La actriz aparece en la nueva ficción de Telecinco Perdóname
VALENCIA, (EFE). Paz Vega será una monja que vuelve a su hogar en Perdóname, una nueva serie que actualmente está grabando Telecinco, para la que la diseñadora valenciana Mamen Sancho, creadora de la firma Briolette, ha diseñado "joyas especiales" que, por primera vez en su carrera, han dado el salto a la pequeña pantalla.
Para Sancho, las joyas son "una forma de expresar la personalidad", en este caso, la de la monja Lucía Medina, el personaje al que dará vida la actriz ganadora de un Goya, que vuelve a Cádiz, su tierra natal, para solucionar problemas del pasado. Es la primera vez que un público tan amplio podrá ver las piezas de esta valenciana, que en una entrevista asegura que tiene claro a quién quiere dirigirse con sus joyas, pensadas para "personas que aprecian el trabajo artesanal y las piezas finamente elaboradas".
En su web, la diseñadora vende las joyas de su primera colección, fruto de "tres años de estudio y un concienzudo trabajo", que ha creado utilizando un metal noble, la plata, aunque asegura que intenta "trabajarlo como un metal precioso". "Cuando se habla de un proceso artesanal se piensa en precios altos, pero somos conscientes del momento que estamos atravesando, por lo que nuestra colección tiene precios para todos los públicos y trabajamos principalmente en plata y no en oro", explica.
Pero esta no es la única forma en la que Briolette se ha adaptado a los tiempos de la crisis, sino que, además de la colección, la firma ofrece otro servicio que diferencia a la marca valenciana de otras del sector. Se trata de la "actualización de joyas", un proceso que se realiza en el taller de la marca, donde Sancho adapta joyas antiguas a los nuevo tiempos, o las funde y las convierte en algo completamente distinto, a gusto del cliente.
"Empecé a hacerlo a petición de gente conocida, que me enseñaba joyas antiguas o pasadas de moda y me pedía diseños nuevos con lo que habían heredado. En el taller hacemos los diseños, se funde el metal y se actualizan y renuevan las joyas", explica. La joyera confiesa que lo que realmente le gusta es diseñar las piezas, si bien admite que algunos de sus clientes "vienen ya con el dibujo hecho, y en algunos casos son cosas completamente irrealizables". La inmensa mayoría, sin embargo, confía en el gusto de la diseñadora, que siempre les enseña el boceto antes de ponerse manos a la obra.
La valenciana, que está "valorando" incluir en la web de Briolette los servicios de restauración de joyas, está segura de que "la gente sigue valorando lo artesanal" en una época en la que "unos talleres están desapareciendo por la falta de ingresos y otros tienen unos gustos que dejan bastante que desear".
"La venta siempre es algo complicado, porque a la gente le cuesta pagar lo que realmente valen las joyas, aunque entiendan que son artesanales", afirma Sancho, que reivindica que la joyería "es un trabajo duro, aunque a veces no lo parezca". En cuanto a su estilo, la diseñadora asegura que intenta no fijarse demasiado en las tendencias, para que no condicionen su trabajo, si bien asegura que la moda "es un reflejo del tiempo en el que vives y no puedes, ni debes ignorarla".
Como referentes, la joyera destaca a Victoire de Castellane, directora artística de Dior Joaillerie, además de a "los grandes joyeros del Modern Style o Art Decó".