VALÈNCIA (VP/EP). El refugio antiaéreo de la guerra civil ubicado en el edificio de Bombas Gens, uno de los pocos que quedan en la ciudad de València de tipología "fabril" y el "único" de estas características "visitable", abrirá sus puertas al público este sábado tras la recuperación a la que ha sido sometido después de haber sido descubierto durante las obras de rehabilitación y adecuación del inmueble como centro cultural. Este espacio se dará a conocer con actividades didácticas para escolares y visitas guiadas por mediadores patrimoniales. Las visitas se podrán realizar mediante reserva dado el aforo limitado del espacio, fijado en grupos de diez personas.
El refugio se convierte en un nuevo atractivo de Bombas Gens Centre d'Art y se suma a su oferta cultural, artística y patrimonial. Así lo han indicado este viernes la directora de la Fundació Per Amor a l'Art, que gestiona el centro, Susana Lloret; la arqueóloga Paloma Berrocal, y la coordinadora de la restauración, Sofía Martínez, en la rueda de prensa de presentación del espacio recuperado. "El refugio es un valor añadido a lo que la Fundació Per Amor a l'Art, a través del edificio de Bombas Gens, puede compartir con todo el mundo", ha señalado Lloret, que ha destacado la importancia de dar a conocer infraestructuras como esta para trasladar a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes, lo que fue la guerra civil.
"A muchos niños eso de la guerra civil les suena a película. Visitar y estar en el refugio es una forma directa de dar a conocer ese conflicto y de tener la medida de lo que fue, no un cómic sino una realidad. El refugio recrea esa atmósfera", ha aseverado la responsable de la fundación. Asimismo, ha resaltado que el espacio se une "al círculo de refugios" que hay en València y con los que se pretende mantener relación. Susana Lloret ha destacado que el refugio fabril de Bombas Gens aparece ya en la publicación del Ayuntamiento de València 'Tempesta de Ferro', que habla de los refugios antiaéreos de la ciudad. "Se incorporará a los refugios visitables. La idea es aportar, sumar a los que ya hay", ha expuesto.
Lloret ha asegurado que el descubrimiento del refugio de Bombas Gens durante la rehabilitación del edificio, una antigua fábrica de bombas hidráulicas de riego que mantuvo su actividad hasta 1991, fue "una sorpresa, un hallazgo absolutamente inesperado", como ha sucedido también "con la bodega" encontrada en el inmueble. "Cuando lo descubrimos durante las obras de recuperación pensamos que era una carbonera", ha dicho, al tiempo que ha explicado que el espacio "funcionó como carbonera todos los años que no fue refugio". No se han encontrado ni proyecto, ni planos ni fotografías de gente en este refugio, que se calcula que se construyó en 1938.
La localización de esta pieza patrimonial se produjo tras hallar "una puerta que parecía que llevaba a una carbonera" y "tras la que había bolsas de basura acumuladas, escombros y otros restos. Al ir retirando todos estos elementos se descubrieron las escaleras que conducen al interior del refugio y el resto de la instalación, que cuenta con un acceso, en el patio de Bombas Gens, y con una salida que da a una de las naves de exposiciones del centro. Este refugio fabril, construido "pensando en la protección" con una estructura de "hormigón armado", consta de una sala principal de 21,64 metros cuadrados y 2,78 metros de altura. Ahora se entra y sale de este espacio por la entrada, ya que la salida, sin escaleras y con una rampa que se había tapado tras dejar en desuso el refugio, queda a suelo raso de una de la Nave 4 y se ha cerrado con un cristal para que desde ella se pueda ver el interior pero sin poder acceder a él.
Paloma Berrocal, que ha detallado que durante la guerra civil los hornos de fundición de la fábrica de Bombas Gens -ocupada en ese periodo por el bando republicano para hacer bombas de mortero- se usaron para "crear material de guerra", ha señalado que fue necesario crear un lugar en ella para que "los trabajadores se pudieran refugiar ante un ataque del enemigo, por avión o desde los puertos" al haberse convertido en "objetivo militar". Se estima que en este espacio se refugiaban de 30 a 40 personas.
La arqueóloga ha subrayado que este refugio tiene como característica su tipología fabril, que lo hace distinto a los situados en el Ayuntamiento de València o en el Luis Vives, que "son escolares y con mayor capacidad para albergar niños y profesores". Así, ha precisado que el de Bombas Gens es "más pequeño" y que muestra en sus paredes "letreros con mensajes dirigidos a los obreros y obreras" que se resguardaban en él y diferentes a los dirigidos a menores.
Berrocal ha apuntado que las del refugio fabril son indicaciones "de carácter más sanitario" como 'No fumar ni escupir' o 'Por higiene se ruega no tirar inmundicias de ninguna clase'. Respecto a ellas, Sofía Martínez, que ha destacado que el refugio estaba "intacto y tal y como se había abandonado", ha agregado que en las paredes se pueden observar unos hechos en primer lugar, "a mano y de forma más rápida" y sobre ellos otros "con tipología más ordenada y de la época".
"El tiempo y la humedad han hecho que se puedan ver los dos tipos de carteles. En ambos pone lo mismo aunque el primero con más rapidez y el segundo, con más detalle", ha expuesto. Tanto la arqueóloga como la coordinadora de la restauración han comentado que el refugio conserva otros "elementos que hablan de la sociedad del momento, que viene del modernismo y que está acostumbrada a poner elementos de adorno en todas partes", como la decoración de las paredes con "un zócalo gris y sobre él filetes amarillos y blancos".
Además, se conservan los tubos de cerámica que actuaban como respiraderos, la roza por la que iba el cableado de la luz y los apliques de madera en los que se sujetaban y se sujetan ahora las bombillas para iluminar el refugio.
Martínez ha manifestado que los trabajos de rehabilitación han consistido "principalmente en una limpieza en profundidad" para eliminar "la suciedad" existente, con "un componente graso como consecuencia de haber sido almacén de carbón". Igualmente, se ha trabajado para "tratar humedades, extraer sales y consolidar muros". "Hemos dejado la huella y el alma de lo que fue. Todo es original, no ha sufrido ninguna intervención posterior", ha agregado.