La presidenta de la Asociación Valenciana de Educadores de Museos y Patrimonios (AVALEM) habla sobre el futuro de la medicación cultural
VALÈNCIA. Desde el pasado mes de enero Isabel Lleó es la cara visible de Asociación Valenciana de Educadores de Museos y Patrimonios (AVALEM), una presidencia que llega en un año clave para las industrias culturales a causa de la crisis sanitaria. La primera parte del año ha estado marcada por el cierre de centros culturales y la suspensión de la actividad, aunque también por un trasvase al ámbito virtual que ha hecho repensar la forma de trabajar en muchos espacios del sector. También por una necesidad de reivindicarse, una tarea que los ha llevado a unirse con las asociaciones AMECUM (Madrid) y TAULA (Islas Baleares), con las que firmaron un documento en el que demandaban a los políticos la necesidad de "reimaginar" el papel de la cultura en estos momentos de crisis y alertaban sobre la precarización del sector. El futuro pasa por avanzar en la unidad entre distintas asociaciones del ámbito estatal y, también, por profundizar en el debate en torno a la medicación. Para esto último ya hay fecha, será el próximo mes de octubre cuando tenga lugar en Castelló el encuentro RELACIONAr'T, unas jornadas impulsadas por la asociación que busca conectar el territorio a través de la educación artística. Sobre el presente y futuro de la mediación, hablamos con Isabel Lleó.
-En estos últimos días hemos leído noticias como los ataques al jardín de las esculturas del IVAM, la destrucción de la escultura de Enric Mestre... ¿qué análisis hace?
-Es muy grave. Ambas noticias juntas se leen mejor. La sociedad necesita de esa educación. Lo que no se conoce no se respeta, no se da el valor que tiene. Esto lleva a encontrar una obra de arte en la calle y no respetarla. Y no hay edades para esto. El caso de la escultura de Enric Mestre ha sido algo muy significativo, ha sido vandalismo institucional. No soy capaz de calificarlo de otra forma. Es una obra que es de toda la ciudadanía y que lleva ahí desde los años 80. Dice mucho que lleguen unas obras y se elimine. Todo va relacionado con la educación.
-En un encuentro de AVALEM en 2017 se dijo que "parece que importa más lo que hay en las instituciones que las personas", ¿sigue así?
-Está claro que los diálogos han mejorado, pero es un tema que sigue en el candelero y como un objetivo a conseguir. Obviamente las instituciones van a estar por encima desde el punto de vista de que son las que organizan. Lo que tenemos que hacer es aproximarnos a ellos y establecer diálogos, algo que históricamente no se ha hecho. La mediación cultural es una profesión que todavía está por posicionarse. También debemos hacer autocrítica las asociaciones. Aunque queda mucho por hacer, en estos meses sí se han iniciado muchos diálogos. A largo plazo se verán resultados. También estamos caminando para crear una federación estatal, que no existe. Son pasos que hay que ir dando.
-En un reciente documento firmado con AMECUM y TAULA hablan de una "necesidad de profesionalización" del sector, de inestabilidad, etc. Háganos una fotografía sobre cómo está la profesión.
-El sector cultural siempre ha sido bastante precario. Y nosotros formamos parte de ese engranaje. Nuestra profesión siempre ha tenido difícil encontrar la estabilidad, los proyectos en muchas ocasiones son efímeros. En muchas ocasiones un 'usar y tirar', lo que es terrible porque si funciona se le podría sacar mucho rendimiento. En estos momentos seguimos igual. Con el covid-19 parece que de lo primero que se puede llegar a prescindir es de los profesionales que nos dedicamos a la mediación cultural. Estamos peleando mucho ahora por no suspender, sino aplazar; por mantener presupuestos, etc. En ocasiones se ha conseguido y en otras, la mayoría, no.
-Siempre se dice aquello de que en una situación de crisis en lo primero que se recorta es en cultura, pero no sé si en el caso de la mediación la peor parada.
-Es cierto. Hay departamentos que obviamente son indispensables para el funcionamiento de una institución, pero hace falta también esa sensibilidad para darse cuenta de que el departamento de educación es también vital. ¿Cuántos museos hay que atraen a sus grupos directamente desde el departamento educativo? Hablamos de escolares pero también de público adulto y familiar. El arte y la cultura tiene que llegar a todo el mundo.
-Entiendo que gran parte de estos proyectos no solo vienen de los departamentos de los museos, sino de profesionales autónomos.
-Los tiempos actuales en este sentido son más positivos que tiempo atrás. Las instituciones que no tienen departamento educativo están empezando a conocernos, nos contratan por proyectos, de forma temporal, con licitaciones -algo que está bien porque esto no se había visto jamás en València-... Está claro que se tienen que pulir muchas cosas, pero hay avance. Esperamos que esta sea una forma de que conozcan lo imprescindible que es esta tarea para su museo o centro de arte, hasta tal punto de que se destine una partida presupuestaria para esto. Si cortas un proyecto y empiezas de cero con otra persona nunca consigues una continuidad y mucho menos ser un referente en este tema. Es contraproducente para las dos partes.
-En estos meses gran parte de las propuestas culturales se han traducido al ámbito online, tanto de exhibición como de mediación.
-Realmente el uso de las TIC y el mundo virtual ha sido un grandísimo aliado, porque ha permitido seguir trabajando en cierta forma. También ha puesto sobre la mesa la palabra mediación. Mucha gente va a una visita de un museo y puede que en todo el recorrido no la escuche. Obviamente nos hemos tenido que adaptar y de esto pueden salir cosas muy interesantes. Cada museo lo hace en la medida de lo posible, claro. Veo los proyectos online como un apoyo, no como un sustituto. El tú a tú, estar frente a una obra o visitar un taller desde el ordenador, la parte experiencial queda por el camino [en el mundo virtual]. Lo que sí se puede hacer es diseñar actividades que queden ahí para que se pueda usar, para antes o después de la visita o si vuelve a pasar una situación como la que hemos vivido. Se crea un sinergia muy interesante. Es un buen aliado, por supuesto, aunque no un sustituto.
-El Consejo Internacional de Museos (ICOM España), en Día de los Museos, calificó de “insuficientes” las medidas de apoyo al sector anunciadas, que se basan principalmente en la compra de obra, un plan que “no incluye al diverso tejido empresarial y profesional del sector”, ¿qué le parece?
-Es muy importante el apoyo, el sector del arte y la cultura es muy amplio. Es indiscutible el impacto que tiene en la economía. Nuestro problema es que es una profesión más 'joven', lo que hace que tengamos que pelear más. Seguimos esa estela de los artistas, que parece que ya están cambiando [su situación]. Es un recorrido natural. La mediación educativa todavía está en ese inicio del camino, pero es cuestión de seguir trabajando y profesionalizándonos. También uniéndonos.
-En muchos museos se habla de caminar hacia una proyecto más vinculada al centro cultural, dejando atrás esa idea de 'elefante blanco', ¿cuál es el futuro inmediato de la mediación?
-Es una pegunta complicada, me gustaría saberlo [ríe] Es importante unirnos, también fuera de los museos. Por ejemplo, el año pasado AVALEM hizo unas jornadas para mujeres directoras de museos que fue interesantísimo. Este año, en octubre, tenemos el RELACIONAr'T, en el Menador de Castelló, unas jornadas en las que hablaremos de la educación formal y no formal. Muchas veces el museo o el centro cultural es capaz de generar una comunidad preciosa dentro de su entorno más cercano y, ahora, con las posibilidades virtuales, estas barreras se rompen. Tenemos todas las posibilidades. Este es un tema que nos puede dar muchas alegrías. Por otra parte, desde que nació AVALEM en 2012 tenemos una campaña por la que pedimos que el 20% del presupuesto que se destina a una exposición temporal vaya a la parte educativa.
-¿Se ha conseguido?
-Todavía no estamos ahí, pero sí hay centros que trabajan muy bien y que están muy sensibilizados con nuestro trabajo. También artistas, que saben que somos el puente entre su obra y el público. El objetivo es alto y poco a poco lo iremos consiguiendo.
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