VALÈNCIA. Lo que no se ve, el nuevo proyecto de Jesús Montañana, es una exposición fotoperiodística pretende denunciar y concienciar acerca de la violencia machista. Es un trabajo fotográfico de investigación que va más allá de las terribles cifras oficiales de asesinatos de género.
El trabajo ha sido el ganador en el prestigioso Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín organizado por Gervasio Sánchez y Sandra Balsells desde hace 20 años.
Jesús Montañana ha investigado y fotografiado los lugares donde se cometió un homicidio por violencia machista en España durante un año, y no sólo los asesinatos oficialmente registrados como violencia de género sino aquellos en los que hay claros indicios pero se quedaron en investigación, los feminicidios por prostitución, aquellos en los que la víctima no conocía a su asesino... Así, utilizando el año 2017 como ejemplo de la gran cantidad de asesinatos misóginos que se producen cada año, podemos acotar en el tiempo un problema social que existe desde siempre y al que aún no se le ve un final. "Por eso nació este proyecto, porque creo que no debería olvidarse lo que ha pasado en estos lugares, si queremos que algún día deje de ocurrir", comenta el fotoperiodista.
Estas fotos muestran el silencio tras la muerte que queda en esos escenarios de un crimen, es una conmemoración alejada del sensacionalismo para que esas víctimas no caigan en el olvido ni en el número de una estadística y a la vez sirva como firme denuncia.
Este trabajo habla sobre la violencia machista, no sólo sobre la violencia de género. La diferencia legal radica en que en los asesinatos por violencia de género la víctima debía tener algún tipo de relación con su asesino, pero hay por desgracia muchas víctimas que no conocían a su agresor.
Jesús Montañana necesitó siete meses para recorrer en una furgoneta -en la que muchas veces también dormía- los distintos puntos de España a fotografiar "Intentaba hacer la foto que me valiera para contar la historia y cuando la tenía, si podía darle una vuelta más y entrar hasta lo más profundo de la historia, entraba", para lo que necesitaba ganarse la confianza de los vecinos de la vivienda y que estos le abriesen la puerta. Un parque, un hospital o una vivienda: cualquiera de estos escenarios se convierte en punto negro de la violencia machista. La muestra enseña algunos lugares con evidentes señales de violencia, pero otros son simples pasillos, parques o entradas a portales de viviendas como el de cualquiera de nosotros. “A cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad estos lugares transmiten algo muy profundo”, reconoce el valenciano. “Son lugares cotidianos, que un día se hacen famosos en la prensa y la televisión y al día siguiente se olvidan, y la gente vuelve a pasar por ellos como si nada”. “Me he documentado tanto sobre cada caso que los conocía con pelos y señales cuando iba a fotografiarlos. Creo que al haberlo vivido tanto es más fácil transmitir esa sensibilidad que te producen”
En España, 49 hombres cometieron asesinatos de género durante el 2017. Estas son las cifras gubernamentales, pero si sumamos los casos no oficiales como los asesinatos no íntimos (es decir en el que la víctima no mantenía ningún tipo de relación con su asesino), los feminicidios por prostitución, los asesinatos a menores y los que se quedaron en investigación —o no hay datos suficientes—, en total fueron más de 80 personas a las que se les arrebató la vida por violencia machista en sólo un año.
No existe un perfil de agresor, tampoco un perfil de víctima. Pasa en cualquier lugar, todos los días. Los asesinatos por violencia machista son mucho más habituales de lo que nos imaginamos y a la vez, invisibles.
De aquí surge este proyecto documental: de la necesidad social y de la voluntad propia de contar la tragedia de la violencia machista de una forma responsable, sin revictimizar a las víctimas, es un trabajo que habla desde el mayor del respeto y en el cual han colaborado asociaciones de víctimas para que así sea. Con él, Jesús Montañana ha sido ganador de la beca de Fotografía del Festival de Albarracín DKV Seguros además de otros galardones como el premio Centre Civic Pati Llimona Art Photo Barcelona o el Copias Wall Award Art Photo Barcelona, y busca ayudar a construir una conciencia colectiva que acabe con esta lacra.
No sólo se denuncia el “insoportable” número de crímenes machistas que se cometen anualmente en España, sino que desvía intencionadamente el foco de las víctimas y lo dirige hacia los culpables, a través del espacio en el que han perpetrado el crimen. Cada fotografía viene acompañada de una leyenda en la que se recuerda el nombre del asesino y su crimen. Montañana no quiere reflejar dolor ni lágrimas, sino la comisión de un delito.
Lo que no se ve no nació como un proyecto fotográfico premeditado sino como una pulsión. En 2015, Jesús Montañana comenzó a trabajar como fotoperiodista en Valencia, y aún recuerda el impacto que le produjo cuando cubrió su primer asesinato machista. “Durante la carrera de Comunicación analizamos que los medios de comunicación siempre trataban la violencia machista desde el punto de vista del dolor de las víctimas, y hay estudios que demuestran que eso es contraproducente, que si el medio quiere concienciar contra esa tragedia no hay que centrarse en la víctima, porque eso llega a motivar a los maltratadores”.
Montañana decidió dejar el trabajo de fotoperiodista en plantilla y “un día vi en las noticias que un hombre había disparado cinco veces a su mujer delante de su hijo de tres años, en el colegio. Y al día siguiente un asesino degolló a su bebé en Alzira. Sentí que se me había quedado una espina dentro y que tenía que hacer algo al respecto, y empecé a recorrer los lugares donde tenían lugar esos crímenes para fotografiarlos”, explica el fotógrafo valenciano.
La serie de imágenes que componen Lo que no se ve contienen lugares muy diversos, desde pisos impregnados de ceniza hasta espacios naturales, todos acompañados de un pie de foto que explica de manera sintética qué crimen se cometió en ese punto. Jesús Montañana detalla que para esta exposición ha optado por fotos con una luz "suave y tenue" y con unos colores que "no fueran vivos", ya que hablan de la "muerte y la ausencia".