VALÈNCIA. El Museo de Bellas Artes de València continúa ampliando su capital artístico y esta vez lo hace con el anuncio de la inclusión de varias de las obras pertenecientes a la colección de arte del Banco Sabadell, que exhibirá el museo valenciano en depósito durante tres años. Aunque la colección trabaja principalmente la producción contemporánea, lo cierto es que también cuenta con numerosas piezas que son de especial interés para el centro valenciano.
Entre los autores representados en la colección privada cuya obra pasará a custodiar el Museo de Bellas Artes se encuentra Ramon Casas, Joaquim Mir o Valentín de Zubiaurre, de quienes poseen piezas como Retrato de Maria Caralt (Ramon Casas, 1907). También está representado en la colección Joaquín Sorolla, este último con un interés especial desde el pinto de vista de la actualidad, pues en apenas unos meses se pondrá en marcha el Año Sorolla 2023, que conmemora el centenario de su fallecimiento y que contará con una nutrida agenda de actos. Del genio valenciano posee la colección la obra Cabeza de mujer de perfil (1892).
Será este mismo jueves cuando el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel, dé cuenta de la inclusión de las piezas -y de cómo se integrarán en el discurso ya existente del museo- en un acto que también contará con la participación del director territorial de Banco Sabadell, Juan-Fernando Canos, y la directora adjunta de la colección de arte Banco Sabadell, Montse Corominas.
Esta noticia llega apenas unos días después de que la Generalitat Valenciana anunciara la compra de la colección pictórica de la familia Lladró por 3,7 millones de euros, una colección que comprende obras de Rubens, Juan de Juanes, El Greco, Pinazo, Benlliure y Segrelles, entre más de una veintena de nombres. Además la colección cuenta también con unos juegos de cerámica de Mariano Benlliure (Juego de jarra y dos copas del 1911) y la escultura Valenciana de Pinazo datada del 1950.
En total son nueve pinturas, óleo sobre lienzo, obra de maestros como Joaquín Sorolla, Ramón Casas, Joaquín Mir o Valentín de Zubiaurre, entre otros, que se expondrán en las salas de la colección permanente del Museo de Bellas Artes por un período de tres años, renovables por períodos anuales. Entre las obras que se incorporan al discurso del Museo figuran notables ejemplos de la pintura de paisaje, un género querido por la burguesía del momento, como es el caso de El bosque, un paisaje de Ramón Martí Alsina (1826-1894), artista considerado el introductor del Realismo en Cataluña, o dos paisajes de Enrique Galwey (1864-1931), formado en la escuela de Olot.
Hacia 1892 irrumpe en el territorio peninsular el Modernismo, corriente que bebía del impresionismo francés, con autores pioneros como Ramón Casas (1866-1932), pintor célebre por sus retratos de la élite social e intelectual del momento, de quien se incluye el Retrato de Maria Caralt, realizado hacia 1907; o posteriormente Joaquín Mir y Trinxet (1873-1940), del que se expone una pintura datada en 1916, El viejo Joy o Devoción, con un lenguaje más próximo al expresionismo.
También se incluyen en este depósito en el Museo de Bellas Artes un lienzo de José María Marqués y Puig (1891-1950), La higuera, datado en 1924, de un clasicismo arcaizante; una escena de mendigos de Valentín de Zubiaurre (1879-1963), ejemplo de su pintura costumbrista de temas vascos y castellanos, con sólidas figuras y un profundo sentido del colorismo; Dos mujeres de Lloret, óleo datado en 1943 por José de Togores (1893-1970), y Cabeza de mujer de perfil, pintado en 1892 por el valenciano Joaquín Sorolla.