El artista solo dejó de pintar un año antes de su muerte y sus últimas obras se presentan cojuntamente con los pintores que le sucedieron.
VALENCIA. Los retratos de Pinazo se conviertieron en los embajadores de la escuela valenciana de principios del siglo XX, sin embargo, hace casi un año parte de sus cuadros estaban ocultos en los sótanos del Museo de Bellas Artes de Valencia. Influenciado por Goya, Ribera o Ribalta, el pintor de Godella dejó de lado la pintura académica y el frescor del impresionismo y los trazados rápidos llenaron los últimos años de su vida. La colección ofrece un recorrido cronológico desde 1912 a 1927, y como afirma su comisario, Francisco Javier Pérez Rojas, las fechas no son gratuitas. Del ocaso de los grandes maestros a la juventud artística. Valencia 1912-1927, descubre la diversidad de personalidades y estilos que supone la transición de la pintura decimonónica a las vanguardias del siglo XX.
Según Pérez Rojas, está exposición es necesaria porque celebra el Año Pinazo y su trabajo deja de ser "un genio dormido". El MuVIM es el primer museo en crear un discurso pinazino, y la colección "es como una película", pues empieza por el final para que el resto de exposiciones desvelen los detalles. El IVAM, donde tiene una sala permanente, el Ayuntamiento de Valencia, la Fundación Bancaja o el museo San Pío V acogerán otras colecciones para celebrar el centenario. El comisario destacó en la rueda de prensa que la mitad de las piezas pertenecen a colecciones particulares y que nunca se han visto, muchas de las obras también han sido restauradas ad hoc.
Esta exposición celebra a su vez el centenario de la creación de la Juventud Artística Valenciana, que expuso por primera vez en el verano de 1916 en la Universidad de Valencia y recibió el apoyo de algunos maestros consagrados como Sorolla. La muestra recoge obras de estos pintores que pese a su corta edad querian revitalizar el escenario pictórico. . El desarrollo de la Primera Guerra Mundial también supuso una reactivación de la vida artística en la ciudad, de hecho muchos pintores, como Francisco Povo, se refugiaron en España hasta el cese del conflicto. Tras 1918, las nuevas corrientes que aterrizaron debido a la guerra, propiciaron la desaparición del modernismo y su transición a las vanguardias. Durante los años 20 se rompe el espíritu del siglo anterior y se comienza a sustituir, tenuamente, el regionalismo por un "Art Deco floral y suavizado".
“Dedicarse al arte significa elegir una realidad donde instalarse”.
Jordi Teixidor