VALÈNCIA. Decía el actor alcoyano Julli Mira que el resultado de “qué somos y quiénes somos” es un poco de cada cosa, una frase que marcaría su vida y probablemente la de todos los que le rodearon. Él fue, ciertamente, un poco de todo: actor de doblaje, en parte director (si se lo proponía), actor de cine, teatro y televisión, además de un gran padre y amigo. A lo largo de su trayectoria pudo crear su propio camino construido con esfuerzo que le llevaría a participar en decenas de películas como Gracias por la propina, La mar, Las voces de la noche y Héctor: el estigma del miedo, que se convertiría en una de sus obras clave.
Con esta última se celebró este fin de semana su homenaje en el marco del festival Cinema Jove, con la proyección del film -en la Sala Berlanga de la Filmoteca- y un coloquio previo. En este se celebró su trayectoria en un acto de homenaje junto a la Acadèmia Valenciana de l'Audiovisual (AVAV), la Associació d’Actor i Actrius Professionals Valencians, el IVC, el Col.lectiu de Professionals del Doblatge CPD y À Punt Mèdia.
Un acto para celebrar la historia de “la voz de una generación” a través de las voces de Vicent Tamarit, director, guionista y productor de cine y TV, su hija Ariadna Mira, el actor de doblaje Rafa Contreras, el productor Pep Ferrandiz y la actriz Cristina Perales. Una conversación para celebrar a quien pidió que siempre le recordaran como un profesional que profesa “un amor desmedido por lo que hace”, tal y como destacaba en una de sus últimas entrevistas junto a Perales. La actriz, y periodista, confesó que siempre le encontraba con una energía desbordada con sus personajes y con un profundo amor a su trabajo que podía parecer que haría peligrar el resto de su vida, aunque nunca fuera así.
Para realzar la figura del actor Tamarit quiso destacar la importancia de la proyección del film Héctor, el estigma del miedo, una película de militancia y trinchera “hecha con el corazón y con el alma” y que en el año 1981 tuvo que atravesar todo tipo de complejidades en su rodaje hasta llegar a su estreno de la mano de Carlos Pérez Ferré. Tal y como recordó Tamarit este film no podría haber nacido sin la labor tras las cámaras de Mira, quien hacía de las películas una experiencia única: “Las películas son siempre una creación colectiva, cuanta más inspiración hay tras la cámara, más se verá delante”. En esta quiso incluir a su hija: Ariadna Mira, quien con tan solo 10 años, trabajó en el rodaje que recordaba más bien como un “juego” en el que su padre seguía siendo el mismo de siempre, aunque desbordado de pasión por su trabajo.
Tamarit quiso destacar también que el film surgió cuando estaban completamente arruinados, y pudo ir hacia delante una vez ganó el premio de Nuevos Realizadores en el Festival de San Sebastián, tal y como recordaba Ferrandiz: “San Sebastián llegó tras el desastre del rodaje, nos tuvimos que plantear qué hacer si nuestra carrera se terminaba antes de empezar”, comentaba entre risas recordando el rodaje en el que Mira fue una de las figuras clave, “era un asistente de producción envidiable, un buen actor y además buen director si se lo proponía”.
Respecto a su carrera en el mundo del doblaje, Contreras quiso recordar como en la industria tenían claro que la suya era “una voz excepcional” y que era uno de los grandes “enamoramientos” del sector. A ello se le suma su gran virtud de no perder nunca la capacidad de ver las cosas "con ingenuidad y que tenía una naturalidad envidiable”.
Ferrandiz quiso recordar también como en Madrid y Barcelona le paraban por su trabajo, pero que Juli era más bien un actor excepcional porque hacía de todo y era capaz de todo: “Es excepcional, pero hay actores y actrices que hacen de todo y hacen todo bien. Venía de Barcelona a València y era todoterreno y siempre capaz con todo”. Recordando su labor, y a modo de introducción del coloquio, Teresa Cebrián -presidenta de la AVAV- quiso celebrar la importancia de este tipo de actos, para poner en valor a todas las personas que forman parte de la historia de nuestra cultura y nuestro cine. Así pues quiso celebrar este como el primero de muchos homenajes, de aquellos que pusieron la “primera piedra” en el sector audiovisual porque “si no sabemos de dónde venimos es difícil saber hacia dónde vamos” y por ello Mira era una buena estrella guía.