Guía de urgencia para conocer los puntos ocultos que prescribir en las periferias de la ciudad
VALÈNCIA. El interés de consumo urbano es plenamente asimétrico. En apenas unas cuantas áreas se arremolina el interés. Sucede, claro, en València, donde una ciudad aparentemente muda transcurre sin que apenas se le preste interés. Es como si hubiéramos comprado el relato de la urbe a ojos turísticos y nada sucediera más allá de sus zonas de destino. Tiene que ver también com la propia concentración de servicios, de reclamo, de oferta.
Pero hay otra ciudad ahí fuera. Una periferia que aunque no llame a la puerta se encuentra al otro lado del zagúan. Paradójicamente la València mayoritaria. Con voto pero sin voz.
Con la voluntad de tenerla presente, y a través de quienes las viven, se esboza una guía rápida de recomendaciones periféricas, lugares que deben servir de ancla para (re)descubrir las otras valencias, tan alejadas de nosotros a veces como las de la tabla periódica. Aunque pensándolo bien, ¿periferia respecto a quién?
Bar El Tirili
Por Juan Reig, fotógrafo
Latitud: 39.498496 | Longitud: -0.393344
“Me gusta pensar que El Tirili podría ser el Café Lehmitz valenciano, libro referente de muchos fotógrafos, porque como dijo de él un artículo de El País va gente que no tiene otro sitio donde caerse muerta. Me gustan los bares donde te miran raro al entrar pero después es fácil entablar conversación. En la mañana que pasé en el Tirili la conversación siempre referenciaba al pasado, no hay gente joven allí. El Tirili es viejo y cutre, pero viejo y cutre de verdad, porque he visto como otros bares cutres de la ciudad han mutado su clientela tras aparecer en las guías de lo mejor de lo mejor (El Alhambra, sobre todo). No nos engañemos, en el Tirili tampoco hacen la mejor tortilla de la ciudad, pero te cuentan cómo era la ciudad”.
Bar Alfredo
Por Guillermo Lagardera, Zeta Beers
Latitud: 39.486047 | Longitud: -0.386707
“Aunque ahora haya subido de quilates con el flamante aterrizaje de Bombas Gens, Marxalenes es barrio pura sangre. Campo fértil para barras y parroquias, en el distrito hay bares de todos los colores. Nos quedamos con el Bar Alfredo, que sube la persiana en el número 58 de la Avenida Burjassot. Pepe —que no Alfredo— fue campeón de España de karate, no sirve bocadillos, dejó de abrir para los cafés de la mañana y dispara la bilirrubina de todo Marxalenes con comidas y cenas, codo en barra, a base de suquets, huevas, sepia bruta y unas alcachofas rebozadas que son como esmeraldas en días de resaca.
A escasos 200 metros de Alfredo está la Charcutería Miguel Piles. Tan de barrio que, además de embutido y productos del copón de la vela, orilla servicios con los atávicos ultramarinos. Miguel tiene jamones colgados, unas longanicitas de pascua pequeñitas que se comen como pipas, salmón en aceite, aceitunas de las de llorar y, cada día a la hora del almuerzo, prepara bocadillos al gusto con todo lo que tiene expuesto en el mostrador. Son magia los de jamón con paté y los de mortadela con gorgonzola, pero cada uno se echa lo que quiera. Se forman unas colas kilométricas que parece que venda entradas para el próximo concierto de David Bisbal. Y más allá, el Volander, tan a trasmano de todo que es posible que ni le rozara la Reconquista. En el centro de la encrucijada entre Pérez Galdós, Avenida del Cid y La Petxina, Julia y Toni llevan 23 años levantando este café y alimentándolo de actividades para que siempre parezca primavera. Cualquier tarde en El Volander se puede uno tropezar con música en directo, ciclos de cine, recitales de poesía, exposiciones fotográficas o catas de cerveza. Un par de hurras por quienes aguantan en la frontera, dando lo mejor de uno mismo, contra viento y marea”.
Forn de Manuela
Por Virginia Lorente, ilustradora (@atypical Valencia)
Latitud: 39.482889 | Longitud: -0.398259
“Mi familia política es de Campanar, la primera vez que acudí a una celebración familiar al llegar a los postres la señora Elvira sacó dos paquetes con mucho cuidado, como si llevara en sus manos el Santo Grial, al abrir el primero aparecieron unas cocas Finas, solo de mirarlas parecía que se iban a romper. Deliciosas. Pero el segundo paquete contenía lo que yo considero un milagro de la repostería, la coca de Sachí, al probarla exclamé: ¿de dónde ha salido esta maravilla?. Y así es como descubrí el Forn de Manuela. Ahora es una visita obligada, compre lo que compre sé que siempre tengo que pedir una más, para el camino, si no corremos el peligro que no llegue nada a casa. Dicen que son ya cinco generaciones de mujeres más la Mare de Déu que allí está coronando los estantes de dulces y pan, lo cual es lógico, porque ese lugar no es un horno, es un altar”.
Ultramarins 154
Por María Rodilla, ilustradora
Latitud: 39.491123 | Longitud: -0.391971
"Ultramarins 154 es una asociación que acoge todo tipo de eventos: conciertos, mercadillos, charlas, etc. Con motivo del día internacional de la eliminación de la violencia hacia la mujer ayudé a organizar una jornada de celebración y reflexión con varias artistas que fue todo un éxito (esta feo que lo diga yo, pero estamos muy contentos con la acogida que tuvo). Quiero recomendar esta asociación porque me parece muy importante que cada barrio sea capaz de tener su propia agenda cultural y que no todo se centralice en los 2 barrios de moda de turno. Siempre me ha parecido curioso cuando la gente de barrios o pueblos periféricos a la ciudad se queja porque donde vive nunca hacen nada, pero cuando hay una muestra o un concierto en una de esas zonas, esa misma gente se queja de que tiene que moverse hasta allí. La cultura debe ser democrática y todos tenemos derecho a disfrutarla, por eso es tan importante apoyar iniciativas así."
El capricho de Ana Melgar
Por Sara Mansanet, directora de La Cabina
Latitud: 39.47113 | Longitud: -0.396494
“El barrio de L’Olivereta tiene como eje comercial la calle Brasil. En el número 27 está El capricho de Ana Melgar y se ha convertido en uno de mis sitios favoritos del barrio para tomar un café con calma. Es panadería, pastelería dulce y salada y además ofrece variedad de comidas para llevar (sobre todo arroces). Cuidan mucho la limpieza, la decoración y se esfuerzan para que estés a gusto. Otra de sus ventajas es su amplio horario: de 7 a 21 h todos los días, así que me tienen en el bolsillo”.
Bar de l’Associació Cultural de Massarrojos
Por Vicent Baydal, historiador
Latitud: 39.488356 | Longitud: -0.393999
“Ei, que sí, que Massarrojos també és València, a 10 quilòmetres del centre i entre Rocafort i Montcada, però és València, en plena Horta Nord. Què més es podria demanar? Un bon esmorzarot, ja ho sé. Te’l donaran en el bar de l’Associació Cultural de Massarrojos. Un paisatge únic en l’univers conegut i una menjada també quasi única en el planeta Terra. Va, animeu-vos i feu via cap al mur nord de València!”.
Cafetería Morka II
Por Begoña Rodrigo, cocinera
Latitud: 39.471164 | Longitud: -0.350105
“Morka II es donde nos escapamos a almorzar cuando podemos, me encanta su bocata de cachelín de patatas fritos con chorizo y que siempre ponen un pan muy crujiente. Se almuerza por 4,50€ de lujo, con un expositor con producto de temporada, alcachofas, espárragos, puntillas, anchoas. Es un lujo en el barrio que visitan los de la zona”.
Azul Sunset Point
Por Bernardo Carrión, escritor
Latitud: 39.462262 | Longitud: -0.325917
“Conocí el Azul hace solo unas pocas semanas, recomendado por una amiga. Es el último bar de la Dársena Norte de la Marina. Acudimos un domingo a mediodía y no tuvimos dificultad en encontrar sitio en la terraza —ni para aparcar—. Tiene unas atractivas vistas al puerto, donde puedes contemplar los barcos de recreo amarrados. Han sabido crear un ambiente relajado a través de un diseño austero y sobre todo, de la música chill out que un DJ pinchaba cuando estuvimos allí. Azul sabe sacar partido de uno de los bienes más preciados que tenemos los valencianos: el sol, omnipresente, que juega con las originales sombrillas del local y que al final de la tarde es el protagonista de unas puestas de postal. Tomar un aperitivo allí es escapar del bullicio de la ciudad y entregarse al disfrute del mar y el sol. Los valencianos deberíamos de vivir más de cara al mar; no cuesta nada coger la bici o el coche y plantarse en el puerto”.
Kiosko Manola
Por Merxe Navarro, arquitecta
Latitud: 39.452664 | Longitud: -0.376963
“Como buena malillera que soy, adoro mi barrio y su día a día. Uno de los principales motivos tiene que ver con los negocios de toda la vida que todavía continúan su actividad, como el Kiosko Manola. Está en la calle Oltá y tiene todos los elementos que esperas encontrar en un negocio de estas características: periódicos, revistas, coleccionables, libros, pequeños juguetes, cromos, chuches, etc. Considerando lo difícil que es encontrar hoy en día en otros puntos de la ciudad, lo veo un must”.
Taberna Amparín
Por Sergio Mendoza, El Observatorio
Latitud: 39.45296 | Longitud: -0.38704
“Uno de mis sitios favoritos en Valencia es La Taberna de Amparín. Está cerquita de El Observatorio, en la calle de Joaquín Navarro 26 ( barrio de l´Hort de Senabre), por lo que es ideal para escaparme de vez en cuando. Es una taberna de las de antes, con sus barriles, azulejos, suelo, barra.. todo como imagino que sería hace 50 años. La llevan padre e hijo, o hijos, creo. El padre es mayor pero sigue cocinando y saca el mismo los platos de la cocina a la barra. Mi favorito son los boquerones y las bravas, pero con cualquier cosa aciertas. Son raciones pequeñas, caprichos, como hechas adrede para el vermut. He hecho reuniones de trabajo, post-maratones, pre-festivales-deleste, y huidas en solitario.”
Arrancapins
Garaje Calixto III
Por Maite Ibañez, gestora cultural (La Nau)
Latitud: 39.470792 | Longitud: -0.389881
“Un garaje convertido en una sala de proyecciones. Este lugar no deja de ser un descubrimiento, y más para los que vivimos cerca. El garaje de Calixto III forma parte de La Ruta más corta y se suma a la celebración del Día Internacional del Cortometraje el próximo 16 de diciembre. Desde el barrio de Arrancapins se suma a la iniciativa con la sección temàtica “Animal!”. ¿Hay periferias para el cine?”.
Plaza Xúquer
Café Carajillo
Por Vicent Baydal, historiador
Latitud: 39.476372 | Longitud: -0.349982
No està de moda ni acaba de ser un clàssic de València, per la seua situació perifèrica, però per a l’enorme col·lectiu d’usuaris de la plaça Xúquer és un ‘must’, no perquè ho indique cap guia urbanística, sinó pel que és, perquè està ahí des de fa dècades, per la seua decoració, pel secret del seu café fresquet i preparat amb vés a saber què, per la seua música, pels seus cambrers i per tot. ‘Carajillo’ està fora en la perifèria de València, però representa a València com ningú...
Benicalap
Charcutería Oscar Torres
Por Vicent Baydal, historiador
Latitud: 39.488356 | Longitud: -0.393999
“El Mercat de Benicalap és, a priori, un mercat més de València, però, a banda de la dedicació dels seus botiguers, de l'animació, del bon ambient i del bon gènere de tota paradeta mercolina, guarda un xicotet tresor: la parada d’Oscar Torres, un xarcuter que oferix tot el que pot desitjar un formatgeaddicte i un companatgeaddicte (que li ho diguen a Ana...). Formatges i embotits valencians, de tota Espanya i de mitja Europa, de totes les classes, que cobrixen i sorprenen les necessitats de qualsevol persona que vullga disfrutar i sorprendre’s amb els productes d'un xarcuter que mira amunt, molt amunt…”