La danza de CienFuegos se hace carne con un programa triple en la Rambleta

VALENCIA (EP/VP). La compañía valenciana CienfuegosDanza presentará en el teatro de La Rambleta este jueves y viernes su nuevo trabajo escénico, inspirado en 'El Público' de Federico García Lorca. Se trata de un programa triple que también se nutre del surrealismo y el dadaísmo.

El director y coreógrafo de CienfuegosDanza, Yoshua Cienfuegos, encontró en 'El Público' materia para dar forma a este espectáculo de danza. También ha indagado en las fuentes de dos movimientos artísticos tcomo el surrealismo y el dadaísmo para dar voz a una inquietud que desde hace meses pedía tomar cuerpo, según ha informado la compañía en un comunicado.

'88 azucenas y un perro', 'La cortesana del rey' y 'El espectro de la rosa' son los tres piezas que conforman el programa que se podrá ver en La Rambleta el jueves y viernes de esta semana. Un espectáculo para ocho bailarines con música original de Jesús Serrano, vestuario de Carmen Soriano e iluminación de Víctor Antón, todos ellos profesionales valencianos de dilatadas trayectorias.

Los personajes femeninos transitan por las piezas con una mezcla de sensualidad, estupor y arrogancia. La solidez de la trama y la riqueza coreográfica del lenguaje de Cienfuegos son dos de los puntales de este montaje, estrenado en el Auditorio de Ribarroja el pasado mes de diciembre.

El número 88 se presenta clave en la pieza más larga del programa al ser un número cargado de simbología. Tradicionalmente el número 8 simboliza la resurrección, la nueva vida, pero es también el símbolo del infinito, y el 88 simboliza las dos direcciones de la infinidad del universo, lo que quiere decir que es infinitamente pequeño y grande a la vez. Entre otros muchos significados, en las abreviaturas utilizadas en la telegrafía y la telefonía el número 88 significa "amor y besos".

Mientras que las primeras dos piezas recogen las inquietudes del coreógrafo, 'El espectro de la rosa' es una reinterpretación en clave contemporánea del mítico dueto de Michel Fokine que inmortalizaron a principios del siglo XX Tamara Karsavina y Vaslav Nijinski sobre la música de Carl María Von Weber.