VALÈNCIA (VP/EP). El Circo Raluy Legacy ha recibido la visita de alrededor de 300.000 espectadores desde que, hace dos semanas, se instalasen por primera vez en la dársena de la Marina de València los carruajes retro que distinguen a la compañía. Una caravana que, si se pusiera en línea recta, alcanzaría los 300 metros.
El público podrá contemplar hasta el próximo 28 de enero las actuaciones del Raluy Legacy, que se caracterizan por trasladar a la audiencia a los años 30. Bajo el eslogan Un espectáculo para adultos que ningún niño debería perderse, el show nace con la idea de "mantener la tradición y el espíritu del circo incluyendo las últimas innovaciones técnicas", según ha indicado la organización en un comunicado.
La familia Raluy capitanea este negocio desde hace más de cinco generaciones. Louisa, Luis y Kerry, entre otros miembros del clan, componen la cuarta y quinta generación de la familia y son los creadores de algunas de las principales actuaciones.
Louisa Raluy ha explicado que todos ellos viven "por y para el circo". "Nos gusta cambiar, introducir siempre novedades pero mantener la esencia de nuestros antepasados. Somos una compañía de características singulares, tanto por la recreación del ambiente histórico, que se aprecia ya en el exterior, como por su composición exclusivamente familiar", ha destacado.
Creada por Luis Raluy, experto en ejercicios de acrobacia e inventor del primer cañón humano en la década de los 60, la compañía cuenta con un equipo de artistas internacionales de "primer nivel" y con una puesta en escena 'made in Raluy'.
"Nuestro fin es hacer las cosas con cariño, al detalle, para mantener intacta la herencia recibida. De hecho, es por ello que hemos incluido Legacy en el nombre", ha subrayado Louisa.
Los artistas, de 15 nacionalidades distintas, pasan una media de 1.200 horas al año dentro de la carpa, entre funciones y entrenamientos. Su escenario tiene unas dimensiones de 30 metros de diámetro y 12 metros de alto.
El espectáculo actual lo integran Luís Raluy, con su tradicional cara blanca que "aporta un toque nostálgico y poético", pero también "experiencia y humor inteligente" del que siempre hace gala en cada una de las actuaciones creadas por él.
Por su parte, Luisa Raluy lleva cuatro años en la disciplina aérea. En su número vuela por encima del público sobre un gigantesco candelabro dorado en el que ejecuta todo tipo de ejercicios en una atmósfera íntima. También actúa Maxi, mago y presentador, un "showman nato por su espontaneidad y humor" que entretiene al público durante todo el espectáculo con sus trucos de magia.
El Bigotes es otro de los artistas de esta troupe. Lo definen como una figura "seria y estricta" que se las ingenia como sea para mantener el orden en el espectáculo. Artur, el Señor del fuego, domina uno de los elementos más antiguos que existen "a la perfección" mientras practica múltiples ejercicios, con las llamas a escasos milímetros de su cuerpo.
Otro de los artistas en salir a escena es Sandro Roque, un payaso con "su peculiar personalidad que garantiza risas para todos". También están los Rockers, una formación de cuatro artistas "dispuestos a sorprender", vanguardistas y modernos, ejercitan acrobacias sobre enormes neumáticos. Este año presentan, por primera vez, un "original número cargado de fuerza y energía".
Jean Christophe y Kerry Raluy aportan al espectáculo el toque de romanticismo. Vuelan sobre telas blancas ejecutando difíciles ejercicios y bailando al compás de un lento ritmo que traslada a la antigua Grecia.
Se suman al reparto las Hermanas Raluy-Swider con su coreografía de patinaje. Además, en otro número parecen llegar directamente de la década de los años 30 con sus ejercicios encima de un fino cable. En el cartel también figura Iya Traoré, ex jugador del París St. Germain y actual campeón de mundo en la modalidad de fútbol freestyle.