VALÈNCIA. Llorenç Barber está viviendo su renaissance en vida, con la confluencia de las dos exposiciones que repasan su obra y su archivo en el Centre del Carme y el IVAM. Por primera vez ha entrado en los museos valencianos, y lo ha hecho por la puerta grande: con el cariño del público en el que ha sido uno de los acontecimientos expositivos del curso. Una especie de Any Llorenç Barber. Pero ya lo advirtió en la primera rueda de prensa que dio: “está muy bien el pensamiento, pero en cuanto te pones a crear, toca bajar a la calle”.
Este sábado 23 de marzo sobre las 21, Barber pondrá a tocar en el centro de València a 400 músicos en una performance titulada Entre ceja y ceja oreja. Paseo sonoro euterpiano. Lo hará en el marco del X Congreso Nacional de Educación Musical, que se celebra en la ciudad y será todo un espectáculo que recorrerá algunas de las calles más concurridas de València con una partitura singular.
El congreso ha asignado a todos los participantes uno de los seis grupos para participar en esta performance. Cada grupo hará un recorrido, que pasará por lugares emblemáticos como la Plaza de la Virgen, la Plaza de la Reina, la Almoina, la Plaza Manises o la calle Cavallers.
Barber define la acción como “un 'algo' entre la performance grupal, el zen/fluxus, el situacionismo con sus derivas y las músicas andadas de intervención en el espacio público”. La partitura empieza con algunas notas, pero acaba derivando en una pieza plástica que revienta cualquier canon de escritura musical.
“Un sonido dura lo que dure el recordarlo”. Esta es una de las frases del pedagogo y pensador musical Murray Schafer que sirve como inspiración de esta partitura. Entre las instrucciones incluidas en el pentagrama, “Ponte algo (extraño) en la cabeza”, o “hablamos solos y con gatos. Nos decimos lo indecible. Contamos lo indecible. Somos fragilidad. Somos grieta hablante. siempre lenta/blanda/mente”.
Fragmentos de la partitura de Llorenç Barber que sonará este sábado.
A los 400 músicos se les ha pedido que traigan de casa “campanas, campanitas, cencerros, cascabeles, triángulos, crótalos, etc.”, además de “pompero (de hacer pompas de jabón) y bolsa de tela con asas”. La organización, por su parte, les proporcionará “cuerda, arroz y tubo rugoso”.
La música de la calle de València es una de las grandes preocupaciones del pensamiento de Barber, que crítica de manera clara el estancamiento de las bandas de música: “en València es mucho más notable porque tenemos 500 bandas que sirven para todo menos para crear. Van al repertorio, van a la fiesta, cobran poco y no inventan”, dijo en su presentación en el Centre del Carme. Después, dijo: “Es una estupidez quedarse ahí. Porque es quedarse fuera de la historia. Y en eso somos héroes. Y hoy aplica aquí el mundo del futuro. Porque ahora mismo nos estamos perdiendo lo mejor”.
Última oportunidad para ver su exposición en el Centre del Carme
El día siguiente, el domingo 24 de marzo, será la última oportunidad para ver la exposición La construcció d’un nosaltres múltiple, la muestra que repasa, a través de algunas de las activaciones artísticas, la obra de plástica y sonora de Barber. La muestra ha sido un hito por la respuesta del público, que ha abarrotado sistemáticamente las visitas guiadas por el propio artista.
En la muestra, hay varias piezas que el visitante puede activar, como un sambori con sonidos de campanas o el montaje en una pared de una serie de ollas a las que se acciona sonoramente lanzando garbanzos desde una distancia de un par de metros.
Sigue hasta el 16 de junio la exposición Archivo de escuchas en el IVAM, que pone a disposición del público general la colección sonora, audiovisual y bibliográfica de Barber. Un fondo que el artista dijo explícitamente que querría que se quedara en el museo, y cuyas conversaciones para llegar a un acuerdo, cuando aún estaba Nuria Enguita al frente del museo, estaban avanzadas.
Foto: CONSORCI DE MUSEUS
