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El Museo de Bellas Artes indaga en la pintura como prueba de fe

21/10/2021 - 

VALÈNCIA (EP). El Museo de Bellas Artes ha rescatado 44 obras "escondidas" de sus fondos para indagar cómo la pintura sirvió como prueba de fe en todo el arco mediterráneo y que ahora se exhiben en la muestra Creer a través de los ojos. Pintura y verdad en la València del siglo XVII. La directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, y el director del Museo de Bellas de Artes de València y comisario de la exposición, Pablo González Tornel, en la presentación de esta muestra que se exhibirá hasta el próximo 6 de febrero y que esta tarde se inaugurará con acceso al público por primera vez desde las restricciones macadas por la pandemia.

González Tornel ha destacado que el hilo conductor es "muy sencillo: contar a los espectadores del siglo XXI cómo se creía por imágenes a través del siglo XVII". Así, la cultura visual en el Seiscientos se centraba en que las "imágenes eran pruebas" de modo que "algo era cierto o no en función de si se representaba en la imagen". "Si Cristo se representaba en la cruz era porque había existido la crucifixión", ha comentado. Al respecto, ha comentado que esta muestra se comenzó a idear a partir de la concepción de su antecesor, Carlos Reyero, de que el Museo era "un diamante en bruto" y que se debía mostrar al público muchas de las obras que estaban "escondidas" en sus fondos.

De este modo, se han recuperado 44 obras de los fondos de la pinacoteca, de las que 35 estaban en los almacenes y solo 9 de ellas se habían exhibido. Además, se han tenido que restaurar siete lienzos que estaban en mal estado, como la Santa teresa de Jesús según el modelo de fray Juan de la Miseria que estaba roto en dos. El eje vertebrador es el naturalismo y el realismo en la pintura religiosa católica tras la eclosión del protestantismo, y enseñar las razones que motivaron en València esta opción estética se mantuvo vigente hasta finales del Seiscientos. Para ello, se ha hecho "un gran esfuerzo" en colgar paneles explicativos que haga al visitante poder "disfrutar" de la exposición.

Recorrido

El recorrido se articula en cinco secciones. La primera, 'Creer a través de los ojos', una explicación de qué es el realismo, de cómo la pintura se sirvió de lo natural para que fuera realista. A continuación 'Una cierta mirada italiana' trata de dar explicar por qué en València se impregnó de las corrientes italianas que dieron una mirada "tenebrista, dura, de claroscuro y muy realista" siguiendo al maestro Caravaggio. "Si se hubiera bebido de Ruben las obras tendrían mucho color", ha comparado. Por últio, se recorre la evolución de la pintura valenciana en este siglo.

Por su parte, 'De la contramaniera al realismo caravaggesco' muestra la evolución de la pintura valenciana hacia presupuestos naturalistas de la mano de autores como Francisco Ribalta, Jerónimo Jacinto de Espinosa o Miguel March. La cuarta profundiza sobre la vinculación entre 'Reliquia e imagen', de cómo la pintura supone un vestigio de algo que había sucedido al igual que una reliquia es un trozo de una realidad físic que prueba que el total existió. Por último, 'Retrato y verdad' de cómo en el siglo XVII se crea la idea del verdadero retrato, que supone plasmar los rasgos físico del original, y se comienzan a hacer verdaders retratos de los santos como reflejo de la realidad.

González Tornel ha destacado que se incluyen verdaderas joyas como 'San Juan Bautista', que se pensaba que era del entorno de José de Ribera (1591-1652) y que tras su restauración se atribuye directamente a él o a s taller, o rarezas como un San Vicente Ferrer de Francisco Ribalta que llora mientras da su sermón. Otras de las obras que se exhiben son 'Crucifixión de San Pedro' y 'Decapitación de San Pablo', de Mario Minniti (1577-1640), 'Salvator Mundi', de Juan de Sariñena (1545-1619), 'Martirio de San Pedro Mártir', de Jerónimo Jacinto de Espinosa (1600-1667), y 'San Pedro Apóstol', 'San Elías y San Eliseo' o 'San Francisco de Paula', de Miguel March (1633-1670).

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