DE REVELACIÓN A CONSOLIDACIÓN

El chef Alejandro Platero culmina un año de vértigo, de Macel·lum a concursar en 'Top Chef'

El cocinero valenciano continúa con su creciente carrera y ahora se pone frente a las cámaras del concurso televisivo.

11/09/2015 - 

Alejandro Platero coge la llamada en mitad del servicio: "faltan esos dos postres". Macel·lum (Carrer de Boix, 6) continúa su actividad habitual después de la emisión del primer capítulo de la tercera temporada de Top Chef (Antena 3/Miércoles, 22:30h) en la que participa. La actividad tampoco nota las primeras vibraciones de la popularidad más allá de lo ganado en los fogones en Come y Calla (Carrer Poeta Antonio Chacomeli, 1) el nombre donde hace menos de diez años el chef valenciano inició una carrera que en los últimos meses ha atraido más atenciones.

Conocido por sus arroces, su cocina es de base valenciana y ayer ya hizo hincapié en este apellido geográfico durante el programa: "practico la cocina que he comido y la que voy comiendo. Pero aunque sea consciente de esa evolución inevitable, sé que es un trabajo en el que añado registros a mi memoria gustativa y esa memoria es la que creaba mi madre, mi abuela, mi tía...".

Platero entró el primero en la eliminatoria de acceso a Top Chef, junto a Luca  Rodi, uno de los cocineros con los que ha hecho más relación en el programa. Para pasar esa primera prueba hizo un ahumado a partir de un all i pebre del que explicó su origen, aunque la edición del programa dejó fuera la explicación que de la hoguera contra la olla de hierro y su humo nacía la idea de hacer el ahumado que exigía la prueba.

La cocina honestamente creativa de Platero nació en la barra (y en las pilas) de una franquicia hostelera. Antes de que se diera cuenta se había involucrado en un grupo de restauración en la ciudad y en 2006 se lanzó a la piscina con el primer Come y Calla, en Mislata. "No me he marcado metas ni límites durante este tiempo. De hecho, a mitad de camino me di cuenta de que necesitaba formarme", apunta a ValenciaPlaza.com. De hecho, fue después de terminar sus estudios cuando decidió poner en marcha Mulandhara: "en dos años la carta cambió totalmente y empezamos a desacompasarnos con el barrio (Campanar) así que teníamos que dar el salto".

Y el salto fue Macel·lum, un restaurante que apenas cuenta con un año y con el que han logrado la estabilidad empresarial con fines de semana donde cuesta encontrar sitio y, sobre todo, un espacio de crecimiento gastronómico para Platero. Mulandhara recuperó el espíritu y el nombre de Come y Calla, "conectando más que nunca con su entorno. El cambio no ha podido ser más positivo". De alguna forma, esa estabilidad fue el paso previo a que Platero, acompañado en sala y en todos los proyectos de su pareja Raquel Bernal, empezara a destacar fuera de Valencia.

El gran hit llegó este mismo 2015 con su nominación a cocinero revelación en Madrid Fusión. Quedó en segunda posición, compitiendo con seis números uno de la cocina española. "Un año antes estábamos al límite con Mulandhara, pasando fines de semana complicados" y es esta situación y su rápida llegada a los círculos gastronómicos más mediáticos la que le hacemantener "los pies en la tierra". La tierra, por cierto, y la búsqueda de sabores redondos a partir del mercado, la complicidad y la cercanía son los ejes de sus restaurantes. Unos restaurantes que, reconoce, se preparan para recibir el impacto mediático de su participación televisiva.