Sagunto reúne este fin de semana a grandes referentes del uso de las artes en la intervención social
VALÈNCIA. La Cámara de Diputados de Chile aprobó en enero de 2006 la inclusión de la enseñanza de teatro en Educación Básica y Media. En Argentina, es materia obligatoria dentro del currículo, y en Brasil, sucede otro tanto con la danza. Mucho distan de la realidad española estos referentes. Con la entrada en vigor de la LOMCE, las horas dedicadas a enseñanzas artísticas quedaron en manos de las comunidades autónomas, ya que no tienen carácter de materia troncal.
La llamada Ley Wert ha supuesto un agravio para las artes escénicas del futuro, pero, sobre todo, un perjuicio par la ciudadanía en su conjunto, pues como compartía el dramaturgo Andreu Alfaro en una entrevista reciente publicado en CulturPlaza, “no hay mejor herramienta para inculcar la tolerancia, que el ejercicio de ponerse en el lugar del otro”.
Además de esa enseñanza en la empatía, la práctica del teatro y de la danza se han revelado beneficiosos en la brega contra el acoso escolar, el machismo incipiente, la violencia estructural, el racismo y la desigualdad social. Tanto en las aulas, como fuera de ellas.
“Esta materia es peligrosa para el sistema, porque pretende crear personas receptivas, críticas y creativas. Es una actividad que sufre grandes altibajos en la educación reglada, porque depende de la política, de las reformas educativas y del patrocinio de las artes, pues en España el apoyo de la sociedad, las empresas, y las fundaciones al teatro no está generalizado”, lamenta Alfredo Mantovani, referente de la pedagogía teatral en España desde hace más de tres décadas.
El autor, actor y pedagogo pronuncia una “desconferencia” sobre el teatro evolutivo en etapas este viernes, 31 de marzo, en Sagunto, en el marco de las Jornadas sobre proyectos artísticos y educativos para la intervención social.
El argentino afincado en Sevilla, ha sido pionero en actividades e investigaciones teatrales con niños, jóvenes y docentes. Entre sus muchos hitos está el de ser socio fundador y presidente de la Asociación de Profesores por la Expresión Dramática en España (Proexdra), cuyos objetivos son difundir y promocionar la enseñanza del juego dramático y el teatro en la educación formal y no formal.
“La relevancia del teatro en las aulas es terminante. Si cuando se instauró la democracia en España, se hubiera establecido el teatro como obligatorio en la escuela, ahora no sufriríamos tan gravísimos problemas en la educación –opina-. Las artes escénicas son una válvula de escape, una forma de expresión, un medio de socialización y de inclusión, tanto de inmigrantes como de discapacitados”.
Sus saberes se hallan compilados en varios volúmenes. Juegos para un taller de teatro (Proexdra, 2004), El actor creativo, la actriz creativa (Artezblai, 2007), El juego dramático de 5 a 9 años (Magina, 2012), La dramática creativa de 9 a 13 años (Octaedro, 2013), El teatro joven de 13 a 16 años (Octaedro, 2014) e Impro, 90 juegos y ejercicios de improvisación teatral (Octaedro, 2016).
Este fin de semana se reúne en el Camp de Morvedre junto a un grupo destacado de referentes en el uso de la expresión dramática. Educacreart 2017 se celebra del 31 de marzo al 2 de abril, y es un proyecto coordinado por los miembros del proyecto pedagógico y teatral Camí de Nora. Esta iniciativa desarrollada en el Camp de Morvedre desde hace 25 años, arrancó en los colegios públicos. Allí, con el apoyo de las AMPAS y las directivas de los centros, empezaron con talleres de juego dramático en extraescolares. Con el tiempo, el ámbito de acción se ha extendido a institutos y asociaciones culturales de la comarca.
En 2006, el Ayuntamiento de Sagunto recogió la iniciativa del equipo pedagógico y apostó por el proyecto de Escuela Municipal de Teatro. Y ahora, cuando se cumple el X aniversario, han puesto en marcha las jornadas.
Mantovani ha sido fundamental en el trabajo de Camí de Nora. Forma parte de un grupo de docentes y hombres y mujeres de teatro que abogan por difundir las artes escénicas como materia educativa en contra de la deriva capitalista de la sociedad.
“La LOMCE es una ley educativa hecha por neoliberales cuya preocupación última es el comercio. Los objetivos de la derecha son la mercantilización, producir dinero. Vivimos un problema de base. El sistema apoya la enseñanza a través de la razón, pero no una educación a través de las emociones, donde se potencie la creatividad –argumenta Mantovani- El teatro es una fiesta, una unión, una celebración… Nadie se puede oponer a eso, pero vivimos tiempos de absurdo total, en los que por hacer un chiste sobre Carrero Blanco, te piden tres años de cárcel”.
La ley de seguridad ciudadana, más popularmente conocida como Ley Mordaza, se halla, precisamente, entre los frentes que Jordi Forcadas trabaja desde su centro Forn de teatre Pa'tothom, en Barcelona.
Este pionero en la implementación del Teatro del Oprimido en nuestro país aplica las enseñanzas del pedagogo teatral brasileño Augusto Boal en comunidades oprimidas. “En estos 17 años hemos trabajado con mujeres contra el maltrato de género y con activistas por el acceso a la vivienda, grupos que ya tienen claro un objetivo de lucha y para los que las artes dramáticas son un elemento más en su búsqueda de estrategias colectivas de cambio. A través de la escenificación de situaciones de opresión, desde un marco lúdico donde pueden exponer sus problemas sin tanta presión, generan un diálogo colectivo sobre la situación”, explica Forcadas, que impartirá un taller el sábado en las jornadas de Sagunto.
El movimiento 15M ha sido clave en el empuje que ha vivido el teatro foro que promulga. A través del lenguaje teatral, su entidad promueve modelos alternativos para luchar contra la injusticia, y ha abierto una nueva vía de movilización ciudadana y reivindicativa del ejercicio de los Derechos Humanos.
En la actualidad están trabajando con las plataformas anti desahucios, en contra de la Ley Mordaza –“intentando visibilizar el retraso que representa en las libertades personales”, y en la denuncia de la evasión de impuestos de las grandes empresas del país. “En momentos tan delicados, nos parece importante que toda la ciudadanía se percate de la importancia que tiene que las empresas que se lucran en España no se lleven las ganancias a paraísos fiscales”.
Las suyas son luchas titánicas, que le obligan a soslayar el lenguaje de los artistas para buscar aliados en colectivos que ya están trabajando sobre estos ámbitos, como, por ejemplo, la Plataforma per una Fiscalitat Justa, “entidades que ya cuentan con economistas que denuncian prácticas legales, pero ilegítimas y poco éticas”.
En el ámbito escolar, Forn de teatre Pa'tothom trabajan, anualmente, en proyectos de larga intervención con cuatro centros en cuyos planes de estudios se ha incorporado un plan de teatro social. Así mismo, realizan intervenciones puntuales tanto para formar profesores como para forjar grupos de convivencia en Santa Coloma de Gramanet, Mollet del Vallès y los barrios de El Raval, en Barcelona, y La Mina, en Sant Adrià de Besòs.
Las trabas a la que se enfrenta Sandra Jurado en la incorporación de la danza en el currículo escolar son de otra naturaleza.
“No tenemos una visión clara de todos los beneficios que puede aportar en la formación integral de la persona. Seguimos viendo la danza como algo reservado a unos pocos, algo elitista marcado por el talento innato. Todavía no hemos llegado al punto de comprender que la experiencia artística es fundamental más allá de la habilidad”, puntualiza.
La bailarina y pedagoga lidera Median T La Danza, un proyecto de mediación a partir de estrategias artísticas, donde se trabajan problemas e inquietudes sociales a partir del movimiento y la expresión corporal. El sábado impartirá un taller de cuatro horas a adolescentes en Sagunto.
A pesar de los obstáculos a los que se ha enfrentado, el de género, entre ellos, ha experimentado y experimenta resultados muy gratificantes. “He visto como muchos chicos y chicas conseguían librarse de muchos tabús e ideas preconcebidas. La danza nos pone a todos en un mismo plano y, trabajada correctamente, genera unos vínculos y un aprendizaje entre iguales difícil de conseguir con otras prácticas. Hay cosas que nos cuesta verbalizar por miedo al rechazo, por no sentirnos capaces de compartirlo, por temor a que cambien la visión sobre nosotros... pero con la danza puedes expresarte libremente sin sentirte invadido o expuesto”.
Jurado ha trabajado con colectivos de mujeres sobre la femineidad, con jóvenes sobre discriminación y acoso escolar, con niños y adolescentes sobre la microviolencia...
“La expresión corporal , el movimiento o la danza (al igual que otras disciplinas artísticas como el teatro) nos ayudan a vivenciar. Yo puedo ser empática en el discurso, pero si lo vivo, si lo siento, si me pongo más cerca de su posición es cuando realmente empatizo”, detalla.
Para ayudar a ponerse en el lugar del otro, Sandra propone ejercicios consistentes, por ejemplo, en la invasión del espacio de otra persona. Los participantes en el taller la siguen, se acercan demasiado o la tocan. De esa forma, se emula la experiencia que la mayoría de mujeres han vivido por la calle.
Tras experimentarlo con el cuerpo, los alumnos lo verbalizan. “Estas vivencias son potentísimas para trabajar el machismo o cualquier otra discriminación. Se trata de huir de los tópicos y del discurso repetido hasta la saciedad y conectar con la realidad de los jóvenes. Si vamos a hablar de discriminación por género en adolescentes tenemos que darles el micro y escuchar”, anima.
En el trabajo contra el bullying, da protagonismo a los llamados by-standers, es decir, los que pasan de largo, los que se ríe de un comentario ofensivo, los que miran. “La mayoría de acciones se centran en el agresor o en la víctima, olvidando el papel del grupo, que bajo mi punto de vista es fundamental. Así que en Median T la Danza trato de reforzar la importancia de todos y todas en la eliminación del acoso escolar”.
Sandra es consciente de que proyectos como el suyo no son una varita mágica que solucione las lacras de la sociedad, “pero cada acción cuenta y cada vez que un participante se cuestiona alguno de sus actos eso repercute en su entorno”.
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