Nuevo espacio para la creatividad

La danza y el teatro tienen nueva academia en Valencia: La Máquina

"Mi primera profesora de teatro, Alicia Hermida, me dijo que todo lo que habías aprendido tenías que devolverlo a tu ciudad". Y ahora, después de 20 años en la profesión, Gretel Stuyck cree que es el momento.

19/07/2016 - 

VALENCIA. Las aulas cuidan las matemáticas, las ciencias y la lengua, pero, ¿quién acoge a la creatividad? "Para nosotros, la educación artística es un aspecto muy importante para el desarrollo", aclara Gretel Stuyck, cofundadora de un nuevo proyecto escénico-educativo que aterriza en el ensanche de Valencia, La Máquina. Este centro de aprendizaje y creación es un lugar donde el teatro y la danza se unen para que los alumnos consigan mostrarse tal y como son, sacar a la luz "lo único de cada persona y su manera también única de expresarlo". Ha creado el centro junto con su marido Rafa Cruz, el venezolano es licenciado en Artes Escénicas por la Universidad Central de Venezuela y desde hace años ha recorrido teatros catalanes como el Tetare Lliure o el Teatro Nacional de Cataluña. Las poleas de la máquina comenzarán su movimiento en septiembre en el número 85 de la Avenida del Reino de Valencia. Sus fundadores defienden el teatro y la danza como herramientas indispensables para expresarse y como aspecto primordial para el desarrollo íntegro del ser humano. Son medios incuestionables en otras sociedades, y en la actualidad han sido muy descuidados por los planes pedagógicos nacionales, aunque la cultura suele ser un must en los programas electorales.

La Máquina pone en valor ambas disciplinas y da una respuesta a su creciente demanda, entre niños y adultos que siempre hayan querido actuar. "Somos las dos cosas con la misma fuerza", describe Stuyck, licenciada en danza clásica por el Conservatorio Superior de Danza de Valencia y con estudios de interpretación cursados en la escuela Juan Carlos Corazza. La danza clásica es la la madre del movimiento, la base de cualquier disciplina. Es un deporte que físicamente trabaja toda la musculatura y que además, expresa. El planteamiento de La Máquina es conjugar el ballet con la danza creativa y la interpretación, transmitir emociones y que los alumnos encuentren sus propios movimientos dentro de la técnica correcta. Desde el centro ofrecen talleres para todas las edades, "si tienes menos de 99 años puedes iniciarte", aunque en realidad son bastante flexibles y abren sus puertas a todo aquel que quiera romper el sedentarismo. En los talleres de teatro y expresión oral no habrá limitaciones, la libertad es la única norma en el juego de la actuación. Los alumnos aprenderán a comprender sentimientos a través de personajes, ponerse en el lugar del otro y trabajar en equipo.

 

Es un proyecto que quiere autofinanciarse, "por desgracia, no tenemos mucha mentalidad comercial" confiesa Stuyck, apuestan por un proyecto sostenible y de iniciativa privada que se aleje de las subvenciones. "Cuando nos consolidemos, quizás tendremos algún patrocinador", aventura, pero no quieren depender de la administración para comenzar este proyecto que han mimado tanto. Afirma que hay muchos niños con inquietudes que van más allá del currículum escolar y piden a sus padres cursos complementarios, quieren conducir esta demanda y cubrir el vacío que dejan la oferta de colegios e institutos. De hecho, transmitir los conocimientos adquiridos tras más de 20 años en la profesión, es lo que les ha dado sentido a su trabajo.

Stuyck y Cruz no se reconocen como una escuela al uso. Quieren enseñar a niños y adultos a amar la danza y el teatro, a liberar su creatividad con su propio cuerpo. No habrá notas ni grados oficiales, pero si niveles y actuaciones. Con las aulas nace un escenario propio, y los dos propiciarán el encuentro cultural y el mestizaje artístico. Además, organizarán muestras para que alumnos y gente no profesional se exhiban y emocionen, su filosofía es clara, no entiende el teatro y la danza sin el público. 

Casi una docena de alternativas

Stuyck y Cruz han vagado por el mundo, sobre todo por Francia y Latinoamérica, y con su experiencia acumulada ponen La Maquina en movimiento con la oferta de 11 talleres, cuatro de los cuáles ya están en marcha para su apertura.

Las clases de iniciación al ballet para niños, están destinadas para los más pequeños, donde trabajaran ejercicios sencillos partiendo de los esquemas corporales de la danza clásica para ir ganando coordinación, colocación y disciplina. El centro se adapta a los niños y Stuyck enseñará de una manera lúdica y dinámica. Ella también imparte el resto de cursos como son las clases para jóvenes entre 7 y 11 años. En ellas se potenciará más la creatividad y se enseñará una base para que los alumnos aspiren a un futuro profesional. Bailar es soñar con los pies, es la identidad de las clases para adultos, nunca es tarde para aprender algo nuevo y es una disciplina ideal para mantenerse en forma y recuperar el bienestar. Según Stuyck, la técnica clásica es necesaria para abordar cualquier tipo de danza, y aunque ha bailado y estudiado la danza contemporánea, la gran apuesta del centro es el ballet por este motivo. También ofrecen talleres de teatro musical en inglés, donde además del ballet, se incluyen géneros como el claqué o el jazz. 

El teatro de la mano de Cruz, se divide en clases infantiles, juveniles y para adultos. Los niños de 4 a 11 años cursarán un año donde la clave será el clásico de La flauta mágica, y finalizarán con una muestra a final de curso. La sección juvenil, de 11 a 17 años, apuesta por vivir la adolescencia sabiendo expresar las emociones y apuesta por una interpretación de Sueño de una noche de verano. El teatro para adultos se inicia con la mayoría de edad, pero también habrá un grupo senior que integrará alumnos de más de 60 años. También ofrecen teatro para extranjeros, orientado para quienes no dominan el español. Habría dos niveles, uno centrado en Cervantes y dirigidos para aquellos que no tienen mucha fluidez y otro especializado en Lorca, dirigido para quienes poseen conocimientos intermedios. La Maquina completa su oferta con el taller de expresión oral Up in the air, orientado a dar claves para mejorar la oratoria. En él se trabajará la expresividad corporal y oral para que transmitir las emociones no sea tan complicado para los asistentes. Está dirigido a personas que desarrollan una actividad laboral ligada con la interacción y el contacto con el público. Se estudiará la proyección de la voz, la respiración o la capacidad de improvisación en sesiones semanales durante un trimestre. Al final de este curso habrá una exposición abierta al público donde los alumnos aplicarán todo lo aprendido y se enfrentarán contra el miedo escénico

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