TENDENCIAS ESCÉNICAS

Las divisiones junior de la danza piden paso

La Jove Companyia Gerard Collins celebra su 15 aniversario en La Rambleta

29/06/2016 - 

VALENCIA. Cuando los bailarines en ciernes terminan su formación, esto es, con escasos 16 años, los más saltan sin red al mundo profesional. Sin haberse subido a un escenario, sin haber formado parte de una compañía, la carrera semeja una senda ardua que transitar. Pero existen espacios de formación continua que son al tiempo punto de partida y puente entre las escuelas y conservatorios y la vida laboral. Se trata de la segunda división de un selecto grupo de compañías de renombre que hacen las veces de cantera para el grupo principal y de estímulo para estimular el interés por la danza de nuevas audiencias. Ahí está la pionera NDT 2, la joven división de la holandesa Nederlands Dans Theater (NDT), creada en 1978; o el más reciente National Youth Ballet alemán, asociado al Ballet de Hamburgo, que arrancó su trayectoria en 2011 y consta de su propio repertorio, conformado, en su gran mayoría, por creaciones de incipientes coreógrafos. 

En esta línea trabaja en España desde el año 2000, la valenciana Jove Companyia de Dansa Gerard Collins, que este próximo 1 de julio celebra en La Rambleta 15 años de fértil trayectoria. Hoy en día, sus entonces bisoños bailarines forman parte de compañías profesionales prestigiosas tanto en Valencia, como en el resto de España y en el extranjero. 

Con motivo de la efeméride, los 14 miembros que este año componen “La Joven Gerard” retomarán su homenaje a Supertramp, Fools Overture, estrenarán una pieza que aúna varias obras de repertorio premiadas en certámenes nacionales e internacionales, Re-Member, así como una nueva entrega de su proyecto Forever Young, en el que año tras año se da la oportunidad de coreografiar a un “jove”. En este caso es el turno de Salvador Rocher, integrante de OtraDanza. Así, la segunda compañía hace las veces no sólo de escaparate para las nuevas figuras, sino también de laboratorio para que los coreógrafos de la diáspora española puedan presentar su trabajo

Como lazo final a la velada, nueve ex componentes de la formación bailarán Portal, coreografiada por la directora artística de la compañía, Mamen García, y por su sobrina y bailarina de OtraDanza, Carmela García. 

Entre los veteranos se encuentran Cristian Arenas, que en la actualidad es stager en la Compañía William Forshyte; Joaquín Collado, activo en Korzo Theater y Proyecto Titoyaya; Xavi Marti, en Luna Negra Dance Theatre y también en Proyecto Titoyaya; Ezequiel Gil, que ejerce su oficio en Ballet de la Generalitat Valenciana; Ángela García, de las compañías José Huertas y Rafael Aguilar; Saray Huertas, de OtraDanza; Paula Quiles, de Proyecto Titoyaya, y Aina Gimeno, de Maduixa Teatre, que relata su experiencia de cuatro años de formación en la Jove: “No te enseñan a bailar, sino que te forman como profesional. Te enseñan tablas, a pisar un escenario, a audicionar, a concentrarte y no pensar en mil cosas ni ponerte nervioso, y a trabajar en grupos muy grandes, porque en la carrera son formaciones súper reducidas”.

Un vínculo perenne

Aina entró con 18 años en la Jove, tras terminar sus estudios en el Conservatorio de Valencia. Y con 21 realizó una audición para dar el salto a una compañía profesional, pero ha seguido vinculada a la cantera. En su dedicación altruista a la causa del futuro de la danza ha asumido todo tipo de labores: desde el ticketing hasta la preparación del calentamiento de los bailarines, y ahora, en vísperas del estreno, ayuda con el diseño de luces. En la actualidad, forma parte de la Junta Directiva de la Asociación Gerard Collins, integrada por gente desinteresada del mundo de la danza. 

“Mi acicate reside en la motivación de los bailarines que entran cada año. Ellos te transmiten ilusión, y tú les transmites tu experiencia”, explica Gimeno.

De hecho, los bailarines reciben una formación gratuita y experiencia escénica a través de la concesión de becas de entidades privadas y públicas. Dietas, desplazamientos, vestuario, alquiler de sala para ensayos y demás gastos corren a cargo de la asociación.

El repertorio de la Joven Gerard abarca todos los estilos, ballet, contemporáneo, moderna, danza española, flamenco, jazz, hip-hop y nuevos lenguajes. En total, la compañía realiza en torno a siete funciones al año y en escenarios donde el trabajo de los bailarines noveles tiene visibilidad y repercusión, como festivales.

No queremos hacerle la competencia a otras compañías profesionales, porque somos un trampolín–matiza la bailarina-. Cuando actuamos, nos limitamos a exigir las dietas de los bailarines, así que no queremos prodigarnos en los teatros para no dar a entender a los ayuntamientos que lo normal es no cobrar”.

La directora de la compañía, Mamen García, tilda la Asociación de ONG. No exagera, con un presupuesto de 4.000 euros al año no sólo mantienen el ritmo de la Jove, sino que ponen en marcha becas de estudio, talleres de verano y concursos internacionales de danza.

Un sueño consolidado y una quimera

Su situación dista mucho de la de IT Dansa, proyecto creado en 1996 por el Institut del Teatre de la Diputación de Barcelona, que dispone de mayores recursos por su vinculación a un estamento público. La joven compañía catalana integra cada año a 16 artistas emergentes que durante el plazo de dos años bailan coreografías de artistas destacados, como Jirí Kylián, Ohad Naharin, Ramón Oller, Rui Horta y Toni Mira, y disponen de un programa de actuaciones en el circuito teatral.

Su experiencia se enmarca en el curso de posgrado en danza del Institut del Teatre. 

Al frente de IT Dansa se encuentra Catherine Allard, Premio Nacional de Danza 2001 en reconocimiento a su trayectoria y por su tarea de formación de bailarines y difusión de la danza. La bailarina belga se formó en la Nederlands Dans Theater y en la Compañía Nacional de Danza (CND).

En su paso por la compañía holandesa formó pareja con Nacho Duato, otro visionario en este campo. Durante su tiempo al frente de la CND, el valenciano puso en marcha la CND2, cuya aspiración era servir de transición hacia la etapa profesional. En sus tiempos de esplendor, los junior pasaban a conformar la plantilla de la división sénior. 

Nacho Duato vino resabiado tras su paso por la NDT, así que puso en marcha una compañía estable joven para moverla  y promocionarla, para hacer cantera –destaca Mamen García-. Había (y hay) una necesidad vital de proporcionar nuevos talentos en el campo de la danza. También sucede en otras áreas, pero de manera normalizada, piensa si no en las canteras del Barça y el Real Madrid, cuyos cadetes luego aprovisionan al primer equipo”.

Por desgracia, en lugar de insuflar continuidad al proyecto, transcurrida una década, se eliminó la CND2. Con el cambio en la dirección artística y el advenimiento de la crisis y los recortes consiguientes, la segunda compañía, que había sido nutrida con obras del propio Duato y de coreógrafos entonces jóvenes y prometedores como los hoy consolidados Chevi Muraday y Gentian Doda, echó el cierre.

De modo que ahora, cuando en la Joven Gerard Collins buscan referentes, tienen que echar la vista a Francia, Inglaterra o Alemania, donde, por ejemplo, el mencionado National Youth Ballet realiza un intenso trabajo en la formación de nuevos públicos, pues baila predominantemente en espacios donde la danza no suele atraer la atención, como son museos, colegios, asilos e incluso prisiones. 

El caso inglés es un oasis paradigmático. En los últimos años ha habido una ingente inversión en la provisión de actividades y en el desarrollo de infraestructuras para estimular la danza entre la gente joven. El último capítulo se escribió en 2012, año en el que arrancaron las trayectorias de la joven compañía del English National Ballet, ENBYouthCo, y la National Youth Dance Company, asociada al Sadler’s Wells.

El año de su advenimiento, la National fue duramente criticada en el entorno dancístico por su hipertrofiado presupuesto, 400.000 libras. a años mil del recibido por otras formaciones de trayectoria contrastada como Shuffle, asociada al centro londinense de danza contemporánea The Place, donde se forman bailarines de entre 9 y 13 años; o Cando2, la segunda compañía de Candoco Dance, que anima a jóvenes de distintas capacidades a expresar su pasión por la danza a partir del trabajo compartido con la veterana hermana mayor.

La polémica no ha impedido que para su quinto año, 2016-2017, la National cuente con una financiación de 450.000 libras. Su director artístico en la temporada presente, Michael Keegan-Dolan, resume así cómo la joven compañía está marcando ya el futuro de la danza: “En los años venideros, cuando veamos la calidad de los bailarines en Reino Unido y en el exterior, comprobaremos la influencia a largo término de la NYDC en la profundidad, la calidad y el bienestar de los profesionales”.

En términos modestos, pero idénticamente ambiciosos y optimistas, es como auguran el porvenir de la danza los formadores de sus embajadores en nuestra Comunidad. 

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