VALÈNCIA. La exposición De un lado y del otro. El gabinete del ilustrador abre este curso la temporada en la sala de exposiciones de Rectorado de la Universitat Politècnica de València para presentar por primera vez en València una amplia selección de trabajos de Javier Sáez Castán, Premio Nacional de Ilustración 2016 y autor del Animalario universal del Profesor Revillod entre otros libros y trabajos que están recogidos en la muestra. La muestra supone un recorrido por distintos momentos en la trayectoria del ilustrador a través de más de un centenar de trabajos (entre bocetos, material de proceso, obras acabadas y libros), y es una ampliación de la exposición Prodigios y curiosidades que se ha podido ver en el Museo ABC de Madrid (diciembre 2016-marzo 2017) y en la Casa Revilla de Valladolid (mayo-junio 2017).
Para la ocasión hemos querido sumar tres series de dibujos y pinturas sobre papel realizadas entre los años 1986 y 1987, subrayando un punto de inflexión entre el final de su etapa de formación y el inicio de su carrera profesional, entre Madrid y Valencia, lo que permite comprobar cómo el particular imaginario del autor aparece y se va gestando en aquellos años de incertidumbre y de la Movida entre la mirada sobre lo cotidiano y la narración de una ficción mágica. Además, en el centro de la sala, la exposición presenta por primera vez al público parte de un nuevo libro en proceso e inédito (y de la que toma el título: De un lado y de otro) lo que permite trasladar al espectador al estudio para que imagine al ilustrador trabajando, yendo de la idea a los bocetos, a las pruebas, pasando por las referencias y el material de archivo, pero sin desvelar todavía la historia.
Javier Saéz Castán (Huesca, 1964) es autor e ilustrador de álbumes, cómics, novelas y otros “artefactos ilustrados”. Reconocido a nivel internacional y traducido a varios idiomas, comparte su experiencia como autor en cursos, talleres y conferencias por toda la península y en el extranjero (Francia, Portugal, México, Colombia o Venezuela). Castán cursó la especialidad de Dibujo en la Facultat de Belles Arts de la Universitat Politècnica de València en la primera mitad de los años ochenta, a la que regresa puntualmente como profesor del Máster en Ilustración y Diseño de la UPV y, este año, como flamante Premio Nacional de Ilustración 2016, un reconocimiento en el que el jurado destacó “su creatividad y talento narrativo que implica la dimensión objetual del libro; por su capacidad para construir mundos y contagiarlos; por la calidad de sus obras, muchas de las cuales son grandes clásicos contemporáneos de dimensión internacional y por su generosidad como formador”.
Este galardón se suma a otros muchos recibidos con anterioridad por sus libros como el premio al Mejor Libro Ilustrado en la FILIJ de México en 2004, la Mención de Honor del Premio Iberoamericano de Literatura Infantil de la Fundación SM en 2008, el premio Nostra otorgado en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (México) en 2009, la Golden Book Key al mejor libro publicado en lengua holandesa en 2011 o premios como el del Banco del Libro de Venezuela (en dos ocasiones) y el White Ravens otorgado por la Internationale Jugendbibliotehek de Múnich (en tres ocasiones).
El catálogo que acompaña la exposición reproduce parte de las obras expuestas junto con un texto de José Luis Cueto Lominchar, Vicerrector de Alumnado, Cultura y Deportes de la UPV, y otro de Pablo Auladell, ganador del Premio Nacional de Cómic 2016 por su obra El paraíso perdido. Pablo Auladell es docente del Master Ars in Fabula y de la AIF Summer School en Macerata (Italia). Ha ilustrado más de treinta álbumes, novelas y cómics y su obra ha sido expuesta en galerías y ferias de Madrid, Barcelona, Roma, Bolonia y Ginebra. Asimismo, ha impartido charlas y talleres en España e Italia. La exposición, como señala Pablo Auladell en su texto, es un prodigio, el prodigio que consiste “en que en estos días atroces donde ya nada parece sorprendernos, un puñado de dibujos nos conmuevan porque están como sacados de la caja de lapiceros que guardábamos en secreto para dibujar de mayores, cifrados por un misterio que ya pocos saben reconocer”.