Un hogar para Simone Fattal
El IVAM explora la idea de narración en Suspensión de la incredulidad, la primera exposición en España de la artista
VALÈNCIA. Cuando el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) abrió las puertas de la exposición popular lo hacía consciente de que era su gran apuesta de la temporada. La muestra, comisariada por Pedro G. Romero, explora la colección del museo a través de una gran suma de piezas que reúne a artistas como Picasso, Warhol, Equipo Realidad o Juana Francés, entre otros. Muchos otros. Uno de los convocados a esta reunión de creadores, sin embargo, no se encuentra en las salas del centro. El proyecto se guardaba un as en la manga y con su inauguración se desvelaba que la exposición tendría una banda sonora propia, quince temas creados expresamente para acompañar a algunas de las obras expuestas confeccionadas por Niño de Elche, con la colaboración de Xisco Rojo.
“Agustín García Calvo decía que lo popular en una canción se mide en las posibilidades que tiene de tararearse mientras te das una ducha. Sea con la música electrónica de baile, el spoken word, las músicas de la diáspora latina o el flamenco, Niño de Elche ha intentado conectar algunas de las piezas de la Colección del IVAM, algunas de sus imágenes, con la forma posible de ser cantadas. O sea, tarareadas en la ducha”, explican desde el museo. Esta banda sonora, que desde hace semanas acompaña a los visitantes a través de una serie de códigos QR, lo hará ahora en directo, con el concierto de Niño de Elche y Xisco Rojo, que acogerá el vestíbulo del museo el próximo viernes 16 de febrero a partir de las 20 horas.
El concierto pone el marco sonoro a la exposición popular, que abrió sus puertas el pasado mes de octubre y que, a través de un extenso listado de obras pretende reflexionar, tal y como reza su título, en torno a un concepto que puede tener muchos matices. “Lo popular no es lo famoso. No es la cultura de masas. No es el arte del pueblo. No es el folklore… Pero, a la vez, es todo ello. Son ideas muy diversas”, reflexiona el comisario. El proyecto se sumerge en la colección del museo para tratar de desentrañar los distintos significados que puede tener el término, un viaje que fija su punto de partida a finales del siglo XIX, con una pintura de Pinazo de 1895 en la que retrata una mascletà.
En el recorrido se van sumando nombres como Duchamp, impulsor del conocido como ready-made; las Guerrilla Girls, referentes de la lucha feminista en el arte; o Joaquín Sorolla, del que se presenta la imagen que creó para el diario El Pueblo, de su amigo Vicente Blasco Ibáñez. Estos son solo algunos ejemplos de un recorrido visual compuesto por alrededor de 300 firmas que remueven la colección del museo presentándola con un discurso en el que Pedro G. Romero lleva trabajando al menos dos años antes de su inauguración. Ahora ese discurso se transforma en un cancionero sui generis que le ha puesto banda sonora a algunas de las piezas de la exposición, un cancionero que cobrará vida la próxima semana.
Las obras ZAJ. Hombre, mujer, mano, de Juan Hidalgo; Viva octubre, Dessins sur la révolution espagnole, de Helios Gómez; uno de los carteles de ACTV de Quique Company o Hiya, The Square, Cape Town de Zenele Muholi son algunas de las piezas que han pasado por el filtro musical de Niño de Elche y Xisco Rojo, un camino musical liderado por ambos pero en el que, para la confección de esta suerte de álbum también han colaborado con artistas como María Arnal, Marcel Bagés, Wekaforé o Ylia. Además de las canciones creadas para la muestra, otras tantas obras de arte han sido emparejadas por el comisario con canciones existentes, generando una curiosa playlist que suma nombres como el de Julio Bustamante, PJ Harvey o José Padilla, así como el del compositor Jaroslav Jezek, cuyas partituras suenan acompañadas por las ilustraciones realizadas por el arquitecto Frantisek Zelenka, que se exhiben en sala.
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