VALÈNCIA. La galería valenciana Tuesday to Friday inaugura la muestra Glimmers of Reverie del artista eslovaco Miroslav Pelák, una muestra en la que sus cuadros rinden un homenaje a la cotidianidad entre colores vivos. Tal y como reza el texto de sala -compuesto por Ricardo Forriols- el artista se inspira en sus referentes artísticos para crear este relato: "En 1904 Henri Matisse pinta un cuadro mítico inspirado por el paisaje de Saint Tropez, el puntillismo luminoso de su amigo Paul Signac y unos versos de “Las flores del mal” de Baudelaire: Là, tout n’est qu’ordre et beauté, / Luxe, calme et volupté. Allá, todo es orden y belleza, / Lujo, calma y voluptuosidad. Aquella pintura hecha como por una fiera (fauve) rompía con la tradición perspectiva, con la representación del cuerpo y con el tratamien- to del color de un modo salvaje, aunque la escena es de lo más clásica y tranquila.
Quizás sea un gesto cercano, un juego parecido el que se activa en los cuadros de Miroslav Pelák (Eslovaquia, 1992) en esta primera individual en la galería que bajo el título “Glimmers of Reverie” reúne una serie de escenas de la vida cotidiana que suponen un comentario irónico, incluso burlesco a veces, sobre los usos y costumbres contemporá- neas en el centro de Europa, lo que es en nuestro mundo globalizado en todos los sitios. Esa mirada crítica sobre el hedonismo se manifiesta a través de escenas de bañistas, piscinas y terrazas, el culto deportivo al cuerpo en sesiones de gimnasio, tablas de ejer- cicios, entrenamientos de equilibristas, grupos de running (ellos) y para caminar (ellas), o el retrato junto a los automóviles como la proyección simbólica de sus propietarios. Todo son destellos de ensueño en nuestra vida moderna, voluptuosa y ociosa. La escena es lo importante, el instante en que los personajes (siempre hay personajes) realizan una acción. Lo que ocurre en la escena (que ya no es tan clásica ni bucólica como en Matisse) es la clave para señalar ese algo cotidiano que se revela ahora como banal: aspirando al lujo de los influencers, ¿en qué jardín quedó la calma? Mientras, todo parece seguir transpirando voluptuosidad aunque por otros poros", añade.
Para Forriols llama la atención el modo en que las composiciones de Pelák y especialmente sus personajes se encuadran y ajustan al formato del cuadro, la manera en que se encajan esgrimiendo una potente anatomía que se hace extraña por la multiplicidad de puntos de vista reunidos en un mismo cuerpo que, actualizando el modo cubista, vemos como des- de distintos puntos mientras esa misma potencia se hace fuerte en escorzos a caballo entre cierto manierismo miguelangelesco y, mejor, el recuerdo del ímpetu o la imposición de la figura proletaria, atlética, heroica en los carteles y murales del realismo socialis- ta. Incluso, hay que añadir, destaca en la representación de los cuerpos el empleo de unas líneas marcadas tomadas del expresionismo (vía Max Beckmann por ejemplo) que subrayan esa particular anatomía deformada y la tensión de los gestos protagonizados por unos pies enormes, unas piernas largas y unos gruesos brazos, y por unas cabezas diminutas que guardan el retrato de la identidad moderna.
"La ruptura a la fuerza de las formas que presentaba el cuadro de Matisse hace más de un siglo abría un camino de vanguardia entonces que bien podría conducirnos direc- tamente aquí, a esta pintura de efluvios posmodernos, salvaje a su modo, que rescata el estilo libre del nuevo expresionismo junto a cierta ingenuidad de la bad painting, al tiempo que plantea una instantánea social del momento post Internet que conecta con el postureo de las redes sociales y retrata, pintándola (y subrayo: pintándola), esta nueva versión de las aspiraciones y deseos de lujo, calma y voluptuosidad en nuestro tiempo", reflexiona Forriols sobre la muestra y la obra de Pelák.
