VALÈNCIA (EP). Rambleta acogerá durante los días 3, 4 y 5 de noviembre La distancia, cápsulas creativas, una propuesta multidisciplinar sobre todo lo vivido durante los días de confinamiento, con testimonios reales, textos dramáticos, animación audiovisual y poesía visual, según ha informado la sala en un comunicado.
Un espectáculo que "remueve y emociona", con dramaturgia de Vera González y Tolo Ferrà, quien también se encuentra al frente de la dirección y video escena.
Pensado para ser representado en espacios no convencionales, para pequeños grupos de público de 6 a 12 personas que, durante 40 minutos, transitarán por las seis cápsulas de memoria y una zona de encuentro.
Una experiencia "íntima y única", puesto que cada espectador confrontará las piezas con sus recuerdos y experiencias vitales, completando así cada una de las historias, señalan.
Así, recuerdan que durante los noventa y ocho días del estado de alarma solo se podía recorrer ciertas distancias: hasta el mercado para comprar comida, un corto paseo para sacar al perro, el camino al trabajo si eras trabajador esencial, o ir a los contenedores a tirar la basura.
Los menores no tenían derecho a recorrer ninguna distancia: no había escuela, no había parques, no había posibilidad de pisar la arena. "Las distancias no recorridas eran las que se hacían más difíciles: la distancia hasta casa de tus padres, hasta el colegio de los niños, hasta el abrazo de tus amigos, hasta el beso de tu pareja", apuntan.
De este modo, "de pronto el tiempo también se convirtió en distancia: veinte días para ir al teatro, treinta y cinco días para terminar esa partida de billar que quedó a medias, cincuenta y cuatro días para ver a los abuelos en el patio de la residencia, los días que quedan hasta volver a bailar en un concierto de música"
Así, "las distancias se han hecho infinitas, como las que hay hasta los seres queridos que han muerto; y otras se han acortado, como la que nos separa de los vecinos del edificio de enfrente".
La Distancia, cápsulas de memoria muestra así una mirada a los días de confinamiento, seis historias construidas sobre todo lo vivido con un cuidado espacio plástico hiperrealista, música original, poesía, piezas audiovisuales, voces dramatizadas y un espacio sonoro que nos orientará en este viaje que nos llevará por seis espacios icónicos.
Desde un pasillo de hospital reconvertido en una UCI infinita, obra de Denise Despeyroux; un lineal de estanterías vacías de un supermercado que no parece tener fin, de Rulo Pardo; una multitud de balcones con voces de gente que aplaude, vitorea y clama auxilio en el silencio de su inquietud, de Vera González y Tolo Ferrà; una escuela infantil cerrada, inmensa, gigante, donde el silencio ha sido confinado, de Itziar Pascual; una morgue silenciosa, que no deja de recibir féretros, Antònia Vicens; y una habitación de una residencia de ancianos aislada del mundo, obra de Jorge Muriel.
Se trata de una propuesta multidisciplinar que mezcla teatro relacional, artes vivas, instalación artística y tecnología, que ofrece una mirada atrás que nos ayude a visualizarnos después de lo que nos ha sucedido. Una mirada que detenga el foco de atención en las personas que "se han hecho visibles durante los peores meses de pandemia, para que no regresen a su invisibilidad anterior al confinamiento", apuntan.