VALÈNCIA. El IVAM se asoma a uno de los movimientos artísticos más desconocidos del siglo XX en Europa gracias a su programa Caso de Estudio. En esta ocasión, la galería 3 del centro de arte contemporáneo abre una mirilla hacia el arte holandés de entreguerras. Se trata de la primera vez en España que se exhibe un importante conjunto de obras de este período creativo del arte holandés, crucial en la Historia del Arte de los Países Bajos. Esta exposición es en realidad el viaje de vuelta de la colaboración que estableció el IVAM en 2017 con el Kuntsmuseum Den Haag de La Haya, a la que el museo valenciano cedió obras para su muestra sobre Julio González.
Este nuevo caso de estudio permitirá contextualizar una parte de los fondos del museo centrados en las cualidades expresivas y representacionales del arte figurativo de entreguerras con representantes tan emblemáticos como George Grosz, Max Beckmann y Otto Dix junto a las aportaciones más existenciales de los artistas holandeses. Cada uno de estos artistas cuentan con una idiosincrasia única que baña su obra. Grosz, la crítica social; Beckmann, la independencia y la soledad; Dix, el dadaísmo. Pero todos están bañados por el expresionismo y por una nueva visión de la representación, que se encuentra a medio camino entre las vanguardias y las nuevas formas de expresarse, pero sin dejar de tomar como objeto representado retratos y escenas cotidianas.
Esta escena artística estaba poblada de intelectuales progresistas, que empezaban a tomar el arte como una herramienta ideológica en una lucha de clases que también se libraba en la imagen plasmada en un lienzo.
La figuración en todas sus variadas formas ha sido una constante en los discursos teóricos del arte del siglo XX, al lado de los otros conceptos dominantes más herméticos o generalistas centrados en la abstracción y el surrealismo. Esta alternativa basada en el estudio de la condición humana supuso una vuelta a la representación que sirvió de refugio ante un mundo que oscilaba entre la barbarie y el ensañamiento durante el periodo de entreguerras. La figuración tuvo un amplio florecimiento en países europeos como Italia, Alemania y Holanda.
En este terreno de las técnicas realistas que definen la aproximación figurativa ocupan un lugar destacado las miradas agudas y penetrantes de artistas como Charley Toorop (1891-1955) y Pyke Koch (1901-1991), que aportaron sus atmósferas envolventes al realismo mágico holandés y ampliaron la tipología enormemente compleja y diversa del concepto del retrato, que abandona su función como reflejo del poder a viaje hacia el centro de una interioridad complejo, que un nuevo mundo civilizado y occidentalizado empezaba a enseñar. En este sentido, Toorop hizo una labor más que notable en representar a mujeres que no respondían a los cánones de la sociedad ni mostraban las preocupaciones que se le suponían en aquella época.
Desde esta premisa, la muestra Reinventando la representación: Arte holandés de entreguerras hará un repaso, a partir del día 25 de septiembre y hasta el 19 de enero de 2020, por este caso de estudio que no solo trata óleos y grandes obras, sino que supone un viaje por el propio proceso artístico y creativo que rodea esta reinterpretación del retrato, que no nace del pincel, sino del territorio de las ideas.
El IVAM completará esta muestra con una conferencia a cargo de un representante del Kuntsmuseum Den Haag y un recorrido guiado a cargo de Josep Salvador, comisario de la exposición.
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