La Sala L’Horta moderniza 'La viuda valenciana', de Lope de Vega

VALÈNCIA. La Sala L’Horta pondrá en escena el próximo sábado 25 de enero La vídua valenciana, una comedia teatral para jóvenes y adultos que moderniza uno de los grandes textos clásicos del Siglo de Oro español, escrito por el autor madrileño Lope de Vega. La obra está dirigida por Adrián Novella y cuenta con un reparto compuesto por Xavi Giménez, Joan Isern, Antonio Lafuente, Mar Mandli y Marina Mulet.

La protagonista de esta historia es la señora Leonarda, amante de las letras y de la pelota valenciana, que por su condición de viuda -y para evitar casarse nuevamente- no tiene por costumbre salir de casa.

Durante las fiestas de finales de febrero hasta mediados de marzo, que dan paso a la primavera, al fuego y a la sexualidad, se celebran mascaradas, partidas de pelota y hogueras. Es en una de estas partidas donde la señora Leonarda se fija en Camilo, galán y jugador de pelota valenciana. Con el interés de poder estar y gozar con él, idea junto a su criada Júlia un engaño para que, sin saber Camilo quién es ella, puedan pasar las noches juntos. Así se da inicio a una comedia de enredo que tiene como telón de fondo la búsqueda de la libertad y la emancipación de una mujer.

“En este montaje -comentan desde la compañía-, el viaje de liberación de Leonarda se traduce en un desencorsetamiento físico, del personaje, por un lado, y del texto original, por el otro. Es decir, tanto obra como protagonista se van contemporaneizando. Los corpiños y enaguas desaparecen y los guiños cómicos que Lope escribió hace siglos se traducen en gags de la época actual, reconvirtiendo así una comedia del siglo XVII en una del siglo XXI”.

Conocida también con el título de El arte de nadar y guardar la ropa, esta obra fue escrita originalmente entre los años 1595 y 1600, y toma inspiración en el viaje que hizo Lope de Vega a la ciudad de Valencia con su benefactor, el Conde de Lemos, con motivo del matrimonio entre Felipe III y Margarita de Austria.

Chatungla, un “pequeño circo de chatarras”

El domingo 26 de enero, el patio de butacas de la Sala L’Horta se llenará de nuevo de niños y niñas para disfrutar de un espectáculo de títeres para toda la familia titulado Chatungla. Esta extraña palabra hace referencia al “pequeño circo de chatarras” en la que la compañía Teatro Silfo contextualiza esta obra.

Las protagonistas de Chatungla son Sara y Bárbara, las cuidadoras de unos peculiares animales que han estado encerrados en un taller durante mucho tiempo. Son animales fantásticos, construidos con chapa, trozos de madera y viejos utensilios, que necesitaban algunos retoques: una tuerca y un par de tornillos para que pudieran ponerse de pie. Tras estas reparaciones, ya están listos para exhibirse en un gran espectáculo en el que participa un perrete (perro-taburete) muy travieso que hace pis en cualquier sitio; una jirafalera (jirafa-escalera) que deleitará al público con una danza “de altura”; un muebleón (un león hecho con partes de muebles) que persigue perezosamente una mariposa chatunglera; una gacilla (gacela-silla) que es bailarina de tango; dos pinguotes (pingüinos-botes), entrañables y con aspiraciones artísticas, etcétera. Poco a poco, el escenario se va llenando con criaturas extrañas y divertidas que se unen en un gran baile visual que acaba desbordando a las dos valientes cuidadoras.

El espectáculo se basa en las marionetas de Fabrizio Azara, auténticas esculturas en movimiento construidas con objetos y materiales usados y reconocibles, que se mueven utilizando distintas técnicas de manipulación: algunas se manejan de forma individual por una sola persona, mientras que otras marionetas son más complejas ya que cuentan, por ejemplo, con escaleras metálicas internas.

El texto está reducido a lo esencial; a lo largo de la obra domina el fuerte carácter visual de las escenas. La música, compuesta por Marco Valentino, acompaña y subraya todas las escenas. Se trata de piezas dónde instrumentos musicales tradicionales se mezclan con sonidos y ruidos de materiales brutos; de esta manera la música va reforzando el carácter lúdico y “chatunglero”del montaje.

Detrás de Chatungla hay una “pedagogía del objeto”, un intento de educar la mirada de los niños hacia el descubrimiento de las posibilidades lúdicas de todo lo que les rodea, ofreciendo múltiples ejemplos de cómo se puede jugar con las cosas que uno se encuentra en casa. “Es parte fundamental de nuestra poética como compañía de teatro y también un aspecto educativo que nos gusta subrayar cuando presentamos un espectáculo”, comentan desde Teatro Silfo.