CASTELLÓ. Se sabe que el Mar Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo pese a que representa tan solo el 1% de los mares y océanos del planeta. Se sabe que cada año se vierten 8.000 millones de toneladas de plástico a nivel global. Y que el turismo masivo es uno de los principales responsables de la basura que acaba en el mar, puesto que los residuos se incrementan en un 40% cada verano. Se conocen las preocupantes cifras, pero otra cosa son las soluciones al problema.
Desde el aula de Diseño Industrial de la UJI han querido aportar su 'granito de arena' convirtiendo redes de pesca en muebles destinados a restaurantes y cafeterías. Y es que, dentro de la cantidad de plásticos que acaban cada año en el mar, al menos un 40% provienen de actividades derivadas de este gremio. Ante esto, más de 4500 pescadores de España, Italia y Grecia se encargan cada año de recoger redes de pesca, que posteriormente son entregadas a startups como la alicantina Gravity Wave, con la que los alumnos de la Jaume I han colaborado, para que revaloricen estos residuos.
"Nos parecía muy interesante y candente explorar el diseño de sostenibilidad enfocándonos a la pesca. Es un problema que preocupa a la sociedad y que está ahí. Pero además, este tipo de materiales necesitan un enfoque por parte de los diseñadores distinto. No puede pensarse como se piensa un mueble convencional. Por eso era todo un reto tener que explorar las diversas aplicaciones que pueden nacer de él", explica Vicent Clausell. Especialista en el diseño de producto, el castellonense se ha encargado de dirigir, junto a Julia Galán, el proyecto Intercrea, donde se conecta a alumnos de la universidad con empresas referentes en el ámbito del diseño.
En este caso, para hacer posible los diseños se ha optado por triturar todas las redes, ya que así se obtienen unas placas de plástico que, además, por su color y textura, ayudan a comunicar su historia y procedencia. Lo interesante del diseño enfocado a la sostenibilidad es precisamente que quede constancia de que antes ese objeto fue abandonado. Todas las piezas están teñidas por un color azul marino, lo que hace un claro guiño al océano.
Hasta el viernes pueden encontrarse las creaciones en la Feria Hábitat de València, donde permanecen en el pabellón número 4 del nivel 3, en el stand del Salón Nude. Quien por allí pase podrá encontrar hasta tres maneras diferentes de reinterpretar las redes de pesca.
Inspirada en las ondas del mar, los alumnos de la UJI han dado vida a 'Ona', una celosía que puede utilizarse para decorar cualquier pared o superficie, pero que también sirve para dar privacidad o sombreado. Además de las redes, se ha utilizado retales reciclados de madera de haya para los accesorios que la acompañan.
Por otra parte, la celosía 'Fusa' se compone de seis módulos asimétricos en forma de “b”, “p” o de nota musical, los cuales se encuentran unidos por unas bases de forma rectangular con punta redonda. Además, por la forma en la que están cortados adquieren movilidad y modularidad.
El alumnado de la UJI ha diseñado también una silla que trata de conectar con el entorno marino del que surge. Por una parte, el dibujo creado por el material acerca el producto a diseños costeros, debido a sus tonalidades azules y verdosas. Y por otra, esta silla no necesita ningún elemento de fijación, ya que se vale únicamente de sus distintas partes que logran conectar con un poco de presión. "Esto da a la silla una mayor vida útil", añaden los diseñadores.
Con la mesas 'Toop' y 'Adarce' han querido conseguir unas obras de diseño funcional y adaptables, siendo estas capaces de adoptar diferentes posiciones y servir para diferentes necesidades.
"Las diferentes piezas son una manifestación de la capacidad de la creatividad humana para fusionar el arte con la funcionalidad y la sostenibilidad. Es un testimonio de cómo los materiales rescatados del fondo del mar pueden ser transformados en piezas de diseño sorprendentes y respetuosas con el medio ambiente. Con su presencia magnética y su historia intrigante, se erigen como un faro de inspiración para aquellos que buscan un equilibrio armonioso entre naturaleza y vanguardia", manifiestan sus creadores.
En ediciones anteriores, Intercrea ya planteó un 'vis a vis' entre el mobiliario y la vegetación. Una manera de que "selvificar" nuestras casas que, según sus responsables, permite crear un placer visual, sensitivo y anímico, que puede incluso mejorar la salud física y mental que se vio mermada en la época covid. Vista esta necesidad, se ha planteado una serie de muebles y estructuras que integran la vegetación, o en este caso el mar, en diferentes espacios del hogar en donde la madera, junto con la flora, ha tomado un papel predominante.
"La naturaleza será el futuro por la revalorización que se está produciendo de lo natural. En las épocas de confinamiento pasadas, la necesidad de contacto con la naturaleza ha resurgido con mucha fuerza como un impulso irracional y instintivo, que hizo que pasada la época de confinamiento, la gente saliera en masa a reconectar con lo natural, yendo a parques o lugares con naturaleza. Ante esto, aumenta el interés de dotar de un carácter natural a los diferentes elementos del hogar, sobre todo en lugares urbanos, donde se había perdido más esta conexión."