VALENCIA. “Esta mal que yo lo diga, pero todo el mundo me adora”, dijo Brays Efe en un vídeo de apenas diez segundos, el génesis de un proyecto muy ambicioso. Esta intervención fugaz en Instagram bien podría ser una imitación de Kevin Huvane, el representante de actores más poderoso del globo y famoso por sus excentricidades. Sin embargo, suya no es la ilustre cita, sino de Paquita Salas, otra agente peculiar. Una mujer torbellino que recuerda a una Carmena Barrios castiza y a los repartos almodovarianos, da el nombre a una nueva webserie que se estrenó el 6 de julio. Debutó en Flooxer -la plataforma de contenidos digitales de Atresmedia-, pero dio el salto a las pantallas el pasado lunes con su emisión en el primetime nocturno de Neox. Dirigida por "los Javis" y protagonizada por Efe, se inició como una broma entre ellos y Anna Castillo en la red social, pero ahora, se trata de un trabajo con cinco capítulos grabados que goza de muy buenas críticas en la red. Ellos tres y dos productores, Roberto y Marta, se reunieron en Dmentia, la productora de la serie, para ver el salto de la tablet a la pantalla. Pidieron pizza y tuvieron el móvil alerta, pues el feedback de los seguidores también se ha convertido en un actor más.
25 años más tarde, la agencia PS solo se ha mudado de su antigua sede en Getafe, y como mucho habrá cambiado el color de las paredes y las cortinas. Su dueña, Paquita, ha decidido quedarse entre comillas; encasillada en la década de los 90, cuando el éxito llamaba todos los días a su puerta. De vuelta en 2016, solo la atraviesa su asistente Magüi (Belén Cuesta), el fiel repartidor (Álex de Lucas) y la clienta más antigua, la actriz Lidia San José, que hace de ella misma como los más de 80 cameos con los que cuenta la serie. Entre los que se encuentra Macarena García, la representada más importante y que abandona el barco. "Ha tenido mucho éxito y no se ha dado cuenta de que el mundo está cambiando", cuenta Efe a Valencia Plaza, "esa búsqueda va a desarrollarse durante la serie". Pese a que su trabajo en el pasado no es admirado en la actualidad, "lejos está de inspirar pena por vivir alejada de la realidad", dice el actor, "los espectadores están de su lado cuando se equivoca".
Paquita es un híbrido entre la tía que saca siempre el tocado para las bodas y personajes ya míticos de la sobremesa nacional, "en el look nos hemos inspirado desde Terelú, Mila Ximénez y Lidia Lozano a personas que no son conocidas, como la abuela de Calvo o esa tía del pueblo que tiene todo el mundo", reconoce Brays. Es la fiesta donde esa mezcla se emborracha y es quien la mantiene viva, por eso cae tan bien y es tan tiera, aunque entre en contradicciones o se lie con las nuevas tecnologías. El protagonista, nacido en Las Palmas de Gran Canaria, críado en una granja de Vilariño (Pontevedra) y estudiante de Comunicación Audiovisual en Madrid; se mimetiza con su personaje porque considera que el guión, a parte de estar muy conseguido, está pensado para él.
"Muchas veces me he sentido como Paquita, no reacciono como ella pero la entiendo muy bien", bromea, "ser la última persona en enterarse de algo o sentirse un poco pringado a veces, me pasa eso mismo". Es una catarsis de la clásica señora que se enfrenta a una pérdida y se da cuenta que es la rezagada de un equipo que va demasiado deprisa. Pero no por ello, deja de ser maravillosa. La caracterización le ha servido para interpretar fiel y naturalmente al personaje, lo necesario al tratarse de una producción en clave de falso documental. "Había un equipo de peluquería y maquillaje buenísimos", cuenta, "la transformación me ayudo mucho a actuar". El proceso comenzó cuando Brays se dejó crecer el pelo, "no era una peluca, me hubiera parecido un disfraz", ríe, "un par de días antes de que empezara el rodaje, me tiñeron el pelo, me afeite y me depile". Una vez en el set, maquillarlo costaba una hora y media y después comenta entre risas que le colocaban "una braga metálica" para que no hubiera sorpresas. Se tuvo que acostumbrar a medias, tacones y todo un abanico colosal de joyas y pañuelos. El vestuario le ayudo a trabajar el lenguaje corporal y sentirse como una exhuberante Paquita cada vez que miraba su reloj de pulsera. Es proyecto en el que el joven de 27 años se ha volcado por completo, no es su primer trabajo, pero si el más mediático. Saltó a la fama en Cómo sobrevivir a una despedida, y ha dirigido y escrito dos cortometrajes: La gente que come mucho y Basura.
Efe y ambos directores son íntimos amigos y de hecho, la grabación del serial les ha unido todavía más. Paquita le viene como anillo al dedo y desde el principio se supo quién interpretaría a la representante. “Les entiendo muy fácil”, explica Efe, “sabemos como decirnos las cosas y sé lo que les gusta”. Gracias a esta complicidad, la agencia PS ha sido un plató de improvisación donde la libertad ha conseguido un proyecto fresco, muy natural e hilarante. "Con Belén me llevo muy bien", comenta, "e improvisando han salido escenas muy divertidas". En tan solo nueve días grabaron cinco capítulos, con mucha prisa y poco presupuesto, por lo que, tal y como reconocen los directores, el resultado les ha sorprendido satisfactoriamente y están muy orgullosos de él.
Según Efe, la clave de este realismo es el trabajo en equipo y que todos están comprometidos con el proyecto, "todos los actores que han elegido [Ambrossi y Calvo] están en el mismo código". Los siguientes capítulos, de 25 minutos cada uno, se estrenarán en la plataforma digital y no descarta que el fenómeno Salas continúa su andadura en Neox. "Hemos demostrado que Salas es posible, estoy encantado de formar parte de este proyecto, que ha sido gracias a Flooxer. Nos ha dejado hacer todo lo que hemos querido, y eso quizás no pasa en la tele. Hay muchísimos proyectos y hay espacio para todos, también se puede saltar [de una plataforma] a otra".
Al parecer, su emisión en el canal temático de Atresmedia no ha tenido tan buena acogida como en Flooxer. La aclamada en la red, solo consiguió un 1,2 por cien de share en Neox según Vertele, lo que supone un total de 158.000 espectadores. Aún así, Paquita, con Twitter propio, se convirtió en trending topic nacional como ya lo hizo en su estreno virtual. El apoyo siempre se ha notado, también por parte de actores de referencia. "Cuando estrenamos en los Cines Callao fue muy emocionante", recuerda la noche en la que se hizo un pequeño pase previo, "el público se rio mucho y se me acercó mucha gente". Tanto de compañeros, como de desconocidos, los mensajes le hicieron mucha ilusión y alega que, aunque no ha indagado muchísimo en la red, no ha leído a nadie que "se haya cebado o al que no haya gustado nada". El género cómico de treinta minutos está muy poco explotado en la televisión española, por eso cree que el público tenía ganas de probar el producto. Quien lo saboreó fue Javier Cámara, un clásico en las pantallas nacionales que felicitó un Brays helado.