MADRID (EP). El desigual reparto de ingresos, la comoditización del proceso creativo, la homogeneización de la música y la exclusión de artistas son algunas de las "amenazas" a la sostenibilidad de las plataformas de streaming, según un estudio en el que participan investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y en el que colaboran expertos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y la Universidad de Murcia.
El estudio aborda la sostenibilidad de los modelos y prácticas de negocio de la música digital desde el punto de vista de los intérpretes y creadores, que han denunciado la precariedad de la industria acelerada por el streaming pese a que este representa más del 50% del total del negocio de la música grabada.
El investigador de la UPM y uno de los autores del estudio, Alberto Arenal, ha advertido de que en la actualidad existen "dos claras amenazas a la sostenibilidad" del modelo actual, el "desigual reparto de ingresos y la comoditización del proceso creativo".
El informe, en el que también colabora Proyecto Innovacom y Rule Eleven, aporta una descripción de los dos principales modelos de pago de royalties existentes en el streaming: el mercado-céntrico y el usuario-céntrico. El primero de ellos es el utilizado por todas las plataformas de streaming dominantes, como Spotify, Apple Music o Youtube Music, y supone poner todas las fuentes de ingresos a los titulares de derechos en un fondo común que se divide según el número de reproducciones.
En este sentido, el estudio explica que inevitablemente un usuario pagará por la música que "nunca ha escuchado y que quizá nunca escuche". Este modelo beneficia, según los autores del informe, "a la música convencional y a los artistas más populares".
Asimismo, tiene como "consecuencia directa" un "efecto de homogeneización del inventario musical": "Perjudica a los artistas de nicho y al repertorio local".
De este modo, el estudio determina la "no sostenibilidad de los modelos comerciales actuales", el de los mercado-céntricos, siendo una de las consecuencias más relevantes la "exclusión de la dinámica de distribución de ingresos de los artistas destacados y, de modo aún más dramático, de los artistas no destacados".
En este sentido, Arenal ha agregado que las plataformas de streaming favorecen una cadena de valor asimétrica, con "actores creativos que apenas pueden capturar valor e innovaciones de base tecnológica que refuerzan la capacidad de capturar valor de los distribuidores digitales".
Por otro lado, el informe ahonda en el papel "clave" de la tecnología en estas plataformas, donde los sistemas de recomendación basados en Inteligencia Artificial "permiten hacer coincidir la oferta con las preferencias y el perfil de los consumidores".
Al respecto, Arenal ha subrayado que la personalización, la interactividad y las recomendaciones "están conformando la dinámica de creación de valor en el mercado de la música digital". "La consecuencia es un desequilibrio general del modelo en el caso de los intérpretes con respecto a las plataformas e incluso a las discográficas", ha concluido.
Ante todo ello, el estudio apunta como alternativa el modelo "usuario-céntrico", el cual busca compensar a los artistas en función de los usuarios que interactúan con el streaming.
Este modelo es "más capaz" de generar simetría en la distribución de ingresos y ofrece algunos beneficios, como garantizar que los usuarios no paguen por la música que no escuchan, detalla el informe.
Además, puede reducir el impacto de uno de los fraudes más habituales, que consiste en aumentar artificialmente las reproducciones de títulos y artistas específicos, por ejemplo, mediante "granjas de clics". No obstante, los investigadores tras el estudio advierten de que no existe una solución única válida para todos.
Además, el estudio propone algunos modelos de negocio alternativos para una sostenibilidad a largo plazo del mercado de la música digital, como los micropagos, las ventas/descargas digitales o incluso los recientes modelos descentralizados de transmisión.
"Desde el punto de vista de los artistas, estos modelos podrían implicar un mayor control y empoderamiento, permitiendo monetizar más directamente las relaciones artista-fan y haciéndolos menos dependientes de los intermediarios a expensas de asumir un mayor grado de riesgo", sentencia el estudio.