civil valenciana, no solo a través de una ampliación de la base de socios sino, sobre todo, promover los mecanismos, y me consta que se está llevando a cabo, para acercar a otras instituciones y al mundo de la empresa con figuras como los protectores, mecenas o socios de honor. La AAMBA es un pequeño milagro, pero todavía es algo desconocida en la sociedad valenciana, y debería convertirse en el vehículo a través del cual la empresa privada valenciana, y más allá, se vincula con el museo.

Este décimo aniversario ha coincidido además con unos tiempos en los que la asociación vuelve a recuperar su actividad “normal”, después de una pandemia que nos ha paralizado en gran medida, pero también que nos ha hecho reflexionar inicialmente desde nuestros hogares sobre la importancia de la cultura como el mejor vehículo para ponernos en conexión a los unos con los otros. La cultura como modelo de socialización.

Finalmente, felicitar por partida doble a la asociación por el premio “Excelencia ODS 2021” otorgado por la Fundación Aon por su programa “Arte para la sostenibilidad en el Museo”, que tiene como finalidad la de concienciar a la sociedad, a través del arte sostenible, de la necesidad de frenar el cambio climático y se hizo público durante el XXVIII Congreso Anual de Amigos de los Museos, celebrado en Ibiza del 25 al 27 de marzo. El programa premiado se llevó a cabo a lo largo de todo un año a través de la realización de un documental, un ciclo de conferencias, mesas redondas y actividades musicales. Larga vida a la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Valencia, es decir, larga vida al museo.

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