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Jacobo Pallarés critica el mito de Ulises en una trilogía

El dramaturgo protagoniza una autoficción en Espacio Inestable donde se sirve de música, maquetas, audiovisuales y un juicio público con participación de la audiencia

10/01/2024 - 

VALÈNCIA. Este pasado noviembre se cumplían dos décadas de la inauguración del primer Espacio Inestable, que en 2011 se mudó a su morada actual en la calle Aparisi y Guijarro. Son tantos años, 20, como los que Ulises estuvo lejos de Ítaca. Todo este tiempo, Jacobo Pallarés, uno de los fundadores del proyecto escénico, vive su particular Odisea en el ir y venir diario de los 70 kilómetros que lo separan de su hogar, en Gandia, de su pasión profesional, en València.

Es tal su identificación con el héroe griego, que así llamó a su hijo en 2006. El año de su estreno como padre arrancaba una obsesión que define como “constante y diaria” por el poema épico de Homero, que ha leído completo en dos ocasiones y por pasajes, incontables veces.

En marzo del año que recién se ha ido estrenó en La Rambleta la primera parte de una trilogía dedicada a su vuelta a casa tras la guerra de Troya, Odissea de les nostres vides. Tras una gira estatal por seis ciudades españolas e internacional por Chile y México, la obra se representa del 12 al 20 de este mes en Espacio Inestable.

En esta entrega, el dramaturgo y director es sometido a un juicio donde se establecen paralelismos entre sus faltas y las cometidas por Ulises. El veredicto lo deciden 12 espectadores que se sientan a ambos lados del escenario. Su abogada está interpretada por Lucía Poveda y el fiscal, por Juan Andrés González, quien además de ser el coautor del texto con Pallarés, firma junto a Vicky Trillo las canciones que van completando una trama que critica la imagen positiva de héroe que ha perdurado en las civilizaciones sucesivas.

Penélopes que trenzan y trenzan

Si al personaje homérico se le juzga en el montaje por haber ido dejando atrás, sin remordimientos, al millar de soldados que lo acompañaron, a Pallarés se le cuestiona haberse volcado en la sala en detrimento del cuidado y la educación de sus hijos, que hizo recaer en su mujer. La obra va de lo micro y particular, la larga espera de Penélope y Telémaco, a lo universal, con referencia tanto a los padres que se marcharon sin mirar atrás como al egoísmo de los líderes y alentadores de conflictos bélicos.

“Siempre construyo mis relatos escénicos hablando desde mí para mirar el mundo, forma parte de esta tendencia masculina de estar omnipresente. En este caso, fijo la atención en tergiversar esa imagen de Ulises como un hombre valeroso, heroico, blanco y occidental, que fue el inicio de lo terrible, la base de la cultura mediterránea”, se extiende el creador del montaje.

Pallarés vio la luz en su acercamiento al clásico gracias a una observación del autor y director Antoni Tordera. El que fuera director artístico del Centro Dramático de la Generalitat Valenciana le propuso prescindir de las aventuras del protagonista de La ilíada y La odisea y realizar, en cambio, una lectura poniendo el foco en el hijo y en la madre, así como en los compañeros que Ulises fue dejando en el camino, hasta llegar solo y enriquecido al puerto de Ítaca.

El autor de esta versión la releyó en verano de 2022 “a mala leche”, hasta ir confeccionado esa idea de un héroe mítico que ha sido el modelo para líderes del presente como Putin y Netanyahu, “esos hombres que con sus cantos de sirena hacen que todos vayamos detrás de ellos hasta morir en las guerras”.

Durante el montaje, hay un momento en el que Lucía Poveda destaca a las Penélopes que permanecen al cuidado de la prole y la vivienda, “construyendo, mientras nosotros, a los que no nos ha costado nada irnos, guerreamos, lideramos un proyecto o una empresa”. La obra, aclara el dramaturgo, no se centra en la normalización social del abandono masculino del hogar, pero ”critica a todos aquellos que emprenden el camino sin pensar qué se queda atrás”.

De la portería a las cunetas

Odissea de les nostres vides consta de tres capas. En la primera se ahonda en aspectos biográficos de Jacobo. De hecho, su hijo Ulises se sube al escenario y le reprocha todas las visitas al médico, todos los trayectos al colegio y todos los partidos de fútbol en los que no estuvo presente. Es, en suma, la historia de redención de un hombre blanco y occidental obsesionado con La Odisea.

La segunda remite al poema homérico y enlaza con “aquellos grandes dictadores que como Franco, Napoleón o Hitler, llevan a sus tropas a la muerte y el olvido”. Por último, la tercera es un ejercicio de memoria histórica que habla de todos los seres anónimos que se perdieron en la Guerra Civil. 

Como ya va siendo sello de la compañía desde la colaboración con Álex Serrano, de Agrupación Señor Serrano, en Family (es), en el espectáculo se recurre a la manipulación de maquetas y miniaturas, el uso del vídeo en tiempo real y las proyecciones.

“Por un lado, nos permite trabajar desde lo plástico, pues podemos crear otros mundos que no seríamos capaces de reproducir ni enseñar si no nos sirviéramos del zoom, y por otro, generamos planos que completan la visión del espectador. Sin esta parte audiovisual, el relato estaría incompleto. Es un lenguaje imbricado en nuestra puesta en escena”, expone Pallarés.

Próximas entregas

La segunda parte de su trilogía se titula La odisea de sus vidas y tuvo su puesta de largo en octubre en el Centre del Carme, en el contexto de Russafa Escènica. Como sintetiza su autor, “es exclusivamente memoria histórica”. Fue un site specific en los claustros y la sala de exposición del museo donde se hizo hincapié en los muertos todavía diseminados por las cunetas de España.

“No hablamos de aquel héroe, sino de las Penélopes que se tuvieron que quedar esperando, de los hijos e hijas que crecieron sin sus padres, de las madres que se murieron sin volver a ver a los suyos, de todas las personas desaparecidas y que se han quedado por los caminos por culpa de Ulises”, resumen en la compañía.

La culminación de esta “purgación” está prevista en junio, se titulará La odisea de aquellas vidas, y contará con textos del autor argentino Ignacio Tamagno, la chilena Carla Zúñiga y los valencianos Iria Márquez y el mismo Pallarés. En este punto final a la obsesión que lleva persiguiéndole tantos años como cumple su hijo, se abordará el drama de la inmigración y estará protagonizado “por personas concretas que viajan a Europa en busca de una mejor vida”.

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