VALENCIA. “Empezó en un chat como una broma sobre cómo encriptar porno, pero pronto nos dimos cuenta de que habíamos dado con una buena idea. Después de todo, ¿a quién no le gusta un cuerpo desnudo”, explicó a Valencia Plaza la abogada y activista brasileña Joana Varon, del colectivo Coding Rights. Pues dicho y eso, así nació Safer Nudes, una guía para enviar fotos con alto contenido erótico (y de ahí en adelante) a través de internet sin que caiga en manos de quien no debería tenerlas.
Con la colaboración de su amiga Natasha Felizi, agitadora cultural y feminista, ambas empezaron a reflexionar sobre el tema y llegaron a una conclusión. “Hasta hace poco, lo que se decía es que si no quieres que acabe en la red no lo subas a la red, pero quisimos romper con el tópico y asumir que es algo que la gente hace, así que había que enseñarlo a hacerlo de manera segura”, apunta Varon. La abogada presentó su guía en el Internet Freedom Festival que se celebra esta semana en Las Naves.
Varon y Felizi se dieron cuenta de que intentar hablar de privacidad en la red es difícil ya que la gente no suele estar excesivamente preocupada por el tema –“sobre todo por desconocimiento”– pero que si añadían el componente sexual atraería a mucho público. Pero también quisieron que su acción fuera la reivindicación de un derecho.
“Hacer y mandar nudies puede ser un ejercicio de autodeterminación y también un placentero acto de autodeterminación contra el racismo, el machismo y el sexismo, el conservadurismo o la heternoramalidad. Compartir las fotos de uno mismo”, apunta Felizi en la guía, “debe ser una elección personal exclusiva de cada uno y un ejercicio de privacidad”.
“Otra de las razones por las que defendemos los nudies es porque es una manera de luchar de luchar contra los cánones de belleza, sobre todo femeninos, que imponen Hollywood, la industria de porno, las revistas de moda… Nosotras creemos que toda mujer es bella y que hacerse fotos desnudo o desnuda es una manera que tenemos de explorar nuestro cuerpo y buscar nuestro mejor ángulo”, concluye Varon.
Pero, por último, la activista recuerda que “las mujeres suelen ser las principales víctima del porn revenge. Cuando alguien está enamorado, todo es muy bonito, pero después esas fotos privadas pueden dejar de serlo”, añade.
Así, las recomendaciones de Coding Rights, que también pueden descargarse en formato zine para distribuir en cualquier evento son:
- Disfruta: Usa la cámara para encontrar tu mejor ángulo, toma tantas fotos como sea necesario y recuerda no hay reglas ni límites. No tienen que ser imágenes necesariamente pornográficas; es tu desnudo, son tus normas.
- Hazlo de manera anónima: Internet nos ha convertido a todos en mirones así que si mandas una foto a alguien que no conoces intenta que no se vea tu cara, tus tatoos, marcas de nacimiento, cicatrices… ni nada que permita identificarte.
- Utiliza el software adecuado: Hay aplicaciones como Obscuracam que permite pixelar las caras, detalles del fondo que quieras ocultar o lo que sea. Recuerda que tus fotos tienen un motón de metadatos que permiten localizarte (dónde y cuándo se tomaron, por ejemplo) así que bórralos con Photo Exif Editor antes de mandarlas.
- Utiliza canales seguros: Necesitas una app de código libre que ofrezca encriptación a todos los niveles, que permita bloquear las capturas de pantalla, que mande imágenes que se autodestruyan tanto en el aparato desde el que se han enviado como en el servidor, y que no pida un teléfono, un nombre real o un mail. Desgraciadamente el app que haga todo a la vez no existe. Tenlo en cuenta.
- Usa la cabeza: No hagas sexting vía SMS, Whatsapp, Telegram, Facebook, Tinder ya que permita identificarte y descargarse la fotos. Wickr, por ejemplo, encripta end-to-end y hace que las fotos se borren tras ser vistas. Eso sí, no lo sincronices con ninguna red social.
- ¿Y Telegram?: Pese a que es más segura que otras apps, guarda tus fotos 24 horas en el servidor y pide que te registres.
- ¿Quién quiere verme desnuda/o?: Básicamente los gobiernos y las empresas privadas (sobre todo si tienen servidores) pueden hacerlo. Si, además, utilizas una wifi pública, cualquiera que sepa como interceptar el tráfico.
- Borra o escóndete bien: Guardar las fotos encriptadas en una buena medida de seguridad, pero borrar es otra alternativa. Recuerda que tu móvil almacena las fotos en diferentes carpetas así que utiliza programas como CC Cleaner. Piensa que tu móvil se puede perder y caer en malas manos, así que hacer un borrado general de vez en cuando es buena idea. Si decides guardarlas, recuerda que la suite de PGP permite encriptar muy bien y de manera sencilla. Eso sí, que las claves de acceso sean seguras y no las compartas con nadie nunca.
- Pide ayuda: Que tus fotos salgan a la luz no es ningún problema si esa es tu decisión, pero si no es así toma medidas. A veces basta con mandar un mail al servidor que aloja la página, otras será necesario buscar un abogado. Pero, sobre todo, busca ayuda. Hay webs como withoutmyconsent.org, womenagainstrevendeporn.com o takebackthetech.net/know-more que estarán encantadas de hacerlo.