VALENCIA. Juntos pero no revueltos. El pintor Sean Scully (Dublín, 1945) y la pintora Liliane Tomasko (Zurich, 1967), pareja sentimental y compañeros de estudio, han generado, tras años trabajando "espalda con espalda", su primera exposición como equipo. La muestra presenta los dos universos que, como discurso lineal, deja a uno despedirse para dar la bienvenida a otro. La exposición, que se podrá visitar hasta el próximo 15 de enero en el Centro Cultural Bancaja, está comisariada por Javier Molins, crítico de arte y doctor en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia, y está integrada por una selección de más de 60 obras, en su mayoría lienzos, que proceden de la colección de la Fundación Bancaja, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), el IVAM y la colección privada de los artistas, con obras que rara vez se han expuesto.
Es la primera exposición en España que realiza una retrospectiva tan amplia de la obra de Sean Scully, desde los años 70 hasta la actualidad, recorriendo más de cinco décadas de producción. Además, se trata también de la primera muestra que confronta en el mismo espacio la obra de Scully con la de Liliane Tomasko, dos artistas que comparten también sus vidas. Este encuentro permitirá ver en el mismo espacio el trabajo de esta pareja de artistas que tienen como nexo común su inspiración en la contemplación de la realidad, aunque cada uno la plasma según su propio estilo. "A veces la gente nos pregunta si hay competición: no existe entre nosotros, es una relación de armonía", explica Scully.
Afincados en Nueva York, Scully cuenta con obra permanente en instituciones tan prestigiosas como el Metropolitan, el MOMA, el Guggenheim de Nueva York, la National Gallery de Washington, el Art Institute de Chicago, el Centro Pompidou de París, el K20 de Düsseldorf o el Albertina de Viena. Por su parte, la obra de Liliane Tomasko ha sido objeto recientemente de exposiciones en museos y galerías como el Lowe Art Museum de Miami, el Phoenix Art Museum, el Garrison Arts Center de Nueva York, la galería Timothy Taylor de Londres o la Kunsthalle de Rostock.
Ella es la única que, por lo que a técnica respecta, rompe con la dinámica de la exposición, dominada por las piezas de gran formato de Scully. Se trata de un vídeo en el que se puede ver cómo se conforma una de esas esculturas realizada con telas dobladas y apiladas unas encimas de otras. Unos pliegues que luego aparecen en innumerables obras que pueden verse en la exposición. Este vídeo va acompañado de seis pequeñas pinturas recientes realizadas sobre papel en las que se observan ver esas líneas y formas abstractas de gran colorido de los cuadros más grandes.
Por su parte, Scully destaca por sus composiciones de líneas horizontales y verticales en las que el color tiene un gran protagonismo y en las que consigue una gran armonía entre las formas y los colores. Su trabajo mantiene un perfecto equilibrio entre la energía gestual del expresionismo abstracto y la rigurosa disciplina del minimalismo norteamericano. Su periplo como pareja artística comienza en Valencia para después continuar con dos exposiciones que de manera simultánea se podrán ver en Perpiñán (Francia) y en Stuttgart (Alemania).
La idea de celebrar en la capital valenciana una muestra conjunta de Scully y Tomasko se gestó "hace un año" a partir de un encuentro con los artistas en Nueva York con la idea de, prácticamente, generar dos muestras en una: por una parte, la de un Scully que basa su obra en "la realidad" y que en ella plasma sus vivencias y los "muchos viajes" que ha realizado; por otra la de una Liliane más "femenina y más motivada por el mundo".