VALÈNCIA. Miroslaw Balka apadrinó el pasado martes la nueva edición del PAM! en la Universitat Politècnica de València. Lo hizo en una conversación con el profesor Juan Vicente Aliaga, en la que se hizo un repaso obra a obra de su producción en diferentes etapas de su carrera.
Miroslaw Balka (Varsovia, 1958) es un artista polaco contemporáneo de gran relevancia en el ámbito internacional, cuya obra explora la naturaleza humana, así como la memoria individual y colectiva. Al reflexionar sobre la historia de Europa y especialmente de Polonia, Balka se basa en elementos autobiográficos y episodios para crear obras que abordan temas universales de una manera muy evocadora. Ha acudido con su obra a algunas de las más destacadas citas del arte mundial, como la Documenta de Kassel o las bienales de Venecia. Ha participado en la serie Unliever de la Tate Modern de Londres y tiene obra en museos y galerías de todo el mundo.
Juan Vicente Aliaga (Valencia, 1959) es profesor titular la Facultat de Belles Arts de la Universitat Politècnica de València y comisario independiente de exposiciones. Es autor de Bajo vientre. Representaciones de la sexualidad en la cultura y el arte contemporáneos (1997), Arte y cuestiones de género. Una travesía del siglo XX (2004) y Orden fálico. Androcentrismo y violencia de género en las prácticas artísticas del siglo XX (2007). Es, asimismo, corresponsal de Artforum.
Aquí destacamos algunas de sus declaraciones más interesantes.
“En esta aquel momento en Varsovia (1986), la escultura se basa en los estudios anatómicos de la figura humana. Pero hubo un profesor que me enseñó a entender algo más, de una forma distinta, de una forma geométrica. Se dio cuenta que un ojo no es solo una superficie, sino una bola que se fija en el craneo (…) Era un punto de vista que no representaban los otros profesores. Así que pude comprender el cuerpo humano de una manera distinta. En aquel momento entendí la escultura como una figura. Para mí fue un momento importante, porque nadie me había enseñado el arte abstracto o ninguna otra técnica para entender la escultura de de un modo distinto. Cuando pude perfeccionar mi técnica para hacer esculturas con la mano derecha, fue el momento de empezar a hacer esculturas con la mano izquierda para salir de esta profesionalidad. La mano derecha, que era la que utilizaba en mi día a día, era demasiado perfecta”.
“Organizábamos eventos con mucha energía, una energía que tenía su continuación porque bailábamos mucho, practicábamos break dance en restaurantes y otros lugares serios. Era una manera de sobrevivir la era más oscura del comunismo, a finales de los 80, antes del colapso del muro de Berlín. En Polonia, en aquel momento, no veíamos el futuro y encontrábamos gozo en contar chistes, jugar con los materiales de nuestro entorno y nuestro contexto existencial”.
“Me parece más interesante hablar de los materiales que no he utilizado que los que sí he utilizado. Es importante resaltar que yo no he utilizado bronce pero sí ceniza”.
“Mi trabajo como artista acaba cuando doy mi obra a los espacios expositivos. Esta responsabilidad la adopta el visitante. Aquí veo una función muy imporatnte del comisario. De una manera discreta, puedes sugerir ciertas interpretaciones o ciertas partes que el visitante no llega a ver por sí mismo… Es importante en el contexto de la exposición: el artista, el comisario y los visitantes”.
“Somos sociales, somos políticos, somos poéticos. Y todo puede ocurrir en un único día. Es difícil decir qué parte de la existencia es más importante. Es imposible decirlo, elegir, decir «yo soy solo político» porque también soy un ser humano débil, y eso es otro factor”.