VALÈNCIA. El Premio Julio González tiene nueva dueña. El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha concedido el galardón a la artista Mona Hatoum, convirtiéndose en la segunda mujer que lo consigue, tras Annette Messager el pasado ejercicio. La elección se demuestra coherente por lo que respecta a la propia línea expositiva del museo dirigido por José Miguel G. Cortés, tanto en relación a la especial atención a artistas mujeres –máxime cuando el porcentaje de obras expuestas de creadoras en los museos valencianos es paupérrimo- y su vinculación con el mediterráneo. Nacida en Beirut en 1952, sus padres, de origen palestino, tuvieron que salir de su país para asentarse en el Líbano, un paso intermedio hasta que emigraron a Inglaterra, una experiencia vital clave en su discurso artístico, ahora premiado en València.
Su trabajo, que se sumerge en la interpretación de las formas, propone nuevas poéticas en torno a conflictos presentes, aunque no siempre de manera explícita. “Prefiero quedarme en una zona de connotaciones, de significados. Quiero ser universal. No me gusta hablar de esa situación, que es muy íntima y emocional para mí. A través de mi obra, que cada uno piense lo que significa”, explicaba en una entrevista concedida a El País, tras recibir el premio Albert Camus. “Hatoum no te grita. Te dice lo que quiere pero de un modo inteligente y amable”, decía sobre su obra Ziba Ardalan, presidente de la fundación Parasol, en declaraciones recogidas por The New York Times. Quizá por esto la idea de mapa es recurrente en su obra, una reflexión sobre un espacio aparentemente estable pero que siempre sus límites o fronteras son mucho más precarias, cuestionables y tambaleantes de lo que pudiéramos pensar.
En este sentido Mona Hatoum ha creado un amplio conjunto de obras que recuerdan o se asocian con muy diferentes tipos de mapas, confeccionados con materiales muy frágiles que fácilmente pierden su forma original y se convierten en espacios desterritorializados, sin fronteras claras ni evidentes. Son mapas que no solo hablan de los aspectos geográficos sino también de las situaciones personales, sociales y políticas de las personas que habitan en ellos. "Su trabajo siempre ha girado en torno a las grandes problemáticas de esta zona geográfica. Así, temas como la violencia, la guerra, la diáspora y el exilio son elementos centrales de una obra de una gran potencia ideológica y de una gran solidez poética”, destaca el director del IVAM sobre el trabajo de la artista, una obra “sutil y enigmática que nos enfrenta a las más profundas emociones y sentimientos”.
Su viaje personal se desvela en las múltiples capas de lectura de sus piezas, con el turbulento mediterráneo como fuente fundamental de su trabajo creativo. Hatoum habla de un mundo frágil, que puede cambiar en cualquier momento. Ejemplo de este discurso en la obra 3-D Cities, que en estos momentos se muestra en la exposición Tiempos Convulsos, una pieza que habla de la cruenta realidad urbana de tres ciudades fundamentales del mundo árabe: Beirut, Bagdad y Kabul. En esta instalación Mona Hatoum exhibe tres mapas, uno de cada ciudad, impresos en papel y montados en planos de madera sobre caballetes, haciendo hincapié en la fragilidad del mundo al que se refiere. Podrían parecer tres planos sin demasiado banales, si no fuera porque las tres ciudades están conectadas por la serie de terribles bombardeos que sufrieron: Kabul en 2001, Bagdad en 2003 y Beirut en 2006.
Esta no es la primera vez que la artista participa de una exposición colectiva en el museo valenciano, cuya obra ha ocupado sus salas en hasta tres ocasiones y próximamente lo hará con una exposición en solitario. Además, el centro adquirió obra de la libanesa en 2018. "He participado en tres ocasiones en exposiciones colectivas del IVAM y me encanta la idea de tener una exposición exclusiva. Creo que es una oportunidad para mostrar más extensamente mi trabajo para ofrecer al público local una experiencia más profunda de mi obra", ha expresado la artista tras conocer que es la receptora del galardón. El Premio Julio González se instauró en el año 2000 con el fin de distinguir y reconocer a aquellas personas que por su trabajo, méritos y actividad a lo largo del tiempo, destacan en el ámbito de la creación artística por su contribución al desarrollo del arte moderno y su proyección internacional, un premio dotado con 20.000 euros y una exposición individual. Mona Hatoum se une a una larga lista de premiados, como Annette Messager, Andreu Alfaro, Christian Boltanski o Bernar Venet.