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ARTE

La Biennal de Mislata Miquel Navarro da un salto cualitativo en su edición de 2022

22/12/2022 - 

VALÈNCIA. Después de un mes habitando las calles de Mislata, la Biennal de Mislata Miquel Navarro de 2022 ha puesto punto final a una edición, “que ha supuesto un salto importante en conocimiento y en calidad de las propuestas de la convocatoria. De casi un centenar de propuestas, la gran mayoría presentaron una visión de la ciudad muy original, cumpliendo con los requisitos que exigíamos. Los proyectos de artistas premiados y premiadas son una buena muestra de dialogar en torno a ese propósito, obras que ayudan a entender mejor el espacio público”, afirma Pepi Luján, concejala de Cultura de Mislata. 

Así, esta edición de premios de arte público buscaba el diálogo en el entorno urbano y requería obras e instalaciones que hablaran de la disyuntiva entre lo público y lo íntimo, o lo privado, generando una relación entre las calles y la gente; vertebrando así el pasado y el presente de la ciudad. “Todas ellas estaban muy comprometidas con el objetivo de las bases de esta edición: sacar al espacio público lo que no se suele exteriorizar, y hacer reflexionar sobre las distancias entre lo público y lo privado. Hemos visto salir a la calle propuestas que hablan del anonimato de la mujer, de las personas refugiadas, del colectivo LGTBIQ y otras propuestas que cambian la función del espacio público, convirtiéndolo en un escaparate para el diálogo”. 

Foto: KIKE TABERNER.
Por ejemplo, el trabajo de Joaquín Artime, premio de adquisición (dotado con 6.000 euros), se realizaba en tres calles del barrio de La Morería. “Buena nueva es una intervención insertada en tres espacios distintos, con la misma frase: ‘no se lava, no se cura, no desaparece’, extraída de un texto de Juan Gil-Albert de 1955 (que se publica en 1975) y es un ensayo en el que Gil-Albert habla de su condición como persona fuera de la heterosexualidad. Esta frase, construida con azulejos hidráulicos como parte del espacio privado de las casas, se muestra ahora abierta y ambigua, y se revela como una reivindicación del colectivo LGTBIQ+”, explica el artista Joaquín Artime que señala que participar en esta Bienal ha supuesto un gran empuje “a la hora de reafirmar un cuestionamiento y una manera de producir obras. Además el premio de adquisición me permite entrar en una colección como la de Mislata, y supone un reconocimiento importante a esta labor, un gran incentivo para seguir desarrollando otros proyectos”.

Artime decidió presentarse a esta edición de los Premios de Arte Público de la Biennal de Mislata Miquel Navarro, para poder hacer realidad una pieza que de otra manera no habría podido producirla. “El  hecho de insertarse en el espacio público ofrece la posibilidad de desarrollar otro tipo de piezas que entran en contacto con los espectadores y que pueden civilizar otro tipo de cuestiones”.

Reforzando la divulgación y la participación vecinal

Junto con Artime, durante el mes que ha durado la Biennal de Mislata Miquel Navarro (del 18 de noviembre al 18 de diciembre), se han podido contemplar las obras de Juan Antonio Cerezuela, Monica Mura, Les Cutés, Amaya Suberviola y Javier R. Pérez-Curiel. Para ello el programa “se ha centrado en la mediación, para hacer más divulgativo el itinerario a espectadores que pueden estar interesados por conocer más a fondo las ideas y las reflexiones que hay tras las obras. Nuestro equipo de animación cultural ha hecho un trabajo vertebrado a público de todas las edades, de diversos colectivos. Además, algunos artistas han hecho su propio recorrido guiado, reforzando así la participación”, comenta Pepi Luján.

Precisamente ese proceso de mediación ha permitido conocer el porqué de unas intervenciones “que de otra manera serían más complejas de interpretar cuando sorprenden en las calles, en la rutina habitual”, afirma la concejala de cultura de Mislata que además destaca que, en estas cuatro ediciones, los vecinos y vecinas han formado parte del desarrollo de algunas obras. “Recuerdo una intervención de Art al Quadrat que hizo un trabajo de identificación de vecinos y vecinas que vivieron la guerra civil aquí, y relataron cómo vivieron los bombardeos. Este año, otra intervención ha hecho un trabajo con familias de refugiados en nuestro CAR —la obra ‘El que hem perdut’, de Juan Antonio Cerezuela. Se trata de mensajes escritos sobre un muro, con la participación de refugiados residentes en el centro de acogida de Mislata; expresiones que se plasman con pintura invisible, solo legible bajo una proyección fotoluminiscente—. En definitiva, una forma de abrir el arte a la participación”. 

Foto: KIKE TABERNER.

También ha habido participación en el trabajo de otra de las premiadas, la artista italiana Monica Mura, que llevaba a las calles del casco histórico una obra colaborativa, ‘Elles compten’, un ejercicio mediante el que 47 mujeres de la ciudad salen del anonimato y dan la cara en balconeras de gran formato. Heroínas anónimas, que pueden ser madres, hermanas, hijas, y que se suman a las mujeres de diferentes partes del mundo que son ocultadas; luchando conjuntamente con la propia artista por la igualdad de género y la visibilidad.

Las otras obras premiadas hablan de cómo un elemento común, las persianas metálicas habitualmente reconocibles como cierre de protección de escaparates, se convierten en un biombo que separa personas y permite la permeabilidad de las conversaciones, del diálogo entre viandantes. Este es el mensaje de  ‘Biombo’, una obra del colectivo Les Cutés, que se instaló en uno de los ejes peatonales más importantes de Mislata, el paseo de la avenida Gregorio Gea. Por su parte‘SPAM-01’ de Amaya Suberviola, ubicado en las puertas del Centro Cultural Carmen Alborch, hablaba de cómo el continente manipula el sentido del contenido, en este caso, una obra de arte sacada al exterior como un anuncio. Por último, el artista Javier R. Pérez-Curiel con su obra ‘Hito/Cruz’ , ubicada cerca del Centre Jove El Mercat, hablaba de cómo ha cambiado la tecnología del teléfono, afectando a nuestro entorno y a la manera de relacionarnos. Las cabinas, como servicio público, se han convertido en objetos abandonados, invisibles por la ciudadanía.  

Unos artistas que han visto como se han aumentado los premios y honorarios respecto a la anterior edición de 2020, porque, tal y como apunta Pepi Luján, “es una forma de mostrar nuestro compromiso para que la Biennal de Mislata Miquel Navarro siga ganando relevancia a nivel nacional. Además, queríamos consolidar nuestra propuesta de arte público con el premio de adquisición, para continuar engrosando nuestra colección de arte contemporáneo municipal, una de las más importantes de la provincia de Valencia”.

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