Benidorm y el verano del amor
La directora y guionista Claudia Ortega da algunas pinceladas sobre su largometraje de ficción: Oh, cariño, una historia de amor imposible de verano. En este largometraje se cuenta la historia de la joven Dani, que con 18 años se va a pasar el verano a casa de sus abuelos en Benidorm. Lo que le pasa a Dani es que vive los 18 con mucha fuerza. Siente que tiene que tomar todas las decisiones vitales de su vida todas en el mismo año. En palabras de la creadora de la historia es el momento en el que “tienes que ser adulta y no tienes ni idea de cómo serlo”, no sabe ni en qué estudiar ni cómo ve su futuro. Todo cambia para Dani cuando abre la ventana y ve a la vecina que se aloja en la casa de enfrente, lo que era una casa vacía ahora aloja a una joven más o menos de su edad con la que empieza a desarrollar una historia de amor de verano.
El proyecto, que ya ha crecido mucho gracias al programa Última Impulsa (organizado por CIMA) está ahora en fase de experimentación, algo que se complementa con los aprendizajes de dentro del Campus. Para Ortega el largo recorrido del proyecto permite mucho aprendizaje pero que es importante que nunca le desborde: “Con el Campus igual termina el recorrido por laboratorios. Todo ha sido increíble pero hay que saber cuando parar, son tantas opiniones que hay que saber cuando dejar de pasar por tantos laboratorios y dar el siguiente paso”.
Al igual que su tocaya, Claudia Estrada, coincide en que la mirada de sus compañeros se ha convertido en un detalle clave para sacar punta a su proyecto: “Mis compañeros entran en los siguientes pasos, son los que más me ayudan a ver cómo se está materializando mi texto”. Además, su trabajo con las actrices le ha permitido contemplar la química entre las protagonistas y tirar hacia delante con esta nueva idea. “Necesitamos un par de semanas para sanar los fundamentos, porque han sido demasiadas cosas. Yo me quedo con que mis compañeros me plantean cosas que jamás había pensado, e independientemente de que las cambie o no ya se me abren nuevos horizontes y matices para la película y los personajes”, explica orgullosa.
¿Reinventarse o huir?
Víctor Sánchez cuenta en Baladre la historia de David y Jose Luis, dos chavales que crecen durante el 1992 en un pueblo industrial de la costa, detenido por la crisis económica. Los dos tienen una relación a prueba de bombas. Con tan solo 18 años descubren el primer amor por otros chicos y sufren a causa de este las primeras situaciones de bullying. Lo que hace Sánchez es construir una huida para ambos en las ficciones, el cine, los cómics y la música… cómo sucede con las personas que son diversas y poco aceptadas por el mundo que les rodea. En un relato de supervivencia, Sánchez plantea dos escenarios: “plantas cara o huyes y te reinventas”. Y con esta premisa convierte su relato sobre diversidad, y amores imposibles, en un lugar donde es más fácil el destierro que pararse a comprender lo que verdaderamente sucede.
En un momento en el que el guión está en constante crecimiento el feedback de los mentores ha sido clave de cara a enfocar la reescritura: “El guion está creciendo mucho y es el momento de madurarlo. Hay veces que he disfrutado también de perderme y preguntarme si verdaderamente era mi película o no”, confiesa, “es todo un gran proceso, hay que coger y discernir lo que te dicen y luego llevarlo a tierra”. Al igual que en el caso de su compañera, Claudia Ortega, ha sentido cómo las ideas cobran vida gracias a los actores que interpretan a los protagonistas.
“Es como bajarlo a tierra y hacerlo real por completo. Me sirve mucho para conectar con el corazón de la historia y ayudarme a saber lo que quiero hacer”: Por otra parte comprende que en materia de diversidad se trabaja desde la conversación, sus grandes confidentes estos días han sido los propios compañeros del campus. Gracias al “clima de respeto y confianza” cada uno ha podido ir haciendo lo suyo y además recomendarse entre ellos sobre lo que deben hacer: “Desde fuera los proyectos se ven desde otra manera, y siempre que los comentarios lleguen desde el respeto es algo que aporta y ayuda”.