L'Umbracle lanza un 'Paseo del arte' a través de catálogos online de sus exposiciones

VALÈNCIA (EP). La Ciutat de les Arts i les Ciències propone recorrer de forma virtual las exposiciones escultóricas que ha acogido el 'Paseo del Arte' de L'Umbracle durante los últimos diez años y que pueden consultarse aquí.

Desde la primera muestra del artista Juan Ripollés, en 2010, hasta las esculturas My Secret Garden Valencia de Arne Quinze, que finalizó el pasado marzo, los catálogos online, vídeos y galerías fotográficas permiten un viaje retrospectivo para recordar y recorrer de nuevo desde casa estas exposiciones de esculturas de gran formato, informa la Generalitat en un comunicado.

Tras la muestra de Juan Ripollés, entre 2010 y 2011, con la que se inauguró este espacio de libre acceso, el Umbracle acogió en 2012 la obra de Jean Claude Farhi que reunió once piezas de hierro en las que se admiraba la constante geométrica. También Sweet de la artista francesa Laurence Jenkell, compuesta por un total de veintiuna esculturas de 2,75 metros de altura.

En 2012, Cristóbal Gabarrón invitaba a un viaje desde la característica arquitectura nazarí de la Alhambra hasta las formas audaces de la Ciutat de les Arts i les Ciències con Las Torres de la Alhambra. La obra de este artista regresó al Umbracle en 2017 con Las palabras que se quedan en silencio formada por seis esculturas de fibra de vidrio policromada y acero.

En 2015, llegó al Paseo del Arte el conjunto de esculturas El tiempo y el espacio de Jiménez Deredia. Cuerpo de Mujer de Francisco Simões, reunió en 2016 una selección de obras que representaban diferentes figuras femeninas realizadas en mármol verde, rojo, negro y travertino. Nueve tótems de grandes dimensiones del artista Javier D'Ambrosio en 2016 invitaban a recorrer ADN Memoria Genética.

Además, Caminos Paralelos fue la exposición formada por diez esculturas de hierro y resina del artista Rogério Timóteo en 2017. La muestra Interval celebrada en 2018 era una selección de nueve esculturas de acero y hormigón que abarcaban el trabajo de los últimos 22 años de Ruud Kuijer.