VALÈNCIA. El director francés Jean-Pierre Jeunet recibirá la Palmera de Honor en la 36º edición de La Mostra de València. A lo largo del festival se podrá ver una parte importante de su filmografía, y vendrá a València para dar una masterclass.
Jean-Pierre Jeunet recibirá la Palmera de Honor de Mostra de València-Cinema del Mediterrani en el marco de la gala de clausura del festival, el próximo 22 de octubre. De este modo, el festival reconoce su singular y personalísima trayectoria.
La presencia de Jeunet en el festival irá acompañada de un ciclo de proyecciones de sus películas y de una masterclass que tendrá lugar el jueves 21 de octubre, a las 18h, en la Filmoteca de València. Se trata de un cineasta que ha logrado crear un universo estético propio y ha logrado atraer la atención del público utilizando el cómic como emblema poético y con un gran sentido del espectáculo, “Jeunet es un director nominado al Óscar, ganador del BAFTA, del Goya, de 4 premios César y seguido por millones de personas, que quedaron cautivadas por su película Amélie, convertida ya en todo un film de culto. Con la Palmera de Honor de la Mostra de València queremos reconocer su fabulosa trayectoria” señala Gloria Tello, presidenta de Mostra de València i Iniciatives Audiovisuals.
Así lo ha anunciado el festival en la rueda de prensa previa al comienzo del festival, que tendrá su inauguración el próximo 15 de octubre en La Rambleta. 12 películas en la Sección Oficial y varias secciones paralelas dedicadas a los reflejos del Berlanga en otros cines, el terror en el imaginario árabe o un ciclo-homenaje al artista multidisciplinar Marc Hurtado.
El presupuesto para este año se mantiene conforme el año pasado, 450.000 euros. Un importe "muy ajustado", según ha reconocido la propia Tello, que ha querido agradecer y reconocer el trabajo que se está haciendo por parte del festival en varias ocasiones de la rueda de prensa.
Por su parte, Eduardo Guillot, encargado de la programación, ha confesado que este año la selección ha sido muy difícil porque han confluido dos problemáticas: en primer lugar, el mercado está saturado porque se están ofreciendo las producciones hechas en último años y medio; en segundo lugar, Cannes retrasó su celebración a verano y eso ha hecho que el resto de certámenes -pendientes de que se haga la premiere mundial en la ciudad francesa para después poder invitarle a otros festivales- vayan a rebufo. "Podríamos haber hecho una sección oficial de 20 películas, pero tenemos los días que tenemos", ha apuntado Guillot.
La “marca” Jeunet se instaló con voz propia en el imaginario cinematográfico a raíz del gran impacto provocado por su debut en el terreno del largometraje. Delicatessen (1991), una heterodoxa parábola sobre una sociedad en estado de descomposición, le valió al director galo y a su por entonces estrecho colaborador, Marc Caro, el amplio reconocimiento de la industria y de la crítica internacional.
Educado en el Lycée Henri-Poincaré, Jeunet combinó sus trabajos en el mundo de la publicidad y el videoclip (Zoolook, de Jean Michel Jarre) con el desarrollo de una prestigiosa carrera como cortometrajista junto a Caro, cuyo punto álgido llegó con Foutaises (1989), que también se podrá ver en el ciclo que se proyectará en la Filmoteca.
Su particular estilo, influido por cineastas con una personalidad estética intransferible como Terry Gilliam, Sergio Leone o David Lynch, se consolidó de manera definitiva en su siguiente película, La ciudad de los niños perdidos (1995), en la que un científico se dedica a secuestrar niños con la intención de robarles sus sueños. El éxito del film le dio la oportunidad de saltar a Hollywood para rodar Alien: Resurrección (1997), con Winona Ryder y Sigourney Weaver.
Su peculiar estilo seguiría presente en trabajos posteriores como Micmacs (2009), donde un hombre se alía con artistas callejeros para organizar una venganza contra las empresas de armamento. Y también en El extraordinario viaje de T.S. Spivet (2013), road-movie sobre un niño de diez años que abandona en secreto el rancho de su familia en Montana y viaja por todo el país en un tren de carga para recibir un premio en el Instituto Smithsonian.
Fue a su regreso de Estados Unidos cuando retomó el guion del que hasta hoy ha sido su mayor éxito: Amélie (2001). Una comedia romántica donde la protagonista (Audrey Tautou) está empeñada en lograr que las personas de su alrededor se sientan felices. Su tono de cuento amable no exento de negrura, la colorista fotografía de Bruno Delbonnel, la contagiosa música de Yann Tiersen y la dulzura interpretativa de Tautou cautivaron a público e industria, lo que se tradujo en ocho millones de entradas vendidas solo en Francia y numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, incluyendo cinco nominaciones a los Oscar. El film, que cumple veinte años en 2021, protagonizó una de las sesiones especiales del pasado Festival de Cannes.