CASTELLÓ. El castillo de Onda es el escenario este viernes (22.30 horas) del concierto del que algunos califican como el chico maravilla de la música española. Iván Ferreiro llega a Castellón en virtud de la gira con la que sigue presentando Trinchera Pop, un álbum que llegó tras siete años sin entrar en un estudio de grabación porque, como él reconoce, con la edad se lo toma todo con mucha más calma. Lejos quedan los años locos en los que lideró Los Piratas, y desde entonces no ha parado de regalar un buen puñado de temas que son himnos para varias generaciones.
La nasalidad y la extrema gravedad de su voz marcan la diferencia, como también lo hacen las letras de sus canciones, siempre profundas, rozando incluso en ocasiones la reflexión filosófica. La primera edición de los Premios de la Academia de la Música de España ha puesto en valor el disco del músico vigués, quien se hizo con el triunfo en el apartado de mejor álbum de pop-rock y en el de mejor tema, por En las trincheras de la cultura pop, una de las canciones que se escucharán en el castillo de Onda.
-Hace más de año y medio que publicaste tu último trabajo, Trinchera Pop. ¿Va a centrar los temas de tu concierto en Onda?
-En esta gira, además de presentar Trinchera Pop estoy tocando temas de otros álbumes anteriores. El repertorio que se va a escuchar en Onda busca ser lo más emocionante posible. No pretendo ofrecer un concierto que sea el más bailongo ni el más divertido ni en el que se den más palmas. Será una cita en la que se escucharán las que para mí son las canciones más bonitas y las que más nos pueden emocionar. En eso se centra el concierto y eso es lo que buscaremos este viernes, que la gente que venga a vernos pueda gozar esas horas de música en directo como nosotros lo hacemos en el escenario.
-El concierto tendrá lugar en el castillo. ¿Te obliga esta ubicación a modificar el formado de concierto que estás llevando a cabo en la gira o llegas con toda la banda?
-Voy con mi hermano y con toda la banda, porque estamos tocando muy bien y disfrutando mucho. La verdad es que tal y como está la gira montada nunca hay un concierto igual que el anterior. Yo me preocupo siempre para que mis espectáculos no sean copias unos de otros sino que vayan variando y evolucionando tanto como concierto como con el repertorio.
-Trinchera pop no solo te ha permitido comprobar la fidelidad de sus seguidores, sino que además te ha dado unos cuantos premios importantes. ¿Pensabas durante la composición y grabación del disco que te iba a reportar tantas satisfacciones?
-He recibido últimamente varios premios que me han hecho mucha ilusión, pero la verdad es que yo cuando escribo o grabo no pienso demasiado en los demás. Pienso más en mi, porque creo que la fórmula para gustarle al resto es haciendo lo que uno quiere y lo que a uno le emociona. Muchas veces me han preguntado si tengo en el foco a los seguidores cuando estoy componiendo y mi respuesta es clara. Si quieres respetar al público lo que lo que tienes que hacer es no pensar en él, porque si buscas agradar a los demás lo único que consigues es no contentar a nadie. Desde mi punto de vista, la única fórmula que existe es trabajar en algo que me sea emocionante y que me resulte excitante y me empuje a querer cantarlo. Cuanto más pienso en mí a la hora de componer, más le gusta al público. El tiempo es el que me ha llevado a darme cuenta de que si compones solo para que le guste a alguien lo único que consigues es retorcer la canción y cagarla, la verdad.
-Tardaste siete años en publicar Trinchera Pop desde tu anterior álbum, ¿eso significa que has llegado ya al punto de aparcar presiones y marcar tus tiempos?
-Siempre he hecho un poco lo que me ha dado la gana, seamos sinceros. He marcado mis tiempos en el mundo de la música. Ha habido otras épocas en las que todo el rato tenía ganas de escribir y grabar canciones y últimamente siento que prefiero vivir más la vida para tener más cosas sobre las que escribir. Es posible que se trate de una cuestión que tiene que ver con la edad. Al final es importante ser acorde con la edad que uno tiene, sobre todo a la hora de trabajar con las canciones y soy consciente de que cada vez me tomo más mi tiempo. Me cuesta un poco explicar esta situación, pero cuando eres joven y te dedicas a la música tienes ganas de aprender y grabar todo el rato. Antes iba todos los días al estudio y trataba de componer una canción cada día. Pero pasado el tiempo me he dado cuenta de que soy más efectivo si en lugar de ir al estudio me doy un paseo, veo una película o un documental, charlo con mis amigos o me pongo a leer. Todo eso no deja de ser parte de la composición. Es también una manera de estar escribiendo canciones porque vivir es una forma de escribir música. Últimamente me dedico más a la vida para que cuando me siente tenga más claro qué voy a escribir que a hacer acto de presencia en el estudio para averiguar allí sobre qué voy a hablar en una canción.
-De todos modos, lo de las letras profundas ha sido marca de la casa desde el primer día…
-Siempre he intentado escribir con cierta profundidad, y eso tiene que ver con el grado de esfuerzo que le pongo. Me he dado cuenta de que anteriormente me esforzaba demasiado y en los últimos años, antes de este disco o antes de la publicación de Casa, le ponía tanto empeño que lo único que conseguía era frustrarme. Estaba más tiempo en el estudio que ahora pero no lograba sacar adelante más canciones. Actualmente, mi método de composición tiene que ver con tener claro que ya sé hacer canciones, que tengo que estar más relajado a la hora de escribir y que tengo que imponerme menos castigo a la hora de ponerme con ello. A veces nos sobreesforzamos para hacer cosas y a lo mejor no necesitamos darnos tanta caña.
-Una persona como tú, que se toma tan en serio las letras de los temas, ¿se lleva las manos a la cabeza cuando escucha según qué tipo de música tan de moda ahora?
-No te creas. Mucha gente tiene esas sensación sobre mi, pero considero que la música pop y la música popular está basada en muchas canciones y muy distintas, de diferentes artistas y con sensibilidades de lo más diverso. Tiene que haber canciones complejas pero también tiene que haber canciones simples, ¿no? De hecho, te diría que probablemente a los que hacen que ese tipo de canciones les va mejor que a mi y venden más entradas. Así que quizá están más acertados ellos que yo. Si te he de decir la verdad, yo cada día soy menos criticón con lo que hacen los demás. Estoy cada vez más fuera de ese juego porque, si lo piensas bien, ¿quién soy yo para decidir lo que emociona o lo que no emociona a los demás? A esto le sumas que con los números en la mano hay artistas que publican temas con cuatro frases y ritmos muy sencillos y llenan estadios de fútbol gigantescos que yo no voy a conseguir nunca. Me parece un poco sado meterme con ellos cuando hacen cifras millonarias y yo no.
Pero, por otro lado, me doy cuenta de que la música debe volver a inventarse cada año y cada vez que llega un chaval nuevo haciendo canciones tendrá que contar cosas como lo hacía yo a su edad. Hay unos temas básicos como el amor, el desamor, el enfado y otros tantos que considero que cada artista nuevo que llega lo contará su manera. Cada cantante va evolucionando y va completándose a sí mismo. Es como mi propio caso. Las canciones que yo grabé con Los Piratas no son lo mismo que las que presento en mi último álbum. En cualquier caso, no voy a meterme caña por haber escrito canciones horrorosas cuando tenía 20 años. Jeje.
-Ya que ha sacado a colación Los Piratas, ¿habrá espacio para la morriña durante el concierto de Onda?
-Si, si, claro que sonarán temas de Los Piratas. Toco canciones de la banda desde que empecé en solitario, y lo sigo haciendo en esta gira. Son temas míos. Alguna cae por ahí.
-¿Ha cambiado el vínculo y la manera de conectar entre el artista y su público con el cambio que se ha producido en el panorama tras la irrupción de la música en streaming?
-Ahora el acceso a la música es más fácil y me parece muy positivo. Nunca se habían escuchado tantas canciones y se había ido tanto de conciertos. El número de entradas que se vende es muy alto. Aunque hay algunas plataformas que no me gustan especialmente, sí que admito que gracias a ellas hay una manera muy fácil de acceder a la música. A mi me parece una maravilla el hecho de que estés viendo una serie, suene un tema que no conoces y puedas averiguar qué es lo que estás escuchando gracias a la aplicación Shazan o a cualquier otra que puedas tener en el teléfono. Es sencillo acceder a la música de los grupos. Se ha perdido algo de misterio pero se ha ganado en información. Hoy en día puedes buscar cualquier tema en internet, puedes ver también conciertos, entrevistas, poner caras a los músicos… Yo tardé mucho tiempo en tener información sobre grupos como The Cure o The Smiths, o sobre Prince, y ahora el público tiene acceso al artista y a su música de manera inmediata.
-¿No hay que ponerse nostálgico, entonces?
-No, creo que no. Hay que disfrutar de que ahora tenemos la posibilidad de entrar directos en las canciones. A veces escucho algo, ni que sea en la radio, y con el Shazan busco enseguida el tema y al artista, y a partir de ahí puedo tirar del hilo y descubrir bandas nuevas y escuchar discos maravillosos. Igual hay algún aspecto negativo que desconozco en toda esta situación, pero en positivo al menos está consiguiendo dos cosas: en primer lugar, que las listas de escucha de la gente sean mucho más abiertas que en mi época joven, cuando si te gustaba The Cure no te podía gustar Michael Jackson, única y exclusivamente por una cuestión estética y algún que otro motivo absurdo; y, por otra parte, facilita que cualquier persona se cree una playlist en la que te encuentras un tema mío, otro de Álvaro de Luna u otro de un artista de reguetón que ni siquiera conozco, y eso es muy positivo para la música.