Las Naves, sin capitán

VALÈNCIA. El cese de Rafael Monterde al frente de Las Naves puso al otrora centro cultural y actual espacio para la innovación urbana en una situación de descontrol que ahora se agrava con la dimisión del portavoz de València en Comú y máximo responsable del centro, Jordi Peris. En resumidas cuentas: el espacio opera sin capitán. Así lo reconocen desde el propio Ayuntamiento de València, que tiene todavía pendiente encontrar a un sustituto para el puesto de Monterde, cesado el pasado el pasado 4 de julio tras las informaciones publicadas que lo vinculaban con la organización que supuestamente desvió fondos de la ayuda al Tercer Mundo en el llamado 'caso Cooperación', por el que se encuentra procesado y condenado el exconseller de Solidaridad del Partido Popular Rafael Blasco. Con Monterde y Peris fuera de juego, cabe preguntarse quién tomará el mando de un espacio que, en la práctica, sigue operando sin ‘jefe’.

De esta forma, los coordinadores de cada departamento en Las Naves desarrollan su gestión habitual sin que nadie en el propio espacio se haga cargo de la coordinación de las distintas áreas, una tarea que tampoco asume un Peris en tiempo de descuento. Aunque el concejal todavía tiene que formalizar la renuncia a su acta, su relevo y el inminente cambio de competencias en el consistorio podría provocar que sea el propio alcalde de València, Joan Ribó, quien asuma la responsabilidad temporalmente sobre las naves de la calle Juan Verdeguer. Más allá de que formalmente esté uno u otro al frente -morados, naranjas o rojos -, lo cierto es que no será hasta que llegue el nuevo gerente que en Las Naves cuenten con una figura que supervise lo que ahora está desarrollándose por inercia pura, un modus operandi que deriva en una estructura forzosamente horizontal y que, tras cambiar la filosofía del centro, vuelve a provocar dudas sobre su futuro inmediato.

Fue tras anunciar el cese de Monterde que el Patronato de la Fundación de Las Naves aprobó iniciar los trámites para convocar un concurso “abierto y de libre concurrencia” para cubrir la plaza que ha quedado vacante. La convocatoria pública, que se prevé que esté resuelta a primeros de septiembre, contará con un tribunal de expertos independientes que valorará la experiencia, trayectoria y conocimientos de los aspirantes a los que se les pedirá que presenten las aportaciones que harían al proyecto de Las Naves, tal y como informaron desde el consistorio. En cualquier caso, hasta que llegue el nuevo capitán, como cantaba el trío Acuario, toca entonar el ‘rema, rema, marinero’ y continuar operando en una casa que tiene demasiados frentes abiertos. El propio cierre del teatro, que permanece inactivo desde el pasado mes de diciembre por los efectos de las filtraciones de unas fuertes lluvias y sigue sin encontrar solución al problema con el seguro que indicaba Monterde, lo que ha obligado a cerrar la temporada sin poder hacer uso del Espai Mutant.

De hecho, la programación anunciada en la página web del centro para el presente mes de julio y hasta noviembre de 2017 –tiempo máximo que un usuario puede consultar- es… ninguna. “No tenemos eventos de esta categoría este mes, sigue buscando ;)”, aparece al usuario cuando consulta el calendario de eventos previstos en el Espai Mutant. “Yo mismo he dicho varias veces que el teatro estaría en funcionamiento antes de lo que pensábamos. Nuestra expectativa era poder resolverlo con diligencia […] Nos hemos encontrado en una madeja administrativa-burocrática que nos ha paralizado la posibilidad de iniciar esas obras que queremos llevar a cabo. Seguimos peleando para que se pueda activar lo más pronto posible”, indicaba Peris el pasado mes durante una entrevista concedida a Cultur Plaza, en la que, preguntado por los plazos que manejan prefirió no concretar: “No quiero dar una fecha porque no puedo garantizarlo”.

La incertidumbre generada entre los trabajadores y, también, entre los impulsores de eventos que han tenido que reubicar conciertos o congresos previstos en Las Naves a otras ubicaciones se suma a la de no contar, no solo con un gerente, sino con un interlocutor global del centro. La redefinición de Las Naves tendrá que volver a ser planteada con la llegada de un nuevo concejal y gerente aunque, por lo pronto, los cambios en el espacio siguen dándose. A la salida de algunas de las asociaciones que hasta este año tenían su sede allí se suma una biblioteca que ya no es tal cosa. Esta misma semana se despidió de un fondo de 8.000 volúmenes -al que falta sumar las revistas- que componen el Centro de Documentación del Diseño Impiva, una colección que pasa a ser custodiado por la Escuela de Arte y Superior de Diseño de València (EASD), dejando la biblioteca como espacio polivalente sin uso específico.

El propio Jordi Peris lo resumía así: “La biblioteca es un espacio que efectivamente ha reducido su horario de uso como biblioteca pero se ha llenado de actividades de muchos tipos, además en este momento al no tener el teatro es el espacio más grande del que disponemos. Era un espacio que como biblioteca se usaba poco, no daba un servicio como tal al barrio. Hemos pensado que era una sala a la que se podía sacar mucho más partido si lo reorientábamos como un espacio de encuentro, diálogo y debate sobre diferentes temáticas vinculadas con lo que aquí se trabaja”. En cualquier caso, los evidentes problemas en Las Naves y el cese de su gerente parece no haber sido la gota que ha colmado el vaso del portavoz de València en Comú, que descartó ayer que la delicada situación del centro fuera el motivo de una dimisión que apunta más alto y se debe a “ataques, las intrigas, las deslealtades y las continuas luchas internas por el poder”. Habrá que esperar a la llegada de un nuevo gerente para conocer el nuevo rumbo de Las Naves, por lo pronto: ‘rema, rema, marinero’.