La controversia, un runrún en todo Hollywood, reiteraba hashtag en enero de este año. En plena celebración del Martin Luther King Jr. Day, Spike Lee advertía en su cuenta de Instagram que no acudiría a la entrega de los Premios de la Academia como protesta por la discriminación que las minorías étnicas sufrían en las producciones de Hollywood, lo que se había traducido en la inexistencia de nominaciones a profesionales negros. Su decisión se preñaba de significado porque esta edición, el director de Haz lo que debas había sido reconocido con el Oscar Honorífico.
Tras el anuncio de su plantón, las protestas se sucedieron, aunadas bajo la etiqueta #OscarSoWhite, acuñada en 2015. El común de los damnificados señalaba a los jefes de los estudios como discriminatorios, Jada Pinkett Smith y Will Smith también rehusaban acudir a la ceremonia, y actores como Don Cheadle llamaban a “contemplar todas las razas, voces y géneros como protagonistas de las historias”.
Con lo dilatado que es el tiempo cuando se trata de sacar adelante una película, los brotes verdes de un supuesto vuelco a la situación no pueden germinar en tan solo un año. Sin embargo, es un hecho que la gala de los Oscar de este próximo 2017 va a estar marcada por la corrección política a fin de evitar una nueva acusación de racismo en sus candidaturas. Y el festival que mejor anticipa la terna de los nominados demuestra en su edición 41 una llamativa sensibilidad hacia la diáspora. Entre el 8 y el 18 de septiembre próximos, el TIFF de Toronto avanza una programación que abunda en la diversidad de roles y de argumentos en loor de la comunidad afroamericana.
Si bien se ha reservado la inauguración del festival al remake de Los siete magníficos a cargo del director de color Antoine Fuqua y protagonizado por el dos veces oscarizado Denzel Washington, la película que acopia más significado y expectativas es The Birth of a Nation. La ópera prima de Nate Parker es un drama histórico basado en la cruenta rebelión protagonizada por el esclavo Nat Turner en el estado de Virginia en 1831. El relato de su gesta fallida contra el sistema esclavista en EE.UU. fue la sensación de Sundance, donde Fox se marcó un record al adquirirla por 17,5 millones de dólares, la mayor suma manejada nunca antes en el festival.
La elección del título del filme, idéntico al de la icónica película El nacimiento de una nación (D.W. Griffith, 1915) no es azaroso, dado que el clásico del cine mudo es considerado un manifiesto racista que celebra la fundación del Ku Klux Klan.
Si de líderes pro derechos civiles hablamos, el documental I Am Not Your Negro esconde un póker de ases. El director haitiano Raoul Peck plasma en imágenes las 30 páginas del manuscrito incompleto del activista James Baldwin Remember This House, sobre el doloroso recuerdo asociado a la pérdida de sus amigos Martin Luther King, Malcolm X y Medgar Evers. Samuel L. Jackson se hace cargo de la narración en off del ensayo fílmico, donde se hace hincapié en la huella que el trío dejó en el escenario sociopolítico actual y se repasan las muertes de afro estadounidenses en el último lustro. Su estreno arriba en un momento tenso, con un rebrote del asesinato violento de negros a manos de la policía en EE.UU., lo que ha enconado las acciones del movimiento de protesta internacional #BlackLivesMatter. La revolución hoy día, ya se sabe, se inflama a tuit de hashtag.
¿Dónde están las mujeres (negras)?
In 1940, Hattie McDaniel hacía historia como la primera mujer afroamericana en ganar un Oscar. Desde entonces, tan sólo seis actrices de color se han alzado con la estatuilla. Entre ellas, Octavia Spencer, quien fue distinguida en 2012 por su papel en Criadas y señoras. Como viene siendo costumbre, la película había sido programada en el TIFF en 2011, plataforma desde la que se va aupando a los candidatos a la estatuilla.
Esta edición, la intérprete regresa al festival canadiense con Hidden Figures, sobre tres matemáticas afroamericanas que proveyeron de datos a la NASA para su primera misión espacial. El filme biográfico supone la segunda incursión en el cine de la cantante Janelle Monáe. Su debut, también presente en Toronto, lleva por título Moonlight. El filme es una producción de Brad Pitt y adapta la obra de teatro In Moonlight Black Boys Look Blue, “un estudio sobre la masculinidad afroamericana” ambientado durante la guerra de las drogas en el Miami de los años setenta.
Janelle, conocida por su infeccioso R'n'B, por lucir siempre esmoquin y por su querencia por los androides, pasa por ser una de las pocas mujeres negras al frente de su propio sello discográfico. Otra cantante todopoderosa del R'n'B es Alicia Keys, quien atesora 15 Grammys y regresa a la música tras un parón de cuatro años con el tema principal de la banda sonora de Queen of Katwe, de la directora india Mira Nair, en la sección de galas del TIFF.
La película de Disney está protagonizada por la última actriz negra ganadora del Oscar, Lupita Nyong’o, que en 2014 fue premiada en la categoría de mejor intérprete secundaria por 12 años de esclavitud, de Steve McQueen,. El biopic con el que ahora visita el país de la hoja de arce reproduce la historia real de Phiona Mutesi, una joven prodigio de un suburbio de Uganda que se convirtió en campeona internacional de ajedrez gracias a la ayuda de un ex misionero y entrenador de fútbol llamado Robert Katende, interpretado en la ficción por David Oyelowo.
Algo similar está sucediendo hoy día en Nigeria, Ghana, Kenia y Ruanda, donde el gerente general de los Toronto Raptors de la NBA, Masai Ujiri, está desarrollando un programa de baloncesto para educar y enriquecer las vidas de jóvenes desfavorecidos. Su iniciativa filantrópica ha sido recogida por Hubert Davis en el documental Giants of Africa.
Amor en blanco y negro
Tanto Loving como A United Kingdom eran carne de documental, pero dos directores con arrestos han decidido dramatizar ambos episodios históricos. Los dos filmes abordan las cuitas del matrimonio interracial. Con Loving, Jeff Nichols ha vuelto a dar un giro a su trayectoria. Tras su aproximación a la ciencia ficción en Midnight Special, el personalísimo autor de Take Shelter y Mud, detalla ahora el Caso Loving v. Virginia, una causa judicial en defensa de los derechos civiles de una pareja de un hombre blanco y una mujer negra en el Estados Unidos segregacionista de 1958. La interpretación de Ruth Negga ya suena entre los futuribles candidatos al Óscar.
Así sucede también con David Oyelowo, doblemente presente en la programación de Toronto, tanto en Queen of Katwe como en A United Kingdom. El actor, conocido por interpretar a Martin Luther King en Selma (Ava DuVernay, 2014), vuelve a ponerse en la piel de otra figura legendaria que empleó medios no violentos para cambiar la historia. En esta ocasión da vida a Seretse Khama, un príncipe que contrajo nupcias con una empleada inglesa del Lloyd's of London. La directora Amma Asante plasma las tensiones políticas de su romance prohibido en los años cuarenta, así como el periplo de Khama hasta liderar la independencia de su nación del Imperio Británico y convertirse en el primer presidente de Botswana.
Toronto viene atiborrado de épica esta edición. Pero a diferencia del movimiento #OscarsSoWhite, criticado por su reduccionismo de la discriminación étnica a la raza negra, en el TIFF, por suerte, entre sus 300 películas no todo es dirimir la necesaria batalla por la mayor presencia de los profesionales afroamericanos en el cine made in Hollywood. Sus 16 programas son un rico mosaico de minorías étnicas y celuloides regionales. No en vano, la organización se vanagloria de haber cimentado “el festival más grande, influyente e inclusivo”.