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editado por el colectivo polvora

Escif crea un cuaderno de nubes de pólvora para redibujar la guerra

21/06/2022 - 

VALÈNCIA. ¿Y si todo fuera tan fácil de imaginar como coger uno de los símbolos de la barbarie de la guerra y, simplemente, redibujarlo? Escif y el colectivo POLVORA proponen precisamente esto en Nubes de otoño. Más que un libro de ilustraciones, un objeto que activa una acción: contraponer la destrucción que significan las nubes de pólvora tras una explosión y la creación de un objeto nuevo.

La alianza entre el colectivo y el artista nació de manera casual en un taller con ilustraciones para “desarmar la guerra”.  El resultado de este fue la mecha para buscar una salida editorial, si bien Nubes de otoño ha ido evolucionando “siendo un trabajo lento que ha evolucionado a lo largo de muchos meses”. El resultado es, en realidad, muy sencillo: un libro, en forma de bloc de notas que reúne una colección de nubes creadas aleatoriamente a partir de un aerógrafo. Las formas y las densidades son pura casualidad, ni su orden ni su tamaño tienen una pretensión mayor que la ser sugerentes para coger un lápiz y dibujar sobre él.

“Las nubes las fue haciendo Escif, un puñado de ilustraciones con aerógrafo de las que luego fue seleccionando las que se han quedado finalmente en el bloc”, explican desde POLVORA. En la otra parte de la página, una coordenada: un punto y un número que recuerda a los pasatiempos infantiles de los manteles de restaurantes, en los que uniendo todos los puntos se formaba una figura concreta. Al final del bloc se descubre que la figura es la silueta de la Franja de Gaza, la herida provocada por la barbarie israelí y la ocupación de los territorios palestinos. También es la forma de un proyectil cayendo desde el cielo hasta el suelo, donde están los civiles.

La nube, como concepto, representa la capacidad de creación sobre la destrucción. Santiago Alba Rico escribe sobre ello en la contraportada: “Las nubes son al mismo tiempo lienzo y dibujo: el lienzo que se dibuja a sí mismo. Un lienzo al que el viento cambia lentamente de forma y de volumen. Todos hemos jugado alguna vez de niños a encontrar en ellas figuras del mundo terrestre: la nube-elefante, la nube-ratón, la nube-abuela, la nube-pez (…) No solo la tierra y el cielo; también nos están robando las nubes. No hay niñez ni arte ni mundo sin ellas. Hay que recuperar las nubes y pintarlas de nuevo”. Cuando hay una ataque, cuando un misil cae, la nube se eleva al cielo y los civiles atacados, se quedan en la tierra.

La idea del objeto no es que se tenga sin más, sino que, en realidad, se convierta en un juego para redefinir el símbolo. Contrastar la cruda realidad del conflicto palestino-israelí con una práctica inocente. Desarmar la guerra.

Tras la colección de nubes, un índice que es un edificio derruido. Cada coordenada tiene una fecha, y cada fecha un episodio de la guerra, una herida más en la Franja de Gaza, desde 1953 hasta 2021. De manera pretendida, las sangrías entre palabras forman la arquitectura de un edificio en ruinas tras la explosión, y en pie vuelven a quedar —igual como la nube— las consecuencias de esta.

Un proceso que se presenta prácticamente culminado

El viaje de ida y venida por parte de Escif y POLVORA ha sido el de conceptualizar mucho el objeto. No es un libro de ilustraciones, ni un fotolibro, quiere ser todo lo contrario y más, sin dejar de ser un objeto sencillo. Nubes de otoño nace de la mente y el imaginario del artista, pero pasando por la solución de diseño del colectivo, un proceso mano a mano que ha pasado por distintas fases y resultados, y que se completa hoy —como viene siendo habitual en los trabajos de POLVORA— con la ‘activación’ en forma de presentación del libro.

Será en la Librería Bangarang y, para completar el proceso de creación del libro, han invitado a 25 personas (desde artistas como Fermín Jimenez Landa, Libertad Ballester, Marta Abad, Riki Blanco, Hector Arnau o Elías Taño, o niños y niñas) a intervenir las nubes para colgarlas en las paredes del espacio y que se puedan ver algunas de las posibilidades de este bloc de dibujo. El círculo se cierra cuando la nube deja de ser un nubarrón de destrucción y se convierte en un símbolo apropiado, no desde la inconsciencia o la evasión, sino desde el gesto político.

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