ALICANTE. El director valenciano acaba de recoger el primer premio que recibe Asamblea, su ópera prima. Una comedia coral coproducida por Nakamura Films y Kaishaku Films que ha sido rodada en València y que ha contado con el apoyo del Instituto Valenciano de Cultura y de À Punt Media. La cinta cuestiona con humor el concepto místico de la participación. Asumió el reto de dirigir la película cuando ya estaba escrita y organizada. Pensó que sería algo rápido y fácil, pero requirió más esfuerzo de la cuenta. Tanto como para retrasar lo que tenía entre manos: pasar Lucas de cortometraje a largometraje. El proyecto con el que consiguió la nominación al Goya en 2014 y que ahora está desarrollando más profundamente. De momento, con Asamblea ya introducida en el circuito de festivales, se ha alzado con la Tesla de Oro del Festival de Cine de Alicante.
- ¿Está sobrevalorada la participación o el concepto de lo participativo?
- Esta pregunta la responderían mejor Juli Disla y Jaume Pérez, los guionistas de la peli, que tienen más experiencia en este tipo de cosas. Mi sensación es que se trata de un buen sistema, sobre todo en grupos pequeños, pero que se vuelve farragosa y compleja para estructuras más grandes, porque termina exigiendo un compromiso que no todo el mundo puede o quiere adquirir. Al final tienes participantes que trabajan mucho más y conocen mejor los entresijos de los temas, pero cuyo voto vale lo mismo que el del resto. A la vez, los que se han escaqueado sienten que los primeros tienen más poder, y ahí empieza una rueda de suspicacias y resentimientos complicada de gestionar.
- ¿Cuál es por tanto la conclusión del filme?
- La tesis de la peli la resume el personaje de Cristina Plazas al final: "Es duro, pero sigue siendo la mejor manera". Yo soy un poco más cínico, me temo.
- Juli Disla y Jaume Pérez son los guionistas de una película que está basada en una obra teatral de ellos mismos: La Gent. ¿Contar con ellos ha facilitado las cosas?
- Yo aterricé tarde en la peli. Me gustaba muchísimo el guión, pero quería tocar algunas cosas y andábamos muy, muy justos de tiempo. Entre que me cuesta escribir con más gente y que tenía miedo de que su apego a la obra nos dificultara el proceso, les pedí como un favor que me dejaran hacer por mi cuenta en ese mes y poco que nos quedaba. Y en ese sentido fueron muy generosos y me dieron carta blanca, imagino que con bastante vértigo. Yo no sé si hubiera hecho lo mismo en su posición. De todas maneras creo que he sido respetuoso con su trabajo y el 85% de lo que aparece en pantalla es suyo. Yo simplemente marqué un poco más a Josep como prota, le di un poco de historia previa y cree el personaje de la hija, interpretado por Greta Fernández, un poco como avatar del espectador, espejo de Josep y revulsivo de alguna situación.
- Es tu primer largometraje, aunque tienes reconocida experiencia en el corto. Pero tus cortos sí eran más largos de lo habitual ¿Era esta la evolución natural? ¿Era ya el momento de atreverse?
- Hace tiempo que era el momento de hacer un largometraje. Que recuerde, llevo al menos unos doce años con guiones de largo y ha habido un par de ocasiones en que ha estado a punto de salir algún proyecto, pero al final la cosa se frustraba. Asamblea apareció mientras preparaba otro largometraje, Lucas, que ya estamos terminando. Sabía que Asamblea estaba sin director y pedí leer el guión. Me encantó, pensé que era algo fresco y original y que lo podía hacer en unos pocos meses. Luego no es tan fácil, claro. Nunca.
- ¿El debut ha sido como esperabas o ha costado más de la cuenta?
- Ha costado muchísimo. Antes de Asamblea, yo era joven.
- Cuentas en el reparto con actores y actrices de gran talla profesional como Francesc Garrido, Cristina Plazas, Greta Fernández y Nacho Fresneda. ¿Ha sido difícil reunirlos? ¿Cómo crees que contribuyen a la obra?
- Reunirlos ha sido cosa de la productora, de la gente de Nakamura. No he estado muy encima, pero creo que el guión les gustó y que, como yo, pensaban que sería un trabajo fácil. Pobres.
- Ha sido estrenada recientemente, en el Festival de Cine de Málaga, y ya acumula un premio como el del Festival de Cine de Alicante. ¿Pinta bien la cosa? ¿Dónde esperas que te lleve Asamblea?
- Con Asamblea me encantaría estrenar razonablemente bien en cines, que entrara en algunas teles y plataformas, que ganara algunos premios y que a la larga fuera revisitada con cariño.
- La mayor parte de tus trabajos son comedias, pero Lucas (nominado al Goya en 2014), se basaba en un tema oscuro y perverso como es la pedofilia. Ahora vuelves a la comedia. ¿Vuelves al origen?
- Cuando tengo una historia no me planteo mucho el género. Los géneros son un poco un 'constructo', más una herramienta para conseguir financiación y promoción que otra cosa. Quiero decir que 4 meses, 3 semanas, 2 días es un thriller, como lo es Se7en, y no se parecen en nada. In Bruges y Bridesmaids son comedias y les pasa otro tanto. Quiero decir que, si miras mis cositas más por el tono (un naturalismo algo estilizado en foto y personajes, con humor, ternura y algo de mala leche), no hay mucho salto, casi siempre hago lo mismo. Igual debería probar otras cosas.
- Estás preparando el estreno del largo basado en tu corto Lucas ¿Cómo evoluciona la obra al pasar del corto al largo? ¿Para cuándo está previsto el estreno?
Ahora estamos terminando Lucas, la adaptación al largo del cortometraje, que tiene un tono muy particular, con situaciones escabrosos, pero también con un realismo un poco esperpéntico, con un humor que le ha ido saliendo solo, pero que le viene muy bien. Sobre el estreno de Lucas estamos un poco como con Asamblea. Son pelis pequeñas, sin apoyo de las grandes cadenas, que hay que terminar bien y buscar luego distribución. En el caso de Lucas ya hay alguna distribuidora interesada, pero no esta cerrado.
- ¿Qué otros proyectos estás preparando para este año?
- Este año lo que quiero es parar unos meses y escribir un tratamiento de algo a lo que llevo tiempo dándole vueltas. El año que viene sí que queremos rodar la adaptación de la novela gráfica de Paco Roca, La Casa.
