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de vuelta a Vallat, Espadilla y Torrechiva 

El Alto Mijares, dos años después de la llegada de los 'artistas del IVAM'

21/10/2023 - 

CASTELLÓ. Los pueblos más pequeños del Alto Mijares fueron los primeros en recibir en septiembre de 2021 a un grupo de artistas valencianos que llegaron, a través del programa Confluències del IVAM, para crear intervenciones artísticas a partir del intercambio y la escucha activa con sus vecinos y vecinas. Unas creaciones que terminaron el año pasado, pero que siguen a día de hoy formando parte de su cotidianeidad. "No se trataba de hacer una instalación y dejarla allí. Hemos querido mantener el vínculo y el proyecto vivo", explica Eva Bravo, comisaria del programa. 

Y, en efecto, desde entonces, se han organizado sucesivas salidas para conocer las diferentes propuestas artísticas, los lugares y las personas que los acogen. La última hará parada es este mismo sábado en Vallat, Espadilla y Torrechiva. Un autobús saldrá a las 9:30 desde el IVAM de València para recorrer los trabajos que años atrás desarrollaron Laura Palau, Luce y Sandra Mar en estos tres municipios que forman parte, además, de los 24 pueblos valencianos con menos de 100 habitantes. El museo sale de sus paredes para seguir activando el mundo rural.

Tres arbres i tretze fruites

Tres arbres i tretze fruites es la pieza que Laura Palau (Benlloc, 1993) desarrolló en Vallat. El título de su obra es, en realidad, muy explicativo, porque lo que hizo la creadora fue injertar en tres árboles frutales esquejes de diversas especies, de los cuales después brotarán trece variedades de frutas. Palau convirtió los árboles en objetos artísticos, pero esta es, sin duda, una pieza de naturaleza pura, para la que es obligatorio regresar y observar cómo va cambiando dependiendo de la estación. 

La Lona azul

Una de las intervenciones más significativas que Luce (Valencia, 1989) ha desarrollado en Espadilla es Lona Azul. El artista decidió pintar la lona que cubre la superficie de la piscina municipal cuando esta no se utiliza. Por eso, solo sus vecinos, los que allí permanecen todo el año y hacen posible que los pueblos continúen existiendo, son los que la verán. De hecho, hasta ahora no podía visitarse, porque en verano, al haber actividad, no está puesta. Es como dice el mismo creador "un agradecimiento a los que cuidan y mantienen el pueblo". 

La conexión con Espadilla, asegura Luce, "fue inmediata". "Mientras recorría sus calles durante mi primera visita, ya fueron apareciendo ideas para intervenir en diferentes puntos de la localidad. Es mi habitual manera de trabajar: paseo, observo, asocio y resuelvo", afirma. Una manera de trabajar que bien queda reflejada en otra de sus creaciones, como es Llaveros del bar Saganta, la cual dedica a un negocio de la localidad. En los llaveros aparece la figura del mismo mientras camina y un versos de una jota característica del pueblo.

Un tesoro

Un tesoro es el título que engloba las tres intervenciones que ha generado Sandra Mar (València, 1995) tras su estancia en Torrechiva. La ceramista establece un recorrido por los exteriores e interiores de la localidad, situando en diferentes puntos sus piezas. Así, su 'ruta creativa' llevará a quienes la sigan hasta una de las zonas más apartadas del pueblo, pero también a un antiguo lavadero, reivindicando el valor de este espacio comunitario, e incluso al interior de la casa de Delfina. Una vecina con la que la creadora congenió durante su estancia y la cual decidió cederle dos objetos cerámicos que tenía. "La persona que quiera visitarlas tendrá que pedir permiso a Delfina y establecer contacto con ella, que es lo que también quería Sandra. Que la gente no solo pase y se vaya, sino que establezca vínculo con el pueblo". 

Una historia documentada

Son tantas las capas que ha habido detrás de cada creación que desde Confluències decidieron que lo mejor sería rodar un documental. Un documento visual, realizado junto a La Cosecha, que presentan este sábado en el Alto Mijares. "Las piezas propiamente dichas no narran todo lo que se ha vivido, porque el programa pone más atención en lo que ocurre durante las mediaciones que en el resultado final. Por eso, quisimos grabar todo el proceso, que es lo interesante. El acompañamiento que ha habido y las relaciones que se han establecido entre los creadores, los que habitan los pueblos, los que comisarian o el propio museo que se ha expandido", concluye Bravo.

Tras su instancia en Castellón, el programa hará una nueva parada en noviembre en los pueblos más pequeños de València.

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