entrevista con el diseñador

Mario Coello, el discípulo valenciano de Valentino, debuta en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid

18/09/2016 - 

VALENCIA. La Facultad de Bellas Artes de San Carlos fue la casilla de salida de un trepidante camino que, a pesar de su corta edad, le ha llevado a trabajar en las más grandes ciudades y con los más grandes diseñadores. El destino, al menos el más próximo, del valenciano Mario Coello es la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, donde el próximo martes 20 de septiembre presentará su primera colección en la pasarela Samsung EGO, una plataforma para dar un empujón a los proyectos de jóvenes talentos de la moda de donde, entre otros, han salido diseñadores como la también valenciana Pepa Salazar o Mané Mané.

Coello debuta con una colección clásica y femenina, que abre el desfile con prendas que van evolucionando en cuanto al tratamiento de los tejidos y el juego de texturas. Tras una primera experiencia como asistente de diseño para Gianfranco Ferré en Milán y, posteriormente, cuatro años formando parte del equipo de diseño de Valentino, el diseñador se sube por primera vez a la pasarela para presentar esta colección repleta de influencias italianas en un escaparate del prêt-à-porter inmejorable. 

Pero entre España e Italia hay otro país que también ha marcado la trayectoria de este valenciano por el mundo: Francia. En 2013 se traslada a París donde trabaja como primer asistente para Giambattista Valli para, más tarde, incorporarse como diseñador en Elie Saab, lo que le llevó a dividir su trabajo entre París y Beirut. Con la mochila bien cargada de experiencia internacional, en apenas unos días el valenciano desvela en Madrid las cartas que esconde su proyecto personal, la colección de Mario Coello.  

-Empecemos por el final, tras tu vuelta a Valencia preparas la presentación de tu primera colección en la Samsung EGO, ¿qué veremos allí?
-Con esta colección quiero proyectar la ilusión de la metamorfosis a través de las prendas. Dafne, perseguida por Apolo, se transforma en laurel. Esto me sirve de pretexto para desarrollar un estudio de las superficies que componen un look. Juego con las transparencias para crear ilusiones sobre la figura humana. Quiero romper las barreras entre tejido, cuerpo y elementos decorativos.

-Con un proyecto inspirado en Dafne, ¿es la moda más arte o industria?
-Lo bonito de la moda es que es de los pocos sectores industriales que me dan la oportunidad de aplicar mis conocimientos artísticos. Creo que es muy importante el equilibrio entre arte e industria.

-¿Qué tiene que tener un diseñador joven para triunfar?¿qué aporta la firma al mercado?
-Un diseñador joven debe ser disciplinado y estar abierto al aprendizaje diario. La firma aporta el gusto por la artesanía. En un mundo cada vez más acelerado, creo que es importante cuidar los valores artesanos y los detalles cuidados.

"es importante cuidar los valores artesanos y los detalles cuidados"

-Tu experiencia profesional te ha llevado a trabajar en firmas de tanto renombre como Valentino o Giambattista Valli, ¿cómo fue la experiencia?
-Me siento privilegiado al haber podido trabajar en ellas, ha sido una experiencia muy enriquecedora porque son firmas que han dibujado la historia de la moda y en las que yo he crecido de manera personal y profesional. Además, al ser firmas que crean mucha expectación al presentar sus colecciones, aprendes a trabajar bajo mucha presión.

-¿Por qué dar el paso de trabajar para una empresa a impulsar tu propio proyecto?¿cómo ha sido la transición? 
-Hacía muchos años que vivía lejos de mi familia y me apetecía mucho volver a España y poner en práctica todo lo que había aprendido durante mis años fuera. La transición ha sido difícil pero satisfactoria porque estoy aprendiendo mucho de mis errores. Ahora no tengo el respaldo de una gran empresa y el equipo soy yo solo.

- París, Roma y Madrid, ¿qué ofrece cada una de ellas?
-La diversidad de culturas sobre un poso histórico-artístico tan fuerte hace de París una de las ciudades más interesantes a nivel estético. En Roma aprendes a valorar la belleza del paso del tiempo y un cierto tipo de decadencia y espiritualidad. Madrid ofrece oportunidades propias de una gran ciudad en un entorno mas amable y cercano.


Noticias relacionadas