El evento amplía a un mes su duración y contará con la participación de la bailarina israelí Sharon Eyal, que estrenará en el Palau de la Música una pieza sobre el trastorno obsesivo compulsivo
VALENCIA. El festival 10 Sentidos vuelve a celebrarse tras un parón en 2015 destinado a repensar su estructura y llega con importantes novedades. En su intención por deslocalizar la actividad, que se repartirá por toda la ciudad, este año suma una cita muy especial a su calendario: el 29 de mayo –último domingo del mes- tomará la plaza del Ayuntamiento con talleres, perfomances y actividades. Su quinta edición, con lleva por lema ‘A lo caos’ y basa su programación en torno a la enfermedad mental, ubicará en la plaza el corazón de su actividad aprovechando que el gobierno local peatonaliza el espacio un día al mes.
El festival, que amplía de cinco días a un mes su duración, colabora por primera vez con el consistorio, que ha cedido espacios y ha colaborado en la financiación del mismo, un binomio que se traducirá a ojos del espectador en conciertos y dos performances en la plaza. Del 26 al 29 de mayo la protagonista será la intalación ATOEWEFTR (A Tower Of Emotions Will Emerge From This Room), una “burbuja gigante dorada” creada por Soren Evinson y Charlie Hope en colaboración con doce performers valencianos que, después, presentarán ocho actuaciones.
Será a través de mantas térmicas y plástico que levanten un inmenso enclave sintético mineral, una montaña de basura fusionada con una cueva de oro. En la instalación confluyen ideas de naturaleza y artificialidad y la relación que tienen estas concepciones con la construcción de nuestras emociones. La segunda performance vendrá de la mano de Ada Vilaró quien, despojada de móvil, dinero, dni y llaves, pasará en silencio y sin moverse 24 horas en la plaza del Ayuntamiento. Será a través de una serie de pizarras situadas a su alrededor su única manera de comunicarse con el público, de quien dependerá que reciba agua y alimento.
ATOEWEFTR from Charlie Hope on Vimeo.
La oferta se completará el domingo con tres actuaciones musicales. Bajo la premisa "no existe cultura sin locura", una veintena de alumnos del Conservatorio Profesional y Superior de Danza de Valencia interpretará una pieza al aire libre; la marca 'conciertaos' acogerá las actuaciones de distintas formaciones valencianas en un concierto caótico y, por último, será el grupo heavy Gigatron quien ofrecerá una actuación con hits metaleros y versiones de temas infantiles para los más pequeños.
La colaboración con las concejalías de Cultura, Acción Cultural, Bienestar Social y Dominio Público supone la primera toma de contacto entre el Ayuntamiento y el festival que, además de la cesión de la plaza, se traducirá en esta ocasión en la cesión de dos contenedores culturales. El primero de ellos, el Palau de la Música. El auditorio se convertirá el 17 de mayo en escenario para la cabeza de cartel, la israelí Sharon Eyal, que pisa por primera vez España con el estreno nacional de OCD Love, una pieza que versa sobre el trastorno obsesivo-compulsivo y los desafíos que presenta para el amor y la vida de los que lo padecen.
Eyal, una de las artistas más reconocidas a nivel internacional, ha sido bailarina principal de la compañía Batsheva y, más tarde, coreógrafa adjunta. Por su parte, el Teatre el Musical acogerá la oferta juvenil. El 25 de mayo pondrá sobre las tablas la pieza Adolescer 2055, que narra las 24 horas en las que un grupo de adolescentes se enfrenta a un peculiar proceso de adopción, y Wendy Hoose, que trata sobre dos veinteañeros que quedan a través de una aplicación para tener sexo. Por su parte, el Palau de les Arts estrenará Après-moi, le déluge (18 y 19 de junio) y Bichos (5 junio).
La primera hace referencia a la indolencia con la que el rey francés pronosticaba el caos del mundo que le sucedería. La pieza, una producción propia de Marcos Morau para La Veronal, toma prestada la locución para reflexionar en torno al concepto del caos escénico desde el punto de vista perceptivo. Por su parte, Bichos, de la compañía Dançandocom a diferença, presenta una fábula narrada a través de animales humanizados e interpretada por bailarines con distintas capacidades.
El festival tendrá como telón de fondo el tema de la locura. La programación se ha diseñado con la idea de visibilizar los problemas, las luces y las sombras de la mente humana y también de encumbrar la necesaria locura por la que se dejan llevar en muchas ocasiones creadores y artistas, explican sus organizadores. Luchar contra el estigma de quienes padecen distintas locuras es el propósito en esta ocasión. "Todos hemos o vamos a padecer algún tipo de enfermedad mental. Tratamos de normalizar, de eliminar el estigma, aunque siempre desde la delicadeza", afirma Meritxell Barberá, junto a Inma García, directora de 10 Sentidos.
Con el título A lo caos, como el lema del festival, también tendrá lugar una gran exposición en la Fundación Bancaja, que incluirá obras de la asociación Casa Carlota, piezas que se crearán in situ para el certamen y otras llevadas a cabo en anteriores proyectos. Siete artistas de distintas disciplinas trabajarán con un grupo de personas para crear cinco obras nuevas que resultarán de estas 'tutorías', clases impartidas por Esther Señor y Carmen Cifrián (fotografía); Sonia Rayos y Silvana Andrés (arquitectura); Juan Olivares (escultura), Juan Sánchez (pintura) y Moises Mahiques (dibujo).
El Festival 10 Sentidos regresa con su quinta edición a Valencia donde nació en 2011 con dos objetivos: por un lado establecerse como un escaparate y cita en la ciudad con las artes escénicas más vanguardistas, y por otro servir como espacio de encuentro y reflexión para artistas con distintas capacidades. Después de un año en stand-by, el evento vuelve reformulado, con una mayor duración, pues pasa de cinco días a un mes (del 17 de mayo al 19 de junio). Más duración y programación, aunque el presupuesto no varía especialmente, aumentando de 180.000 a 200.000 euros, con una financiación que procede en su mayoría de fondos privados. Tras perder el patrocinio de Fundación Mapfre, esta edición cuenta con el apoyo de Caixa Popular, Fundación Bancaja y DKV, entre otros.
Si la colaboración con el consistorio en novedosa, continúa con CulturArts, que apoya de nuevo el festival. La Filmoteca programará un ciclo con coloquios sobre cine y locura en el que se proyectará La herida, Monos como Becky, Corredor sin retorno, Recuerda y Psicosis. Además, la sala Rialto se convertirá en punto de encuentro para la celebración de talleres y encuentros, pues se prevé que tengan lugar charlas con médicos para tratar la enfermedad mental desde un punto de vista no solo artístico. Por su parte Fnac acogerá un ciclo se series de televisión.
La Nau y Las Naves son los últimos escenarios de una quinta edición que ha dejado su sede anterior, el Centro del Carmen, para ocupar espacios de toda la ciudad. Con Dibu Caos (del 24 de mayo al 12 de junio) La Nau se acercará a los más pequeños, mostrando los diseños presentados en el concurso para optar a ser imagen de la programación infantil. Entre otras actividades, el 20 y 21 de mayo será escenario del estreno de Moira, primera pieza del colectivo LedSilhouette, obra que parte de "la gran controversia que causó el suicidio de Marilyn Monroe". Por su parte, Las Naves será sede del III certamen coreográfico 10 Sentidos, al que se han presentado más de 200 piezas de pequeño formato.
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