VALÈNCIA. Que las Fallas se viven en la calle está claro. Pero no solo. La fiestas también se han colado en algunas de las principales instituciones museísticas de la ciudad que, de distinta manera, se han querido acercar a la gran fiesta del fuego. Una de las principales propuestas al respecto es la del renovado Bombas Gens, que tras el acuerdo alcanzado por la Fundació Per Amor a l’Art y la empresa Layers of Reality, inicia este mismo mes una nueva etapa reconvertido en centro de artes digitales. Aunque será a final de marzo cuando se abran las instalaciones al completo, con una muestra en torno al universo de Dalí, su equipo ha querido ofrecer una suerte de ‘aperitivo’ del nuevo proyecto con una instalación inmersiva que conecta el pasado industrial del espacio con las Fallas.
Con este objetivo toma forma Fallas I.A., que plantea una proyección que dibuja los muros del centro a través de herramientas como el modelaje digital o la Inteligencia Artificial, que usan de manera “sarcástica”, apuntan sus impulsores. También juega el proyecto con el sonido, pues en la secuencia, que dura aproximadamente diez minutos, se “deconstruye” el pasodoble El fallero o los sonidos generados por una mascletà. Como los monumentos que se alojan a pocos metros del portón que da acceso al museo, también esta falla digital vivirá una ‘cremà’ sui generis para la que habrá que esperar al próximo martes.
Uno de los espacios que se han convertido en clave para vivir de manera diferente las fiestas es La Nau. El centro cultural de la Universitat de València presenta un año más el proyecto Falla Immaterial, en esta ocasión con una propuesta que se centra en el sentido del tacto para ofrecer una experiencia en la que la ciudadanía puede reflexionar sobre el modelo de ciudad que quiere. Se trata de ‘[In]Tocable’, de la artista textil Reyes Pe, un espacio en el que los visitantes encontrarán una falla sin montar, alrededor de 30 piezas de formas geométricas de gran tamaño con las que podrá construir su propio monumento. Además, el proyecto tiene su espejo digital con una web en la que se puede jugar a construir un monumento similar a la instalación física y cuyos datos servirán para analizar las preferencias de la ciudadanía sobre València.
El Centre del Carme es uno de los museos que en los últimos años más ha querido acercarse a las Fallas. En esta ocasión, lo hacen por varias vías. Esta semana ha abierto sus puertas la exposición Foc. Festividades del fuego en la Comunitat Valenciana, un proyecto comisariado por Miguel Arráiz y José Francisco Carsí Navarro, que recorre siete de las festividades más representativas de la Comunitat a partir de su elemento común: el fuego. La Foguera de Canals, la Santantonà de Forcall, la Matxà de Vilanova d’Alcolea, la Cordà de Paterna, los Fatxos d’Onil, las Hogueras de Alicante y las Fallas de Valencia se reúnen un proyecto que, a través de objetos, fotografías y una pieza audiovisual, resalta el papel del fuego como esencia primigenia de la celebración y símbolo de lo efímero. De igual forma, el centro acoge hasta abril la instalación Llegir en verd, de los artistas Ceballos & Sanabria y Marina Puche, autores de la falla infantil del Ayuntamiento de València, un proyecto que llena el claustro renacentista de personajes que representan escenas vinculadas con la lectura.
Pero no solo en estos días están presentes las Fallas en los museos, pues en el caso del Centro de Arte Hortensia Herrero (CAHH) su universo forma parte de su recorrido natural. El espacio, que abrió sus puertas en otoño tras un profundo trabajo de rehabilitación del edificio, cuenta, además de con la colección de arte que presenta, con varias instalaciones específicas que se integran en la propia arquitectura del Palacio Valeriola. Entre ellas se encuentra el trabajo del británico Mat Collishaw, un proyecto inspirado en el fuego purificador de la fiesta valenciana. El artista parte de la figura del ninot en una videoinstalación que envuelve al visitante, un ninot que poco a poco va siendo consumido por las llamas hasta dar paso a unas mariposas que se presentan como símbolo de renacimiento.
El oficio del artista fallero es el centro de la propuesta expositiva de la Diputació de València, que ha abierto las puertas a Ninots, l’artesania de les Falles. La exposición, cuyo recorrido parte del ‘iaio’ de Xàtiva, el ninot de José García Tortosa indultado a principio de los años 40, se fija en la evolución de los materiales empleados en la creación de los monumentos, desde el barro y la madera hasta el poliestireno o vareta, en el que quiere ser un homenaje a la fiesta desde distintas comarcas valencianas. También el Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV) se ha acercado a la labor del artista fallero con la exposición Sense Foc, comisariada por el arquitecto y urbanista Rafael Rivera, una muestra que ofrece una mirada al universo fallero fuera del fuego con obras como La Dama Ibérica de Manolo Valdés, el Gulliver, Mafalda, las recientes réplicas gigantes de la escultura de los Goya de Mariano Benlliure o el techo del Ágora de la València World Design 2022.