VALÈNCIA. En este año en el que tanto se conmemora el Mayo francés (incluso habiendo dejado convenientemente almacenados sus ideales en los baúles del desván), son frecuentes las miradas que se vuelcan sobre el cine de la época para tratar de revivir las revueltas que conmocionaron a la burguesía occidental. Para redescubrir los acontecimientos a través de la imagen mediada. El séptimo arte ejerce el papel que otrora desempeñaron los juglares: narrar la propia historia mediante los elementos retóricos a su alcance. Surge entonces un interrogante: ¿qué títulos consultarán dentro de 50 años quienes deseen conocer qué paso en España durante los inicios del siglo XXI? ¿Quién está narrando nuestro pasado más reciente, qué relato sobre la crisis será el que perdure en las filmotecas? Nosotros (2017), dirigida por Felipe Vara de Rey, se erige como candidata a ejercer de memoria colectiva y este viernes, 5 de octubre, llega a València para explicar por qué. La cinta se proyectará en los cines Albatexas y, tras el visionado, tendrá lugar un coloquio moderado por Carlos Madrid, responsable de Cinema Jove, y en el que estarán presentes tanto el realizador como el coguionista de la película, Hugo Mas.
Entroncado en la corriente del cine social contemporáneo, el film aborda, desde el compromiso y la proximidad, las trayectorias entrelazadas de cinco amigos treinteañeros -María, Seda, Sarah, Suko y Felipe- en un momento político y social milimétricamente concreto: el fin de semana de las elecciones generales de 2015 en las calles de Madrid. Aunque los vaivenes de la vida pública nos hagan sentir que han pasado 30 años desde entonces, en realidad solo nos separan 3 cursos de ese momento en el que tembló el tablero electoral y la población español asistió al establecimiento de Podemos y Ciudadanos como nuevos interlocutores políticos dentro de las instituciones. Ese fin de semana se plantea así como una encrucijada personal y colectiva, un punto de inflexión vital en el que cuestiones íntimas se sitúan en el mismo plano de relevancia dramática que los resultados emanados de las urnas. La precariedad laboral, el desamor, la militancia, las consecuencias del 15M, los nuevos modelos de paternidad, la búsqueda de sentido y la emigración juvenil son solamente algunos de los temas que desfilan entre sondeos y papeletas. Lo personal es político, exclama el primer largometraje de Vara de Rey.
El elenco de la película - formado por nombres como María García, Sarah Bienzobas o Javier Taibo - se basa fundamentalmente en actores no profesionales que se interpretan a sí mismos y recrean “su vida guionizada”, explica Hugo Mas. Para Felipe Vara de Rey, la participación de estos amateurs aporta “honestidad y frescura”. “Cuando arrancamos el proyecto, teníamos muy claro que nos apetecía enfocar la mirada en nuestra generación. Al principio pensamos en escribir personajes pero luego nos dimos cuenta de que la gente a nuestro alrededor tiene vidas que pueden aguantar el peso de llevar una película. Las vidas que nos rodean en este contexto tan complicado son apasionantes e interesantes para ser contadas en un relato cinematográfico”. Filmar la realidad se convirtió así en una apuesta clave para el realizador: “pensamos, ¿por qué en lugar de inventarnos algo, no nos centramos en contar lo que tenemos al lado, lo que nos rodea?”.
A lo largo de todo el metraje -que no cuenta con distribuidora- sobrevuela el concepto de supervivencia: personajes a la deriva que tratan de tirar hacia adelante con los recursos que tiene a su alcance. Un día más, al menos, un día más. “Muchas veces al analizar el impacto de la crisis se incide mucho en cifras y en datos macroeconómicos, pero creo que hay un concepto mucho más difuso, que es la precarización de la vida, lo cuál imposibilita la planificación de una existencia estable a medio plazo. Eso se traduce en incertidumbres familiares, empresariales, sociales y culturales; le pone freno a un grupo de gente que podría estar haciendo muchas cosas, pero que se encuentra condenado a lidiar con una realidad abrumadora”, sostiene el director, quien indica que su objetivo era que esa idea “flotara en la película sin llegar a concretarse específicamente”.
De esta manera, la cinta se construye a modo de híbrido que cabalga entre el documental y la ficción, cercano y descarnado al mismo tiempo. “Intentamos retratar cómo vivimos nosotros ese momento, el más importante a nivel colectivo desde la Transición. Durante décadas, la democracia en España funcionó de una manera y, cuando todo entra en crisis, cuando hacen agua todas las instituciones que sostienen al Estado -desde la Casa Real hasta los sindicatos- la sociedad se plantea que algo tiene que cambiar. De ahí sale el 15M y, más tarde, aparecen Podemos y Ciudadanos, que rompen el tipo de democracia que teníamos ”, apunta el valenciano Mas, “había un ambiente de efervescencia y sentíamos la obligación de retratarlo”. Un retrato que no cuenta con demasiadas versiones complementarias en el mercado, pues, según sostiene Mas, en el cine español contemporáneo no abundan precisamente las historias de corte social “son más frecuentes las ficciones que cuentan historias cotidianas, pero sin ese componente reivindicativo, o las tramas épicas. Pero no creo que sea una cuestión solamente de ahora, pienso que siempre han escaseado este tipo de proyectos”.
La política y lo político
Propaganda electoral, porras amistosas sobre los resultados que arrojarán las urnas, mítines…La película toma la vida de los partidos como telón de fondo, pero no es en esos entresijos en los que se centra. El foco es mucho más personal. “Hacemos una diferencia entre la política y lo político. Nos interesaba mucho más ese segundo aspecto, el de las pequeñas decisiones cotidianas que también tienen repercusión. Implicarse en lo político es inevitable ya sea hacia una dirección u otra”, señala Mas. Este retrato de la crisis se centra en una generación concreta, aquella que vio paralizado su proyecto vital por el descalabro económico, y en ese sentido plantea “un conflicto entre esos jóvenes y sus mayores. Hay un enfado ante el escenario que nos han dejado. Nuestra generación está algo resentida con la anterior, eso también lo queríamos plasmar”, explica Mas.
Con la perspectiva que dan estos tres turbulentos años, Felipe Vara de Rey señala que en el momento que narra la película “éramos todos un poco más ingenuos y, de alguna manera, teníamos la sensación de que la transformación sería más sencilla. En este tiempo hemos aprendido que realizar un cambio profundo probablemente lleve más tiempo del que esperábamos. No soy pesimista, creo que se esta avanzando, pero no tan rápido como pensábamos. En el país se empieza a notar esa oxigenación, al menos es la sensación que tengo”.
¿Ese ‘no te metas en política’ que atenazó a la sociedad española durante épocas sigue presente o ya ha quedado desfasado? Planteado el interrogante, Felipe vara de Rey confiesa sentirse “muy desconcertado” al respecto e hila sus frases con la cadencia del desencanto: “A veces te ilusionas porque parece que la población está mucho más concienciada e implicada, pero luego ves los resultados electores y te entra de nuevo la decepción". "Lo que es cierto es que en 2015 noté un despertar de la conciencia política en muchísima gente que nunca se había interesado por lo común, por lo político. Y de repente leían, debatían, comentaban… Por eso tiene tanto sentido que la política sea el telón de fondo de la historia de nuestros cinco personajes”. Para el director, esa coyuntura de entusiasmo ideológico fue consecuencia del 15 M y cree que ahora “ha vuelto la desafección. Analizar la situación actual es mucho más confuso”. La realidad impuso su marchamo.
Puesta toda la carne reflexiva en el asador, Felipe Vara de Rey asegura no tener miedo a ser encasillado como un autor de 'cine político': “no sé si la película es cine político o no, lo que sí sé es que hace reflexionar sobre lo político, y la vida es política. No me gustaría que tuviera un tufillo partidista, pero creo que esta muy bien hacerse preguntas desde el cine, la literatura y el arte sobre la sociedad que construimos y las expectativas de las personas que en ella habitan. Es una etiqueta a la que no temo porque me parece que estamos hablando de cosas importantes”. ¿Dónde estábamos todos nosotros en las elecciones generales de 2015? ¿Y dónde estamos ahora?