VALENCIA. Desgraciadamente hoy por hoy el patrimonio y por extensión la cultura no es un ámbito que pueda defenderse por sí mismo, como un hecho natural. Parecería evidente que fuera eso así, puesto que, a priori, somos conscientes de lo que éste representa en términos de memoria histórica de la ciudad, artística y por ende de los réditos económicos derivados del turismo o las sinergias con otros sectores. Afortunadamente contamos con un rico patrimonio cultural y artístico, lo cual a su vez conlleva la dificultad de que el campo de batalla se convierte en un vasto territorio, y son muchos los frentes abiertos.
Desde hace un tiempo, nuestra ciudad ha visto emerger movimientos, fundaciones y asociaciones dirigidas a reivindicar, investigar, poner en valor o simplemente compartir conocimientos entre sus miembros y por extensión con la ciudadanía que se acerca a ellas. Internet y más recientemente las redes sociales están siendo una eficacísima herramienta para una mejor divulgación de contenidos y una fluidez en la información y el contacto de los miembros de estos grupos.
Hay un asociacionismo de índole reivindicativa cuya labor en los últimos años se me antoja como fundamental. Se me viene de inmediato a la mente la labor de Salvem el Cabanyal, plataforma dirigida principalmente a hacer visible a ojos de la ciudadanía su oposición a un plan que, afortunadamente y sin entrar en vicisitudes políticas, quedó en el cajón del olvido, o mejor convendría no olvidar que está en un cajón, para que no vuelva a plantearse de nuevo algo de tal naturaleza. En este caso como todos saben, el plan consistía en la prolongación de la avenida Blasco Ibañez hasta el mar, a través de la trama urbana del Conjunto Histórico Protegido y Bien de Interés Cultural desde 1993, como es el popular barrio marinero de la ciudad. Haciendo un poco más de memoria, no olvidemos que hace ya más de medio siglo se planteó la prolongación la avenida del Oeste de la ciudad a través de la trama medieval del casco histórico, para darle salida aproximadamente a la altura de lo que hoy es el IVAM. Proyecto que in extremis fue definitivamente descartado.
Antigua es la asociación de Veins del Barri del Carme, si bien va destinada a defender cuestiones del barrio de toda índole, incide cuando es preciso, en temas relacionados con el patrimonio como el abandono de edificios protegidos, puesta en valor de vestigios histórico artísticos como la muralla islámica, denuncia de actuaciones que ponen en riesgo o instar a la Administración a llevar a cabo actuaciones de preservación o recuperación en barrios.
La defensa del patrimonio histórico valenciano en su conjunto, y a su vez, servir de nexo entre los historiadores del arte, son los objetivos de la Societat Valenciana d´Historia de L´Art. Actualmente está presidida por el historiador Joan Gavara, profundo conocedor del patrimonio artístico valenciano hasta detalles ignotos para la mayoría. Por esta misma razón conoce de primera mano los riesgos que corre. Sus últimas actuaciones se han centrado en fiscalizar la polémica restauración del edificio más antiguo, y emblemático, que alberga el Museo de Bellas Artes, así como la errática travesía de la institución en los últimos tiempos derivada de una nefasta gestión y que es de desear que tienda a ir enderezándose.
El Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, de forma especialmente incisiva, tal como podemos podemos apreciar en su web, lleva a cabo actuaciones de denuncia en cuanto son conocedores de un hecho acaecido. La web lleva el inefable título “El gran hermano del patrimonio cultural” y con un gran aparato de material gráfico, se hace eco de los ataques que recibe el patrimonio artístico de la ciudad, y que son dignos de ser denunciados. Los miembros del Círculo, suben el texto de las denuncias a los diversos organismos, así como las “pruebas del delito”. Entre las últimas cuestiones tratadas, los actos vandálicos en los muros del puente del Real a través de lamentables graffitis en la parte inferior de los tajamares, el abandono de los tinglados modernistas del puerto o las obras que se vienen realizando en el palacete de Ayora.
Junto con las asociaciones de carácter más reivindicativo, existen agrupaciones destinadas a la difusión y promoción cultural y patrimonial de la ciudad. La caleidoscópica Valencia da para mucho y podemos encontrar ejemplos de toda índole. La Asociación Remember Valencia nació hace aproximadamente una década en las redes sociales. Un grupo de “enfermos” por la historia visual de la ciudad inició un camino que se prolonga hasta hoy con más salud que nunca. El archivo documental publicado es verdaderamente descomunal y la labor de recuperación de imágenes e historias de la ciudad es encomiable. Miles de fotografías de la Valencia de otros tiempos: edificios desaparecidos, obras de arte antes de ser pasto de las llamas o la destrucción, zonas de la ciudad cuya fisionomía ha cambiado por completo. Hacen falta meses para visualizar el blog desde sus inicios hasta hoy.
La Fundación Goerlich es otra plataforma de difusión cultural que cada vez es más visible en la sociedad valenciana. Desde publicaciones como el reciente y completísimo libro “JAVIER GOERLICH / Arquitecto Valenciano (1886-1914-1972)”, hasta una intensa labor en redes sociales, o cineforums, la labor de esta Fundación va mucho más allá de poner en valor la figura del esencial arquitecto Javier Goerlich Lleó, al que le debemos una parte nada desdeñable de la valencia de los dos primeros tercios del siglo XX, pues su labor se extiende a la protección y difusión del patrimonio arquitectónico de Valencia.
Muy recomendable seguir la actividad que publica a través de su interesantísima página de Facebook, recomendación que hago extensible a la actualización permanente en esta red social por parte de la mencionada Remember Valencia. La fundación está presidida por el nieto del arquitecto, el abogado Andrés Goerlich, y colabora con otras asociaciones, como la citada anteriormente, para aunar fuerzas, que es de lo que se trata. Fruto de esa suma de intereses junto con la fundación Giménez Llorente será la exposición que a partir de Navidad en la Casa del Reloj del puerto de Valencia. La muestra, inédita hasta la fecha, estará compuesta por fondos de colecciones particulares y nos dará una visión de la evolución de la ciudad a través de la cartografía.
Es de desear que aquellos que desempeñan cargos en las administraciones implicadas en el patrimonio histórico artístico, se den una vuelta de vez en cuando por las webs y las publicaciones en redes sociales de estas plataformas ciudadanas de defensa y divulgación del patrimonio de la ciudad. Sale mucho más barato que un retén de asesores y les aseguro que es muy efectivo.