"Al dedicar esta sección a Hadzihalilovic queremos reconocer a una personalidad singular, una mujer que ha sabido retratar la infancia de una manera muy personal y cuyas películas están a medio camino entre la poesía y los cuentos de hadas", declara la presidenta de Mostra de València, Gloria Tello
VALÈNCIA (EP). La 37 Mostra de València-Cinema del Mediterrani dedicará la Sección Focus a Lucile Hadzihalilovic, cineasta francesa de origen bosnio reconocida por su "potente universo simbolista". Sus películas sobre la infancia en escenarios misteriosos, repletas de simbolismo y ecos psicoanalíticos la han convertido "en una de las voces con más personalidad del circuito cinematográfico internacional", destaca la organización del certamen.
"Me siento emocionada y honrada de que la Mostra se interese por mis películas --asegura en un comunicado la directora--. Aunque se han proyectado todas en importantes festivales españoles como San Sebastián y Sitges, su distribución comercial en salas ha sido mínima. Es una gran oportunidad que el público de Valencia pueda descubrirlas en una pantalla de cine, y juntas, porque las películas dialogan entre sí y se complementan". Nacida el 7 de mayo de 1961 en Lyon, la cineasta es hija de padres bosnios. Pronto la familia se trasladó a Marruecos (vivieron en Esauira y Casablanca), donde Hadzihalilovic vivió hasta los 17 años. Estudió en París, primero en la Escuela Superior de Estudios Cinematográficos y después en la Escuela Nacional de Oficios de Imagen y Sonido. En su proyecto de graduación, 'Mort de Nono (1987)', ya se apuntaban algunos rasgos de su particular estilo, caracterizado por apartarse de las lógicas que pueblan el medio cinematográfico y zambullirse de lleno en lo onírico.
Podrán verse todos sus largometrajes: 'Innocence' (2004), 'Evolution' (2015) y 'Earwig' (2021), pero también una selección de sus cortometrajes y mediometrajes: 'De natura' (2018), 'Nectar' (2014) y 'La bouche de Jean-Pierre'(2014). Para aquellos que acudan a las salas, la cineasta les recomienda "dejarse llevar, no tratar de 'comprender' sino de sentir". "Mis películas son relatos simbolistas que extraen sus imágenes del inconsciente, imágenes que se pueden leer de varias maneras. Como espectadora, me gusta que las películas estén abiertas a la interpretación, e incluso tener la libertad de perderme en ellas. Intento hacer lo mismo con mis propias películas. A pesar de su extrañeza y aspecto espeluznante, hablan de emociones universales", comenta la directora", explica.
Es una "rara avis" dentro de la cinematografía francesa, donde la palabra suele ocupar un lugar central. Para ella el cine es, ante todo, un arte no verbal, lo que le ha llevado a grandes festivales internacionales (ha obtenido dos veces el Gran Premio del Jurado en San Sebastián y fue la primera mujer en ganar el de Estocolmo). "Me encanta crear tanto mundos físicos como oníricos, y en los sueños, el habla juega un papel menor. Por razones que no puedo explicar, hay muy poco espacio para las narrativas metafóricas en el cine contemporáneo. Sin embargo, ha habido grandes ejemplos de cine fantástico u onírico: Epstein, Franju, o incluso Resnais y Rivette. Mi 'aislamiento' me causa problemas en términos de financiación, y por eso me fui a Inglaterra para mi última película", expone.
Precisamente, otro gran director francés, Robert Guédiguian, recibirá la Palmera de Honor. Del 20 al 30 de octubre, cuando tendrá lugar la Mostra, el público podrá disfrutar de su filmografía en el ciclo programado en la Filmoteca de València. Además, la Mostra y el Institut Valencià de Cultura (IVC) coeditarán el libro "Robert Guédiguian. La gente no sabe de su poder", escrito por Aarón Rodríguez Serrano, investigador y profesor en la Universitat Jaume I. Doctor en Comunicación (Universidad Europea de Madrid) y Graduado en Filosofía (UNED). Miembro de la Asociación Española de Historiadores del Cine y de la Asociación de Análisis Textual Trama & Fondo.
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